Crítica de Winnie the Pooh: El bosque sangriento (2024): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐½✪✪ (2,5/5)

Si algo le faltaba a Winnie the Pooh: Miel y Sangre era la poca ambición del director y guionista Rhys Frake-Waterfield con la propiedad intelectual (PI) del osito amigable. Una cinta que quedó atrapada en los peores esquemas genéricos del slasher, con poca originalidad y demostrando que la nueva era de personajes que han pasado al dominio público estaba dirigida a la banalidad. Todo parecía poco esperanzador y, aun así, el director decidió escribir junto a Matt Leslie y dirigir una secuela, Winnie the Pooh: El bosque sangriento, que muestra una visión más personal del cineasta.

La cinta inicia de manera inmediata con los eventos previos de la película anterior, en donde Christopher Robin (ahora interpretado por Scott Chambers) deberá enfrentarse a su pasado y descubrir las respuestas detrás de las abominaciones que encarnan Tigger, Piglet, Búho y el mismo Winnie the Pooh. El director también decide incluir Miel y Sangre (2023) como una película parodia de los eventos reales dentro de su universo, similar a lo que hizo Wes Craven con la saga Stab en la franquicia de Scream. En un valiente intento por enmendar los errores pasados, en esta ocasión, Rhys Frake-Waterfield está más dedicado a la violencia de sus terroríficos personajes y se aleja de la estética similar a la de Asylum Films que tenía su anterior entrega.

Winnie the Pooh: El bosque sangriento opiniones y critica

Cartel de la cinta

En una secuencia introductoria, las versiones pesadillescas de los personajes de A. A. Milne tuercen y desmiembran a sus víctimas, a un nivel similar a Art the Clown en Terrifier, en donde los efectos prácticos y digitales se combinan para crear una masacre con referencias a cintas gore como Escupiré sobre tu tumba, Hostel, o cualquier película de Eli Roth o hasta del propio Damien Leone, quien parece la fuente de inspiración del joven cineasta británico.

La cinta destaca una fresca personalidad con el mejorado maquillaje de los abominables monstruos, puesta en escena y cámara que hacen más efectiva la atmósfera violenta y oscura que quieren reflejar este tipo de películas. Hay secuencias filmadas en una puesta en cámara desde el plano holandés o aberrante, que hace que los oscuros espacios del bosque de los 100 acres parezca una pesadilla inspirada en las atemorizantes secuencias de Jeepers Creepers, en donde el mal acechaba poco a poco a sus víctimas. Sin duda, el apartado visual de Winnie the Pooh: El bosque sangriento supera por mucho a su predecesora, en donde esa ambición que faltaba ahora se siente en cada plano que vemos en pantalla, incluso se puede sentir que aprovechan el poco presupuesto que tienen este tipo de películas.

Tráiler de Winnie the Pooh: El bosque sangriento (2024)

Aunque Rhys Frake-Waterfield demuestra un ojo de cineasta distinto, sigue tropezando con un guion que desconoce el tono que quiere ofrecer. La secuela tiene un exceso de diálogos explicativos sobre secuestros y pedofilia resultan ser temas demasiado serios para una película de este tipo, entorpeciendo la narrativa. Por ejemplo, después de una conversación entre dos personajes principales sobre el oscuro pasado de los monstruos, que se relaciona con un secuestro infantil, a los pocos minutos nos encontramos con una masacre con actores secundarios en la que se escuchan diálogos como: “it’s Pooh’n time” (Hora de Pooh) o “Come here you fluorescent bitch” (Ven acá, fluorescente perra). Imposible tomarse en serio lo que Rhys Frake-Waterfield quiere alcanzar con los back-stories de sus personajes, de los cuales no encuentro ningún motivo o razón para darle seriedad a este universo. Esto también conlleva a un ritmo bastante pesado, en un montaje que alarga planos y que hace la experiencia poco entretenida, elementos que vimos en la película anterior y que sigue persiguiendo la ridícula violencia que va hasta romper huesos y cráneos humanos con un bate de béisbol, con litros de sangre que caen directo al lente de la cámara. Sin duda esa falta de dirección en el tono que quieren darle a este universo de propiedades intelectuales en dominio público es de los graves problemas que podrían solucionar más adelante en otras entregas.

Al final, Winnie the Pooh: El bosque sangriento es una película que divertirá por momentos al público que goce de la sangre y tripas colgadas en un festín gore, pero que dejará un sabor agridulce al no aprovechar al máximo las posibilidades de las IP que tienen los creadores. Si bien el concepto de explorar el lado oscuro de Winnie the Pooh y sus amigos es intrigante, la ejecución deja mucho que desear. Aun así, todavía deja esperanza a lo que podrían hacer con otros personajes que son ahora parte del dominio público.

Ficha técnica:

Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 (2024)

  • Reino Unido
  • Duración 93 min.
  • Dirección: Rhys Frake-Waterfield
  • Guion: Rhys Frake-Waterfield, Matt Leslie.
  • Música: Andrew Scott Bell
  • Dirección de fotografía: Vince Knight
  • Productora: Jagged Edge Productions Distribuidora: Flins y Piniculas / FYP MEDIA
  • Género: Terror. Gore.

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