Neorrealismo italiano: historia, características y películas
El neorrealismo italiano fue un movimiento cinematográfico surgido en Italia durante los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída del régimen fascista de Mussolini. El cine neorrealista italiano se caracteriza por basarse en historias realistas, rodadas en exteriores y protagonizadas muchas veces por actores no profesionales pertenecientes a la clase baja de la sociedad, trabajadores o personas pobres.
Las películas neorrealistas, venían a mostrar los cambios en la sociedad italiana de la posguerra donde la pobreza y la precariedad estaba más que presente. Entre los principales exponentes de esta corriente tenemos a los directores Roberto Rosellini, Luchino Visconti, Vitorio de Sica, Giuseppe de Santis, y el guionista Cesare Zavattini. Esta corriente cinematográfica, a pesar de ser italiana, tuvo un enorme impacto en otros países. Por ejemplo, siendo precursora de la Nouvelle Vague. En el presente artículo os daremos las claves para que puedas entender en qué consiste el cine del neorrealismo italiano y cuáles son sus características.
Antecedentes y contexto histórico
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Italia estaba bajo el dominio de Benito Mussolini, que desde 1924 se mantenía al mando del país. Tal y como ocurría en Alemania por aquella época, toda la producción cinematográfica que se realizó durante el fascismo estuvo controlada por el estado. Se producía un cine muy patriótico y a veces resultaba poco novedoso, en estos filmes se resaltaba el glorioso pasado del imperio romano o películas de actualidad a favor de la causa fascista.
Esta producción de películas históricas y patrióticas fue posible gracias al Centro Experimental de Cinematografía llamado Cinecittà. Estos estudios de cine y televisión hacía las veces de escuela de cine y productora e inició su producción en 1937. Durante aquellos años se convirtió en unos de los estudios de cine más avanzados de Europa.
Inauguración de Cinecittà en 1937
Su producción abarcaba desde las ya nombradas películas históricas, dramas patrióticos y comedias italianas de baja calidad conocidas como la comedia de los teléfonos blancos. El director más importante de este tipo de comedias fue Mario Camerini. Paralelamente, hubo otra corriente de directores que no hicieron cine de propaganda pero se alejaban de cualquier crítica al gobierno o intento de reflejar la cotidianidad de la época. Directores como Mario Soldati, Renato Castellani, Alberto Lattuada.
Por ello, muchos directores italianos nacidos en los años 20, durante su infancia y adolescencia, rehuyeron de este tipo de cine patriótico y buscaron en las producciones que llegaban de norte américa, una nueva visión de lo que significaba el cine. Entre estos directores se encontraba Federico Fellini que dijo de esa época:
“Para mi generación, nacida en los años 20, el cine era esencialmente americano. Las películas americanas eran más efectivas, más seductoras. Realmente mostraban un paraíso en la tierra, un paraíso en un país que llamaban América.»
A pesar de la llegada del cine americano, lo que nunca veían los espectadores italianos era la pura realidad que se vivían en sus calles. El cine americano era totalmente ajeno a los problemas de la población italiana y el cine patriótico tampoco reflejaba la crudeza de la sociedad.
Una de las primeras figuras que lanzó un arrebato para el cambio fue el periodista antifascista Leo Longanesi. Este periodista fue el primero que instó a los directores de cine italianos a salir a las calles de las ciudades y los pueblos para filmar la realidad.
En 1943 se produjo la caída del régimen fascista de Mussolini y posteriormente el final de la guerra, dejando el país en una ruina económica y social. En cambio, la caída del fascismo dio a los directores italianos mucha libertad creadora al eliminarse cualquier tipo de censura. No obstante, encontraron un problema de principal, los estudios Cinecittà, que durante muchos años fue una gran productora, se encontraban destruidos debido a un bombardeo durante la guerra. Por esta razón los directores se centraron en grabar temas sociales, políticos y económicos en primera persona. Así fue como nació el Neorrealismo italiano.
