Crítica de Kraven the Hunter (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪✪ (2/5)
Kraven El Cazador es una producción dirigida por J.C. Chandor, cineasta norteamericano conocido por su trabajo en cintas como El precio de la codicia (2011), Cuando todo está perdido (2013), El año más violento (2014) y Triple frontera (2019).
El estilo cinematográfico de Chandor está anclado en el «cine indie» con historias donde los personajes enfrentan situaciones extremas en escenarios concretos como el mundo financiero de Wall Street, un bote varado en el Océano Índico o la ciudad de Nueva York en 1981. Sus primeros trabajos fueron recibidos con gran entusiasmo por parte de crítica especializada y cosecharon importantes galardones en el circuito de premios, como una nominación a Chandor en la ceremonia de los Premios Oscar por su guion original de El Precio de la Codicia. La maestría del cineasta para generar tensión a través de elementos simples se expandió a nuevos horizontes en su debut en el cine de acción con la cinta Triple Frontera para la plataforma de Netflix donde adoptó un estilo más alineado con el cine «palomitero» de Hollywood y logró conectar con un público más amplio.
En esta oportunidad, Chandor se adentra en el cine de superhéroes con Kraven the Hunter, la sexta y última propuesta del Universo Spider-Man de Sony.
Cartel de la cinta
Tomando como punto de partida los orígenes del super villano del mismo nombre creado por Stan Lee, la cinta entra en cartelera durante un momento convulso para las historias de este corte, tomando en cuenta la pésima recepción que cosecharon sus predecesoras en la franquicia y el decreciente interés en los spinoffs de universos cinematográficos de superhéroes que se ha visto reflejado en la taquilla estos últimos años. ¿Puede suceder que la visión particular de Chandor sufra efecto y estemos ante una producción exitosa?
Es la historia sobre cómo y por qué uno de los más icónicos villanos de Marvel llegó a serlo. Kraven (Aaron Taylor-Johnson) es un hombre cuya compleja relación con su despiadado padre, Nikolai Kravinoff (Russell Crowe), le hace emprender un camino de venganza con brutales consecuencias, motivándole a convertirse no sólo en el mejor cazador del mundo, sino también en uno de los más temidos.
Genérica e intrascendente son las expresiones más apropiadas para describir esta nueva apuesta de Sony que no aporta nada interesante dentro del universo arácnido y posee la estética de una producción pensada para un estreno directamente a video en lugar de una super-producción cinematográfica. Uno de tantos fallos además de algunos aciertos que posee esta historia irregular.
Desde su inicio podemos apreciar que estamos ante una película de superhéroes del montón con la secuencia que muestra la llegada de nuestro personaje titular a una prisión recóndita y su posterior escape, donde somos testigos de una secuencia de acción llena de violencia gráfica que resulta funcional pero no sorprende en lo absoluto. De ahí el guión escrito por Richard Wenk, Art Marcum y Matt Holloway emplea un largo flashback para presentarnos la adolescencia de Kraven y la complicada relación con su padre en una serie de momentos que emparentan con las «raíces indie» del cine de Chandor pero que no están lo suficientemente bien construidos para ser efectivos con diálogos vacíos y un ritmo que convierte esta introducción en una experiencia tediosa.
Tráiler de Kraven the Hunter (2024)
Una vez que la historia regresa al presente, el flujo narrativo remonta de manera considerable al sentar las bases para el conflicto central con la aparición de mercenarios rusos en el Inframundo criminal de Londres y la exploración de temas como la disfunción familiar y los matices de la maldad que lamentablemente se mantienen en un nivel superficial para tomar un rol secundario ante las cuantiosas y brutales coreografías de acción que pueblan el grueso de la trama en lo que termina por constituir una simple historia de venganza con guiños mal planteados a la franquicia de Spider-Man y múltiples sub-tramas que no terminan de cuajar por el poco interés que se les dedica. Sumado a ello, tenemos un desarrollo de personajes endeble, donde a excepción de la figura titular, no hay que rescatar, con la presentación de personajes secundarios que desaparecen por un buen trecho de la narrativa para luego reaparecer y funcionar como mera comparsa para Kraven. En este sentido, es lamentable lo desaprovechada que está Calypso, una figura sumamente interesante que posee una base fuerte en los cómics pero que aquí se ve reducida a un rol muy limitado. Lo mismo sucede con los antagonistas, quienes cuentan con unas motivaciones absurdas y resultan excesivamente caricaturescos. Otros elementos de la historia, como las habilidades de Kraven no tienen una explicación certera y se pierden un tejemaneje de ideas que tampoco logra cristalizar de la mejor manera. Para su tramo final, el guion deja germinar las semillas para una secuela de cara al futuro que no llegará habida cuenta de la reciente cancelación del Universo Spider-Man, dejándonos con una historia a medias y muchos agujeros de guion que no tendrán respuesta. Su error más lamentable.
