Crítica de Estado Eléctrico (2025): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐½✪✪ (2,5/5)

Estado Eléctrico es una producción dirigida por los hermanos Joe y Anthony Russo, cineastas norteamericanos conocidos por su trabajo en cintas como la comedia Tú, yo y ahora… Dupree (2006) y su exitosa incursión en el universo cinematográfico de Marvel con las producciones Capitán América: el soldado de invierno (2014), Capitán América: guerra civil (2016), Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019), además de las fallidas Cherry (2021) y El agente invisible (2022).

Con una predilección clara por las propuestas de acción y el entretenimiento palomitero anclado en el cine comercial, los Russo han construido una carrera interesante que les ha labrado una base considerable de fanáticos, aunque su etapa más prolífica en la casa de las ideas se sienta muy lejana.

En esta oportunidad, los hermanos regresan con Estado Eléctrico, una adaptación cinematográfica del libro ilustrado del mismo nombre escrito por Simon Stålenhag. Un elenco formidable, una historia llena de acción y efectos especiales a tutiplen son algunos de los alicientes con los que esta propuesta planea conquistar a los espectadores. Pero, ¿logra su cometido?

Michelle (Millie Bobby Brown) una adolescente huérfana atraviesa el oeste americano con un robot misterioso y un vagabundo excéntrico, John Keats (Chris Pratt) en busca de su hermano menor.

Estado eléctrico critica y opiniones

Cartel de la cinta

Una historia que a priori resulta interesante pero luego muestra sus costuras, Estado Eléctrico es una propuesta tremendamente irregular que peca a la hora de intentar ocultar sus carencias narrativas con un empaque visual ambicioso, llegando a un balance extraño donde hay fallos y aciertos en igual medida que se deben desglosar.

Uno de los principales reclamos positivos que tiene Estado Eléctrico es la actuación protagónica de Millie Bobby Brown como Michelle Greene. No es ningún secreto el talento de la actriz británica que ya pudimos disfrutar en la popular serie Stranger Things y las cintas de Enola Holmes. En esta ocasión, Brown vuelve a destacar con una interpretación más contenida en términos de carisma, pero de una potencia emocional sólida y que además funciona como guía del espectador a través del mundo retrofuturista de la historia. A su lado, Chris Pratt aporta una dimensión cómica pero no logra igualar el nivel de Brown y se queda en un acompañante bastante sosainas sin mucho que ofrecer a lo largo de la historia.

Muy deslucido también resulta el trabajo de Stanley Tucci en el rol antagónico de la función. Su personaje posee una construcción estereotipada que no le permite resaltar como en otras producciones y Tucci no logra darle matices interesantes, entregando una interpretación plana y carente de energía. Otros miembros destacados del reparto que desafortunadamente se ven limitados en esta ocasión son los actores Brian Cox, Giancarlo Esposito, Ke Huy Quan y Woody Harrelson. Mejor librado sale el joven Woody Norman en el personaje de Christopher, el hermano de Michelle. Su breve participación es clave para la historia y Norman posee buena química con Brown, por lo que logran construir una relación fraternal orgánica y creíble en pantalla.

Tráiler de Estado Eléctrico (2025)

Con seguridad, el elemento que hace de Estado Eléctrico una propuesta irregular es su guión escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely que adapta con torpeza el material de origen y no consigue aportarle personalidad propia al universo presentado en la historia. En sus primeras secuencias, entramos en contexto con la introducción a unos Estados Unidos sumidos en la guerra tecnológica contra los robots , escenario sobreexplotado en el cine de ciencia-ficción y que lamentablemente aquí no encuentra un ángulo distintivo que lo haga resaltar entre otras propuestas similares. Que la historia esté ambientada en los años 90 invita a establecer comparaciones con el cine de Steven Spielberg por su poso sentimental y diseño retrofuturista, pero no cuenta con el sentido de la maravilla ni la creatividad de cintas como Inteligencia Artificial (2001) o Ready Player One (2018). El discurso tecnológico que teje paralelismos con las controversias actuales en torno a la IA presenta ideas interesantes como la libertad colectiva, el lado menos amable de la nostalgia y los prejuicios que oculta el miedo a lo desconocido; el problema es que no sabe como elaborar un discurso sólido alrededor de estos temas por lo que palidece al tener en cuenta ejemplos recientes más satisfactorios como la excelente Resistencia (2023).