El cine Neorrealista italiano
El cine Neorrealista italiano tenía a menudo una visión muy crítica de la sociedad italiana. Como venimos diciendo, los efectos de la guerra en el país transalpino fueron devastadores, sumiendo a la población en una grave crisis social, de pobreza y desempleo. En este contexto de caos social surgió el Neorrealismo italiano, siguiendo una tendencia instaurada durante los años de la guerra por directores como Alessandro Blasetti o Francesco De Robertis.
Entre los directores más destacados de este “nuevo realismo” se encontraban Luchino Visconti, Roberto Rossellini, Vittorio De Sica, Giuseppe De Santis o Alberto Lattuada. Ellos fueron denominados neorrealistas por los críticos ya que trataban de crear obras cinematográficas que rechazaban las convenciones que venían impuestas desde Hollywood como el Happy Ending. La mayoría de estos directores, basaron sus guiones en acontecimientos cotidianos de la gente de a pié e incluso muchos de ellos se lanzaron a grabar sin guion literario, basando toda la historia en las improvisaciones. El primero que utilizó el término neorrealismo fue el crítico Antonio Pietrangeli y lo hizo para la película de Luchino Visconti, Ossessione (1943).
Ladrón de bicicletas (1948)
Poco a poco, en los años siguientes se fue configurando y tomando forma lo que a la postre sería el estilo del Neorrealismo italiano con películas como Roma, Ciudad Abierta (1945) y Camarada (1946) de Roberto Rossellini; El limpiabotas (1946) y Ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio De Sica; y La tierra tiembla (1948) de Luchino Visconti. Estos directores, con los mínimos recursos, se lanzaron a grabar en localizaciones reales y a transmitir los problemas de la posguerra. De entre todas, la que supuso el verdadero impulso al movimiento cinematográfico fue Roma, ciudad abierta. En esta película, Rosellini trató de contar y mostrar la situación de la ciudad romana cuando estaba siendo ocupada por los nazis y las condiciones a las que la sociedad estaba sometida.
Roma, ciudad abierta (1945)
A pesar del gran valor para los críticos de la época, las películas del cine neorrealista italiano no fueron populares entre en público. Los espectadores preferían las películas americanas a las del Neorrealismo. Ya que tras veinte años de fascismo, querían buscar productos más evasivos. Tampoco contaron con el beneplácito de los políticos de la época de la posguerra. Por esta razón, en 1949, entró en vigor la Ley Andreotti, impulsada por Giulio Andreotti.
Con esta ley se mataban a dos pájaros de un tiro. Primero se limitó las exhibiciones de películas exportadas y el gobierno concedía préstamos a las productoras italianas pero debían pasar un control por las autoridades. No era una censura muy estricta pero aún así, los guiones debían pasar un filtro. Poco a poco la crudeza de las primeras películas Neorrealistas fue disminuyendo y se encaminó hacia un cine híbrido con características tradicionales propias de los géneros cinematográficos.
Dentro de este grupo de películas tenemos: Vivir en paz (1947) de Luigi Zampa, Sin piedad (1948) de Alberto Lattuada, Arroz amargo (1949) de Giuseppe De Santis, y El camino de la esperanza (1950) de Pietro Germi. Estos cuatro ejemplos reflejan un cambio desde las películas de Rosselini y De Sica de los años 40. En este contexto de filtro por parte de las autoridades italianas, tanto De Sica y Zavattini, tuvieron problemas con Andreotti debido a la película Umberto D. (1952). Donde se cuenta la historia de un jubilado que lleva una miserable vida. Fue el mismo Andreotti quien escribió una carta pública a De Sica tachándolo de traición a la patria.
Ya entrados en los años 50, el Neorrealismo italiano y el cine del país transalpino evolucionó hacia un cine más “profesional” y se volvió a utilizar cada vez más el lenguaje cinematográfico propio del cine americano. Sigue siendo cine Neorrealista pero ya se atisban cambios. Ejemplo de esta etapa fueron Crónica de un amor (1950) de Michelangelo Antonioni, La Strada (1954) de Fellini, Te querré siempre (1954) de Rossellini.
