Crítica de Blue Sun Palace (2024): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐⭐⭐½ (4,5/5)

La ópera prima de Constance Tsang es una película que se puede y debe experimentar a través de los sentidos. Trata de la vida y de la muerte. De las alegrías y las penas de la vida. A través de los ojos de inmigrantes que trabajan o frecuentan el Blue Sun Palace, un salón de masajes en un barrio chino de Flushing (Nueva York).

El film, premiado en La Semana de la Crítica en Cannes, nace de 5 elementos que le sirven a Tsang de inspiración. A nivel pictórico encontramos dos, el primero, en cuanto a composición de cuadro surge, como tantas otras cintas, de la obra del neoyorquino Edward Hopper. Antonioni, Hitchcock, Wenders, Yang… Muchos grandes cineastas han bebido de la obra del pintor neoyorquino, pero aquí, tal vez, tenga una fuerza especial. Y es que el tema central de su obra podría definirse como “soledades americanas”, habitualmente una mujer reprimida, pintada siempre a semejanza de Josephine (Jo) Hopper, su esposa. Que aquí toma el relevo Wu Ke-xi, actriz que descubrimos en la notable Nina Wu, de Midi Z.

La segunda influencia pictórica de Tsang fue Picasso, concretamente en su etapa azul. Esos colores fríos y apagados que se engrandecen en obras tales como La habitación azul, La comida del ciego o La sopa. Que sin duda han servido de referencia para plasmar algunas escenas del film.

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Cartel de la cinta

En mi opinión el nombre del Blue Sun Palace surge de estos dos pintores. La obra que más representaría la cinta, a mi parecer, es Morning Sun, de Hopper, la cual, en contraste con la etapa azul de Picasso transmite perfectamente la esencia del metraje.

La película, sin embargo, está repleta de elementos que alimentan el encuadre, los cuales están bien difuminados por un exquisito uso del teleobjetivo, pero difieren de la solemnidad de la obra de estos artistas. Decía la cineasta que le influyó mucho ver, durante el recce, toda la suciedad industrial de las múltiples construcciones que se producían en Flushing, el barrio chino de Queens (NY). La cual me hace recordar a la obra sobresaturada e hiperrealista del pintor Vince Giarrano. El cual también retrata a la mujer, solitaria, en la sociedad industrializada, saturada, decadente, de los Estados Unidos.

Para finalizar los elementos que inspiraron a la película, a nivel cinematográfico la cinta tiene dos referentes: Por un lado, la película de Edward Yang, Taipei Story. Por otro lado, Azul, de Krzysztof Kieślowski. Me gustaría pararme aquí un momento, y es que me sorprende tal elección. Azul por supuesto que es una referencia clara tanto en forma como en contenido, pero Taipei Story es una cinta que bebe mucho de Antonioni. Si bien es cierto que a nivel de composición es más cercana a la de Yang, parece mucho más acertado encontrar sus referentes en la obra del maestro italiano, concretamente en lo relativo a los films acontecidos entre Il Grido y Deserto Rosso. Más aún reforzando el elemento de la incomunicación y el protagonismo de la mujer. Si bien es cierto que posiblemente pensó en el rol de Hou Hsiao-hsien a la hora de construir el personaje de Cheung (interpretado por la leyenda viva del cine taiwanés Lee Kang-sheng).

A carácter personal me atrevería a decir que algunas de las cintas favoritas de la cineasta se dejan ver constantemente en el metraje: Wanda, de Barbara Loden, cinta que narra los problemas de una mujer en los suburbios de Pensilvania, sin duda le vendrá a la cabeza al espectador de este film. Armonías de Werckmeister, en cuanto a la construcción de la historia a nivel narratológico, eludiendo los elementos del montaje más allá del montaje interno conseguido a base del movimiento de cámara. Millennium Mambo, resonando en algunos juegos de reflejos, acentuando el virtuosismo de la cámara en los films de Hou Hsiao-hsien. Y finalmente en La pianista de Michael Haneke, de la cual no hay mucho que añadir, las referencias, conscientes o inconscientes, son claras.

