Crítica de El Jockey (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪ (4/5)
En el segundo día del Festival Internacional de San Sebastián, ha aparecido una de las grandes revelaciones. A pesar de haber estado en Venecia hace solo unas semanas, ha sido toda una sorpresa. Con la presencia del (extenso) equipo en edificio 2 del Kursaal, el público rompía a aplaudir en cuanto se ha puesto la pantalla en negro después del último fotograma. El aplauso hacia el elenco ha durado a lo largo de todos los créditos finales, con Nino Bravo y su Un beso y una flor sonando de fondo, que gran parte de los espectadores ha empezado a corear. Dentro del festival aparece en el apartado de Horizontes Latinos. Sería una firme candidata a la Concha de Oro, pero al no ser el primer festival que visita, no forma parte de la sección oficial.
El Jockey (2024) cuenta la historia de Remo (Nahuel P. Biscayart), un famoso jockey, o con el término que todos conocemos, un jinete de carreras de caballos. Está en una época autodestructiva de drogas y alcohol, y eso afecta tanto a su talento y rendimiento en pista, como la relación con su novia Sirena (Úrsula Corberó). Un trágico acontecimiento le hace cambiar radicalmente su forma de vida, e intenta buscar un nuevo rumbo.
Luis Ortega es uno de los grandes directores argentinos de este siglo, con un puñado de películas interesantes como Lulú (2016), terminó de consagrarse con su última obra, El ángel (2018). Fue presentada en Cannes, pasó también por San Sebastián, y consiguió decenas de premios y nominaciones. Es un director que apuesta radicalmente por lo visual para expresar lo que quiere contar.
Cartel de la cinta
En su cine es mucho más importante la forma que el fondo, dando pie al espectador que tome sus propias conclusiones e incluso que este le de la interpretación que considere a muchas de los hechos que suceden. Tanto es así, que el propio director en la presentación antes de que comenzara la sesión, admitía entre risas que ni él mismo entendía bien del todo su película.
Es muy complicado hablar o expresar con palabras una opinión del cine de Luis Ortega, porque es puro poder visual. Al igual que en El ángel, aquí vuelve a hacer un estilo de dirección que recuerda prácticamente al musical, sin serlo en absoluto. Pero es que el montaje, la cámara e incluso las acciones de los personajes se mueven al ritmo de la música. La banda sonora está bastante bien, pero en lo sonoro gana con la elección de canciones. El gusto musical del director es exquisito y escoge perfectamente los temas acorde a lo que está ocurriendo. Por ejemplo, toda la secuencia en la que suena Tú Llegaste Cuando Menos Te Esperaba de Leo Dan, es de los momentos más bellos vistos en el cine este año.
Como mencionamos antes, su sentido de la estética es arrollador, y esto se refleja perfectamente en el uso del color. Al ser una película en la que los personajes y la trama sufren una transformación y evolución, los colores también mutan a la par. En general es una obra muy colorida y atractiva para la vista, pero también por los contrastes que crea para definir personajes, espacios y estados de ánimo. A Remo se le presenta con el traje de jockey completamente negro, mientras que todos sus rivales visten llamativos colores.
Tráiler de El Jockey (2024)
Al igual que este, la cinta está plagada de ejemplos similares. Todo esto lo acompaña con infinidad de recursos cinematográficos que enriquecen por completo lo que estamos viendo. Movimientos de cámara anclados a objetos siguiéndolos cuando se desplazan, un gran uso del plano subjetivo, o planos perpendiculares y cenitales recordando a Wes Anderson. Un abanico extensísimo de posibilidades con el que juega y que da un gran resultado.
El reparto al completo está inmenso. Daniel Giménez Cacho hace un gran papel secundario y Úrsula Corberó también está fantástica, aunque al finalizar da la sensación de que no tiene demasiados minutos en pantalla para la importancia de su personaje. Pero todos ellos quedan eclipsados ante la entrega total y absoluta que hace Nahuel Pérez Biscayart. Se adapta perfectamente a la transformación de su personaje y se mueve con soltura tanto en la euforia y en el drama, como incluso en la comedia física.
Argumentalmente hablando también es bastante rompedora. Parte de la idea ya vista muchas veces de, caída desde lo más alto y posterior redención, para darle un toque totalmente fresco con esa idea de la pérdida o cambio de identidad. Mezcla varios géneros por momentos, para en otros no ceñirse a ninguno y moverse con total libertad. Pero sí que tiene partes de cine de mafias, romance, acción, cine deportivo e incluso melodrama. En el uso del color y en el aspecto más melodramático de búsqueda de identidad, recuerda al cine de Pedro Almodóvar.
Al mismo tiempo, ese submundo que aparece a partir del segundo acto, lleno de personajes perdedores, tristes y con la mirada perdida, en bares y antros de mala muerte, recuerda al cine de Aki Kaürismaki. Su imaginario visual es tan amplio y atrevido que es imposible que no recuerde a otros grandes directores, pero es innegable que Luis Ortega tiene una mirada autoral absolutamente propia y que es realmente atractiva. Una mirada que solo se puede entender del todo cuando se ve, da igual cuantas palabras se utilicen para definirla.
Ficha técnica:
El Jockey (2024)
- Argentina
- Duración 97 min.
- Dirección: Luis Ortega
- Guion: Luis Ortega, Fabián Casas, Rodolfo Palacios
- Música: Sune Wagner
- Dirección de fotografía: Timo Salminen
- Productora: Coproducción Argentina-México-España-Dinamarca-Estados Unidos; Rei Cine, El Despacho Produkties, Infinity Hill, Exile Content Studio, Warner Music
- Género: Thriller. Drama