En su lugar, seguimos la aventura dramática de nuestra heroína Kate que se adentra en la Zona de Exclusión, el área donde se encuentran aislados los robots, con el propósito de encontrar a su hermano a quien creía muerto. Este punto ofrece una lectura intrigante sobre el rechazo a los inmigrantes, pero no se explora con profundidad y sólo llega a rascar la superficie de su potencial. El desarrollo narrativo presenta una estructura predecible con muchos lugares comunes del género y clichés como el acompañante «chistoso» ejemplificado en la figura de Keats y las persecuciones entre el antagonista y nuestros héroes, que da lugar a una posterior captura y confrontación final. Es una historia de manual que no ofrece sorpresas y desecha el tono melancólico de la novela a favor de una vis genérica propia de una producción infantil de sobremesa. El desarrollo de personajes brilla por su ausencia, especialmente en el caso del empresario malvado Ethan Skate, cuyas motivaciones se sienten manidas y lo convierten en una figura olvidable sin mucha sustancia.

Para su tramo final, El Estado Eléctrico presenta momentos de gran dramatismo y diálogos pretendidamente serios que suenan artificiales y como los demás elementos argumentales aterrizan en un nivel confuso y mediocre. El punto más decepcionante de la cinta. Algunos aspectos que alejan a Estado Eléctrico del fracaso absoluto son el diseño de producción a cargo de Dennis Gassner que nos transporta a una Norteamérica de contrastes entre los escenarios urbanos con hogares tradicionales y paisajes desérticos para la zona de exclusión donde destaca el escondite de los robots, un centro comercial abandonado de aspecto rústico pero encantador, elemento que se ve potenciado por la colorida fotografía de Stephen F. Windon con una paleta de tonos cálidos que bañan las imágenes con un brillo nostálgico aunque peque de «kitsch» en muchos momentos. La música compuesta por Alan Silvestri también aporta al estilo añejo de la propuesta con sus partituras altisonantes de influencia noventera y un soundtrack que incluye grandes éxitos como «Good Vibrations», «Every Rose Has Its Thorn» y una versión instrumental de «Don’t Stop Believin».

Pero el apartado más logrado es el referente a los efectos especiales con un espectacular trabajo en la creación de los drones y la inmensa torre de Sentre Corp, la compañía de Ethan. La variedad de diseños es alucinante y el aspecto de cada personaje robótico destaca por sus expresiones entrañables y detalles particulares. Mención especial para Mr. Peanut y Mrs. Scissors con sus looks enternecedores y de mucha garra. Por el contrario, el vestuario y el departamento de maquillaje y peluquería se posicionan como los elementos débiles del conjunto técnico con estilismos cutres y atuendos que caricaturizan a los personajes, como es el caso de Keats y su look rocambolesco. Un desacierto en toda regla. La edición de Jeffrey Ford tampoco se salva de la quema, ya que le imprime un ritmo soporífero a la cinta, convirtiéndose por momentos en una experiencia farragosa.

En conclusión, Estado Eléctrico es una de las propuestas menos efectivas de los hermanos Russo como consecuencia de su fallido engranaje narrativo. Aún así, cumple como pasatiempo para un domingo lluvioso y los efectos visuales son de primera línea.

Ficha técnica:

The Electric State (2025)

  • Estados Unidos
  • Duración: 128 min.
  • Dirección: Anthony y Joe Russo
  • Guion: Christopher Markus y Stephen McFeely
  • Música: Alan Silvestri
  • Dirección de fotografía: Stephen F. Windon Productora: Skybound Entertainment Distribuidora: Netflix
  • Género: Aventura. Ciencia-ficción. Drama

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