Es un tipo de cine más alejado de los problemas de la clase obrera y más centrado en temas psicológicos con protagonistas de clase media. No obstante, el Neorrealismo italiano se convirtió en el primer cine de todas las posguerra del mundo que se liberó de la estructuración y artificialidades del rodaje en estudios impuesto por Hollywood.
A pesar de estos punto análogos en sus obras, el cine Neorrealista es bastante ecléctico y no guarda una definición exacta. Aunque si tiene una serie de características comunes como las que veremos en el siguiente apartado.
La Strada (1954)
El cine del Neorrealismo italiano guarda una serie de principios básicos y se fundamentan en las siguientes características:
Características estéticas y técnicas.
- Nueva forma de mirar la realidad. Es un cine que rompe con el lenguaje cinematográfico estadounidense y crea su propia forma.
- Puesta en escena y realización. Se recurre a grabar en locaciones naturales como plazas, pueblos, en el campo… debido sobre todo a la falta de recursos técnicos y estudios de cine. Cinecittà está prácticamente destruido y se usa para refugiados de la guerra.
- Iluminación. Se trabaja con iluminación natural.
- Sonido. No se solía recoger el sonido en directo, por lo que se recurre a la técnica del doblaje. Al no contar con equipos de sonido, les permitía tener más movilidad a la hora de mover la cámara.
- La cámara. Es recurrente la grabación con cámara en mano. Y la fotografía, sin iluminación artificial y muy precaria.
- Actores. Digamos que coexisten actores profesionales con actores no profesionales.
- Producción. No hay diseño de producción y el equipo de producción con el que se cuenta es muy parecido a los equipos de producción de los documentales.
Arroz amargo (1949)
Características narrativas y éticas
- Motivaciones éticas. Dentro del Neorrealismo italiano coexisten diferentes posiciones éticas. Una posición mucho más politizada, cercana incluso al marxismo como la de Visconti y otra más realista / católica realizada por Vittorio De Sica.
- Ruptura con el cine anterior. Supone un nuevo rumbo, totalmente contrario en cuanto a temáticas. Se oponen al cine de antes de la guerra: filmes históricos, el cine de los teléfonos blancos, cine de propaganda fascista…
- Temáticas. Utilizaban para sus películas historias cotidianas que representaran a la sociedad.
- El guion. Prácticamente se eliminan las reglas del guion estricto y se basan mucho más en la improvisación. En el caso de los finales, introducen finales ambiguos y están contrarios del Happy ending o final feliz.
- Nueva misión de los cineastas. La figura del cineasta cambia por completo, no sólo se trata de hacer cine y mostrar la realidad de la sociedad, sino que hay una creencia de que a través del cine poder cambiar las cosas.
Películas destacadas por director
El neorrealismo italiano es una de las corrientes cinematográficas más influyentes de la historia del cine, y es por ello, que todas las películas que aquí se destacan son sin duda algunas de las mejores películas italianas de la historia y merecen un visionado obligatorio.
Luchino Visconti
- Obsesión (1943)
- La tierra tiembla (1948)
- Rocco y sus hermanos (1960)
Roberto Rossellini
- Roma, ciudad abierta (1945)
- Paisà (Camarada) (1946)
- Alemania, año cero (1948)
- Stromboli, tierra de Dios (1950)
- Europa ’51 (1952)
Vittorio De Sica
- El limpiabotas (1946)
- Ladrón de bicicletas (1948)
- Milagro en Milán (1951)
- Umberto D. (1952)
Giuseppe de Santis
- Arroz amargo (1949)
- Roma a las 11 (1952)
Federico Fellini
- Los inútiles (1953)
- La Strada (1954)
- Las noches de Cabiria (1957)
Pier Paolon Pasolini
- Accattone (1961)
- Mamma Roma (1962)
Vittorio de Seta
- Bandidos de Orgosolo (1961)
La Strada (1954)