Crítica de Expediente Warren: El último rito (2025): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪ (3/5)
Expediente Warren: el último rito es una producción dirigida por Michael Chaves, cineasta norteamericano que se ha dedicado a construir una carrera en el cine de terror dentro de la popular franquicia Expediente Warren, aunque su aproximación genérica ha resultado en algunas de las entregas más irregulares de este universo, como es el caso de Expediente Warren: el diablo me obligó a hacerlo (2021) y la risible La maldición de la llorona (2018).
En esta oportunidad, llega a la cartelera Expediente Warren: el último rito que se perfila como la entrega final de la saga y promete un cierre cargado de tensión, sustos y emotividad, además de un homenaje singular a sus carismáticos personajes centrales. ¿Lo consigue?
Los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren se enfrentan a uno de los casos más aterradores de su carrera. La familia Smurl, compuesta por Jack, Janet y sus hijas, se muda con ilusión a la casa de sus sueños, pero pronto su vida se convierte en una pesadilla. Ruidos inexplicables, olores insoportables y presencias oscuras comienzan a manifestarse en el hogar, afectando física y emocionalmente a cada miembro de la familia.
Desesperados, los Smurl recurren a los Warren, que descubren que la vivienda está infestada por una presencia demoníaca poderosa y violenta. Lo que sigue es una batalla espiritual que pondrá a prueba la fe, la resistencia y el amor familiar como nunca antes.

Cartel de la cinta
Entretenida pero insustancial, Expediente Warren: el último rito propone una aventura final que remite a las primeras entregas de la franquicia con el ambiente de «casas encantadas» luego de su desvío a un terror sobrenatural con tintes detectivescos en su anterior capítulo. Lo que tenemos aquí es un pasatiempo superficial que continúa la senda desigual de Chaves en el cine de terror pero contiene algunos elementos que afortunadamente la alejan de ser un desastre.
La mejor baza de Expediente Warren: el último rito reside en las fantásticas actuaciones de Patrick Wilson y Vera Farmiga quienes se ponen una vez más en la piel de los Warren y siguen demostrando que poseen una química soberbia, además de calzar como anillo al dedo en esta pareja de demonologos. La naturalidad y el humor ocurrente que le aportan a los personajes los hacen muy entrañables y fascinantes de ver en pantalla.
A esta dinámica se suma la actriz Mia Tomlinson como Judy, la hija de la pareja en una actuación sólida que destaca por su candor y destellos interesantes de «scream queen», además de mostrar una química notable con Farmiga y Wilson, lo que los convierte en una familia creíble en pantalla. Por otro lado, el actor Ben Hardy destaca por su espontaneidad en el rol de Tony, el prometido de Judy.
Todos ellos se ven involucrados en una historia que representa el punto más flojo de la función, debido a un guión sumamente anodino que tira de los clichés habituales del género para crear un espectáculo efectista sin mayor valor que buscar el susto fácil en los momentos de mayor tensión. Se trata de un recorrido narrativo que sigue el caso de la familia Smurl de manera apresurada, situándonos rápidamente en la acción sin una construcción adecuada que nos permita empatizar con los personajes y temer por ellos una vez que comienzan los eventos sobrenaturales, como si sucedía con la familia Perron en Expediente Warren: The Conjuring (2013) y la familia Hodgson en Expediente Warren: el caso Enfield (2016), además de la presencia limitada que poseen a lo largo de la historia, más enfocada en el drama familiar de los Warren que en los intringulis paranormales. Y es en este último punto donde realmente funciona la historia, ya que todo lo relacionado a la pareja central y su hija está abordado con solidez y resulta interesante de seguir, con unas cuantas pinceladas de humor que acompañan de maravilla sus andanzas.
Tráiler de Expediente Warren: El último rito (2025)
También destaca con fuerza el prólogo de la cinta donde vemos a los Warren en sus años de juventud durante la investigación de un caso siniestro que los marca de por vida y pasa a formar parte del predicamento de los Smurl como pieza clave para su resolución. Aunque el lore detrás de este misterio que involucra un espejo embrujado no se desarrolla de la mejor manera, con una explicación que deja cabos sueltos y respuestas insatisfactorias. Una vez que los Warren hacen acto de presencia en la vivienda de los Smurl durante el último tercio de la historia, la investigación paranormal adquiere un tono más serio y conduce a una confrontación climática con fuerzas demoníacas que poseen a Judy y se desarrolla de forma rocambolesca, aunque es entretenida en su ejecución visual. Todo desemboca en un final emotivo que cierra con éxito este capítulo en la vida de los Warren y posee algunos guiños a entregas previas de la saga que emocionarán a más de un fanático. También vale la pena ver el montaje final durante los créditos con imágenes de archivo de los personajes y sus diferentes casos, todo un regalo para los espectadores.
En el plano técnico, Expediente Warren: el último rito cuenta con algunos valores destacables, como una ambientación y un vestuario de lo más efectivos a la hora de retratar los años 80. Mención especial para el diseño de producción en la casa de los Smurl con sus espacios lúgubres y elementos de época que poseen un componente nostálgico muy entrañable, como los juguetes y el teléfono antiguo.
La música de Benjamin Wallfisch es otro trabajo sobresaliente con melodías que logran generar una atmósfera de tensión creíble en conjunto con una edición de sonido soberbia. Pero el mejor aspecto de este renglón es el departamento de maquillaje y posticería con un trabajo excelente a la hora de caracterizar a los diferentes seres demoníacos y las heridas resultantes de los encuentros sobrenaturales. Aunque hay que decir que algunos efectos visuales dejan bastante que desear durante estas secuencias, con un acabado cantoso más cercano a un formato televisivo que una producción de la gran pantalla.
La dirección de Chaves en el apartado del terror continúa siendo inestable, aunque en esta ocasión se aprecia una mejoría considerable con un par de momentos que logran generar mal cuerpo en el espectador y hacen dar unos cuantos botes en la sala de cine, en especial una escena que involucra a una aparición femenina y remite a la famosa secuencia de la bruja en lo alto del armario que forma parte de Expediente Warren: The Conjuring. Por lo demás, el director emplea sobresaltos básicos y escenarios comunes que pecan de poco originales y un timing algo desfasado para sorprender, aunque de igual manera posean cierto cariz efectista. En resumen, una ejecución funcional pero descuidada.
En conclusión, Expediente Warren: el último rito es una experiencia entretenida que funciona mejor en el apartado dramático que en los escenarios pensados para dar miedo, con unos protagonistas que lo dan todo y una ambientación nostálgica perfecta para los completistas de la franquicia. Diversión palomitera sin pretensiones.
Ficha técnica:
The Conjuring: Last Rites (2025)
- Estados Unidos
- Duración: 135 min.
- Dirección: Michael Chaves
- Guion: Ian Goldberg, Richard Naing, David Leslie Johnson-McGoldrick
- Música: Benjamin Wallfisch
- Dirección de fotografía: Eli Born
- Productora: New Line Cinema
- Distribuidora: Warner Bros. Pictures
- Género: Terror