Tráiler de Blue Sun Palace (2024)

Abordando el tema de los personajes, estos están perfectamente interpretados por los ya citados Lee Kang-sheng y Ke-Xi Wu (También conocida como Patty Wu). Y no es de extrañar. El papel de Kang-sheng nos recuerda a sus mejores películas de la mano del genio malayo-taiwanés Tsai Ming-liang. La cadencia con la que se expresa, su expresividad, la fuerza de su mirada… ¿Cuántos actores podrían atraer la mirada del espectador durante el tiempo en el que se consume un cigarrillo, nada más? Alabado sea el señor Cheung.

Cuando Constance Tsang hace el casting busca actores que interpreten a sus personajes, y no personajes que se conviertan en ellos. Este segundo es mucho más habitual, pero el acting va de interpretar, y Kang-sheng ha interpretado este mismo papel durante más de treinta años. Wu, por su parte, consiguió la fama con un personaje construido de manera similar, de dentro para fuera. Y, sin embargo tal vez esta sea la prueba de fuego de su carrera. Aguantando el duelo actoral y saliendo reforzada del envite.

Por otro lado, tenemos un tercer elemento actoral, Xu Haipeng. La cual es la dueña del primer tercio del film, consiguiendo acaparar todas las miradas en un papel complicado. Ella está construida de manera distinta a la de sus dos compañeros. Y eso hace que su acting resuene durante todo el film, incluso cuando se hace a un lado y el protagonismo recae en otros. Podemos coincidir en que el cast es un acierto, y una de las mayores fortalezas del film.

A nivel técnico, por otro lado, el film es un escándalo. Como ya anticipaba antes cuando hablaba de las referencias, la película a nivel fotográfico está compuesta por tres elementos y/o virtudes que se repiten incansablemente durante las dos horas de metraje: Una es la decisión de contar la historia a base de planos secuencias. Todas las escenas son largas, saldadas entre cámara en mano, trípode y un sutil travelling en un momento crucial de la historia. La directora, acompañada por el veterano director de fotografía Norm Li, optan por un montaje sin cortes, acercándose o alejándose de los personajes para saldar los planos-contraplanos.

La otra gran decisión es optar por los teleobjetivos, dotando de profundidad de campo al diseño de cuadro, aislando así a los personajes de lo que les rodea. Aumentando la claustrofobia y sentimiento de soledad de algunas escenas. Hay que recordar que el uso de teleobjetivo no es sencillo, menos aún en tomas largas, ya que exige una precisión absoluta del foquista, y en escenas tan largas se requiere una planificación extraordinaria. Finalmente, tenemos el uso del sobreencuadre. Ese recurso tan típico en el cine de Yang o Kar-wai que responde a la representación de una realidad empírica de nuestra visión.

En el guion, escrito por la propia directora, cobra especial fuerza en su mensaje sobre la inmigración reforzada por las políticas migratorias que llegaron, de manos del presidente de los Estados Unidos, meses después del estreno del film. Sirviendo así como alegato a quienes critican estas medidas. Fíjese el lector en quien genera los elementos conflictivos del metraje, y cómo reaccionan los personajes a ellos. La cineasta lo siente como personal, ya que la cinta tiene mucho de autobiográfico, siendo desarrollada en la misma localidad donde ella se crió. Las conversaciones se sienten completamente naturales, y los dilemas y penurias que achacan los protagonistas se sienten reales. Tal vez porque lo sean.

Todo esto, acompañado por la sutil banda sonora de Sami Jano junto a una bonita canción de Faye Wong. Todo acaba formando un film que es, sin duda, una carta de presentación al mundo. Nunca está de más descubrir nuevas voces, pero pocas veces estas resuenan con tanta fuerza. Con ecos de La Nueva Ola taiwanesa, en ese enfoque tan neorrealista que tanto le gustaba a Bazin. Con esos movimientos erráticos pero tan bien planificados del cine de Wenders. Y en definitiva en su alarde “antoniano”. Blue Sun Palace se convierte en una obra de obligado visionado en el 2025 que entrará en más de un top del año.

Pero una última advertencia al espectador que la vaya a ver. Es slow cinema. Relájate, abre bien los ojos y experimentarla a través de los sentidos.

Ficha técnica:

Blue Sun Palace (2024)

  • Duración: 117 min
  • Drama, Romance, Inmigración
  • Director: Constance Tsang
  • Guion: Constance Tsang
  • Cast: Wu Ke-xi (Patty Wu), Lee Kang-shen, Xu Haipeng
  • Fotografía: Norm Li
  • Música: Sami Jano

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