Con gran parte del peso de la cinta a cuestas, el actor Aaron Taylor Johnson se adentra en el personaje de Kraven con solidez ofreciendo una interpretación física de alto nivel que enlaza bastante bien con el perfil marcado en los cómics y aportando cierto grado de carisma que sorprende en los momentos menos esperados. Por desgracia, el resto del elenco no está a su altura, con una Ariana DeBose que hace lo que puede como Calypso pero su trabajo se ve lastrado por el mal desarrollo de personaje mencionado anteriormente; lo mismo sucede con el gran Russell Crowe que no logra encajar del todo en su oscuro personaje de tintes shakesperianos y Fred Hechinger es una presencia anodina a lo largo de la cinta como Dimitri, el hermano menor de Kraven. Pero el punto más desastroso del conjunto lo ostentan los actores Alessandro Nivola y Christopher Abbott como los villanos Rhino y Extranjero, respectivamente. Ambos intérpretes firman los peores roles de sus carreras, con personajes absurdos y sobre actuados que resultan irritantes en cada una de sus apariciones. Tenemos a firmes candidatos para los premios Razzie.
La irregularidad se extiende hasta el apartado técnico con una producción que ronda los 110 millones de dólares en su presupuesto, pero no siempre lo demuestra. El diseño de producción es una de sus grandes bazas con una aventura que nos lleva desde la cosmopolita ciudad de Londres hasta los inhóspitos bosques de Siberia(con locaciones rodadas en Islandia) y uno que otro desvío hacia escenarios como Ankara en un empaque atractivo, en el que destacan el club nocturno donde trabaja Dimitri y el escondite siberiano de Kraven como espacios con personalidad propia que ofrecen algo de estilo y relumbrón. El vestuario de Sammy Sheldon también funciona con diseños que se ajustan a la indumentaria descrita en los cómics para el personaje titular y marcan su evolución hasta culminar en el traje final de estilo casi prehistórico que marca el inicio de su recorrido como antihéroe.
Por el contrario, nos encontramos en terreno escabroso con el departamento de efectos especiales donde el uso excesivo de CGI lastra el resultado final, lo que se aprecia claramente en el diseño de los animales con facciones de acabado artificial mientras que la transformación de Rhino remite directamente a un videojuego de dudosa calidad de los años 90. La fotografía de Ben Davis también palidece habida cuenta de una propuesta plana sin imágenes memorables ni matices rescatables en el tratamiento digital de las secuencias rodadas en exteriores. La música de Benjamin Wallsfich, Evgueni y Sacha Galperine presenta composiciones interesantes de aire místico en momentos puntuales de la historia, pero pierde fuerza al incidir en un leitmotiv sonoro de una voz coral que se siente repetitiva y machacona a partes iguales, mientras que el elemento más perjudicial para Kraven: el Cazador en lo técnico es la edición de Craig Wood con una propuesta vacua que une las diferentes secuencias en un conjunto genérico y hace avanzar la historia a trompicones, dando la sensación de que estamos presenciando una serie de episodios televisivos sueltos en los que faltan piezas de información clave que impiden formar un producto homogéneo.
Es desalentador comprobar que la dirección de Chandor se siente insípida y no hay rastro alguno de su sello autoral en la producción, lo que apuntala una ausencia de la originalidad y el brío narrativo que caracterizó a sus anteriores proyectos. Es cierto que las secuencias de acción están resueltas con tino y la falta de pretensiones artísticas hace de esta historia una cinta de sobremesa para ver un día de lluvia, pero no deja de ser una oportunidad tremendamente desaprovechada para aportarle energía al experimento fallido que supuso el Universo Spider-Man de Sony.
En conclusión, Kraven: el Cazador es una propuesta sin alma que no ofrece nada interesante en el canon superheroico y sólo puede disfrutarse como un entretenimiento pasajero tan ligero a la par que olvidable. Decepcionante.
Ficha técnica:
Kraven the Hunter (2024)
- Kraven: El Cazador (2024)
- Estados Unidos
- Duración: 127 min.
- Dirección: J.C. Chandor
- Guión: Richard Wenk, Art Marcum y Matt Holloway
- Música: Benjamin Wallsfich, Evgueni Galperine y Sacha Galperine
- Dirección de fotografía: Ben Davis
- Productora: Columbia Pictures, Marvel Pictures, Sony Pictures Releasing
- Género: Acción. Aventura. Cine de superhéroes