Crítica de ‘Maixabel’ de Iciar Bollaín

En un primer momento, uno puede llegar a pensar que la directora se está moviendo desde cierta posición de comodidad artística o desde un cine con toques melodramáticos en el que se desenvuelve a las mil maravillas. No obstante, sería injusto decir eso de este nuevo trabajo de Iciar Bollaín, ya que consigue entusiasmar y con mucho acierto, tratando un tema del que se ha hablado muchísimo y ofreciendo al espectador un prisma diferente del conflicto vasco. 

Una cinta muy bien llevada en todo momento y concebida desde un respeto y cariño absoluto; se da fe de ello, desde los primeros instantes del film. Los elementos narrativos que maneja, aluden principalmente a trasladar al público a corazón abierto, todo el dolor y sufrimiento que se ha vivido durante décadas en este país por culpa del terrorismo. Maixabel pone el foco en las personas, que desgraciadamente siempre verán sus vidas ligadas con la banda terrorista ETA; tanto los familiares de las víctimas, como de los que pertenecieron a la banda. 

Al final, el tema central en el que profundiza Maixabel es en el de la posible reconciliación entre los familiares de las víctimas y los victimarios tantos años después de que se produjeran los hechos. Nunca es fácil abordar este tema y haga lo que haga uno siempre acabará envuelto en la polémica, pero creo que esta cinta es de las películas que tratan con mayor acierto el tema. Aún planteando un film, que brinda la visión o la historia de ambos lados y no solo el de las víctimas, el público consigue llevarse un mensaje esperanzador y de perdón, donde el odio queda atrás por el camino.