Crítica de Cualquiera menos tú (2023): reseña y opinión de la película

Por otro lado, tenemos un grupo de secundarios donde destacan GaTa como Pete, el jocoso amigo de Ben y Bryan Brown como Roger, el padre de Pete. Juntos forman una dupla interesante que funciona a la hora de generar más situaciones divertidas en la historia. Los miembros débiles del conjunto son Hadley Robinson como Halle, la hermana de Bea y Darren Barnet como Jonathan, el ex-prometido de Bea en un rol plano y desechable.

El guion de Cualquiera menos tú es obra de Gluck e Ilana Wolpert. De entrada, nos encontramos con una estructura que sigue al pie de la letra los elementos característicos de las comedias románticas clásicas sin desviarse del camino en ningún momento y resulta predecible desde su comienzo hasta su secuencia final, pero el toque especial que la convierte en una experiencia agradable es el buen desarrollo de sus personajes centrales y el desenfado con que retrata sus líos amorosos en Australia. Un primer encuentro adorable en una cafetería marca la conexión instantánea de nuestros protagonistas y da lugar a una dinámica sólida donde conocemos sus anhelos y rasgos importantes, elementos en los cuales se profundiza una vez que se produce su primer distanciamiento y comienza la relación de enemistad que poco a poco se reconfigura hacia el romance inicial una vez que se encuentran en suelo australiano.

Gluck y Wolpert crean una serie de gags descacharrantes que involucran comedia física y van desde incidentes con fuegos artificiales, arañas y yates lujosos hasta referencias a Titanic (1997), toques picantes y momentos cuasi teatrales con los personajes secundarios que enlazan directamente con el texto de Shakespeare, además del uso de algunas de las frases de la obra para identificar los distintos tramos de la historia. El mensaje final nos habla del amor y las segundas oportunidades, temas sobreexplotados en este tipo de cintas pero que vuelven a funcionar gracias a la cercanía y la nostalgia con la que están retratados, a base de influencias claras del cine romántico de los años 90 sin olvidar el contexto actual que es clave para atraer a las nuevas generaciones de espectadores.

En el apartado técnico, Cualquiera menos tú posee un diseño de producción sofisticado y una fotografía que le saca partido a la ciudad de Sidney con sus locaciones deslumbrantes como la Ópera y la Bahía, que se convierten en escenarios importantes para algunos momentos clave de la historia. La música compuesta por Chris Stracey y Este Haim funciona como acompañante dulce y enérgico de las imágenes, mientras que el soundtrack contiene una selección de canciones populares como «Unwritten» de Natasha Bedingfield, que forma parte de una rutina especial de nuestro protagonista y confirma la predilección de Gluck por la cantante británica, luego de incluir su canción «A Pocketful of Sunshine» en Se dice de mí.

En conclusión, Cualquiera menos tú presenta una premisa tradicional elevada por el encanto de sus actores protagónicos y se posiciona como una de las opciones más atractivas de la cartelera cinematográfica en este inicio de año. Una propuesta feel-good y sexy para disfrutar sin grandes pretensiones.