Crítica de Solos en la noche (2024): reseña y opinión de la película
Una obra que vive en el mismo miedo que su protagonista.
Puntuación ✪✪ (3/5)
El 23 de febrero de 1981, en pleno proceso de transición española entre el antiguo régimen franquista y la posterior monarquía parlamentaria, España sufrió un golpe de estado organizado por Antonio Tejero que, por suerte, resultó en fracaso. El ejército, más allá de sus acciones más visibles como el asalto al hemiciclo o el paseo de tanques, poseía una lista negra con personas de izquierda a las que pretendían asesinar si el golpe de estado acababa siendo efectivo.
Yo, por ejemplo, conocí a un antiguo profesor universitario y abogado, Pablo Matías, con quien pasaba algunas tardes de verano en mi pueblo hablando sobre literatura y sobre cómo le requisaban los manifiestos comunistas y libros rojos cuando volvía de Francia. Pablo Matías estaba en la lista negra de Tejero para ser asesinado. Si el golpe de estado hubiese sido exitoso jamás le habría conocido.
Solos en la noche (2024) trata de un pequeño gabinete de abogados laboristas andaluces que, tras escuchar en la radio el asalto al parlamento del 23-F, deciden refugiarse en la casa de uno de ellos. La película ha tenido recorrido por diversos festivales como el Atlántida Film Fest o el Festival de Málaga y llegará a salas de cine el 20 de septiembre.
Quiero empezar esta crítica aclarando varios puntos sobre la forma de la propia reseña. He decidido dividirla en dos secciones: forma y fondo. En la primera me centro en los aspectos meramente cinematográficos mientras que, en la segunda parte, he decidido reflexionar sobre ciertos aspectos de la obra y su discurso.

Cartel de la cinta
Forma
Solos en la noche (2024) adopta el tono y esquema formal de la comedia clásica norteamericana en su rama más humanista, con clara influencia del cine de Billy Wilder y Howard Hanks. Por otro lado, la caracterización de los personajes y sus diálogos cómicos beben directamente del cine de comedia española de Alfredo Landa y de la sátira de Berlanga. La combinación resulta, salvo por su fondo temático, en una comedia formal común que puede agradar a un público mayoritario si sobrepasan el choque que les pueda producir la temática. Ahora bien, la comedia no termina de funcionar. Varias de las situaciones se sienten, ciertamente, forzadas para que la película se mueva desde el punto A al B y exista un momento cómico entre medias.
Esto provoca que algunos personajes se sobreexploten cómicamente en la primera mitad del filme y acaben fatigando con el paso del tiempo como es el ejemplo del protagonista Paco. Esto también se debe a que los personajes del filme, a pesar de estar inspirados en personas reales, se sienten como arquetipos cómicos en vez de personas. Pero, como punto positivo, hay que admitir que, aunque sea un humor sencillo, este está construido de forma más inteligente al de la mayoría de las comedias españolas actuales.
Solos en la noche (2024) es un ejemplo claro de formalismo clásico. No hay ningún punto especialmente destacable en cuanto a su dirección más allá de que es correcta. Se mueve en un lenguaje cinematográfico básico conformado por los habituales planos-contraplanos. No es algo malo en sí mismo, pero no otorga cinematográficamente nada nuevo o especial. En cierto sentido, es más clásica en lo formal que las propias comedias clásicas de las que toma inspiración.
Tráiler de Solos en la noche (2024)
Fondo
Es complicado tratar el fondo político de esta película pues, al fin y al cabo, se nutre de una situación histórica reciente que afectó a muchas personas. El propio filme, al final, posee una dedicatoria a la generación que vivió aquel golpe de estado en sus propias carnes. En el posterior coloquio con el director se pudo escuchar a gente afectada por las imágenes de Tejero entrando en el parlamento, pero que acabó aceptando la propuesta humorística de la película tras el impacto inicial. Esto funciona porque la comedia toma ese modelo clásico y humanista, pues otro tipo de comedia, ciertamente más valiente, que usase un humor más absurdo o ácido no sería tan bien recibida. En este sentido es cierto que el filme ha cumplido con esa generación a la que va dedicada.
Hay que añadir también que, gracias a su sencillez y forma clásica, puede ser una película útil en contextos de secundaria, lo que acaba enlazando una generación con otra. Ahora bien, como obra política que es Solos en la noche (2024), me gustaría tratar algunos puntos de ella y el por qué siento que es una obra algo tibia que no funciona tanto con una generación intermedia.
El filme se sitúa en un contexto de izquierda: personajes marxistas, chistes sobre “La Internacional”, el empleo de música de cantautores como Raimon y el propio contexto de los personajes así lo deja claro. El problema surge con lo que representa Paco en el filme y con el mensaje final que, además, acaba siendo reforzado por el director en el coloquio posterior. Paco, que utiliza el arquetipo de hombre noble (aunque si nos ponemos quisquillosos se le pueden sacar defectos ligados al egoísmo y a la ligera manipulación emocional), es el socialdemócrata del grupo y el que pretende representar dos cosas: al español promedio y “al buen hacer”. Se hace ver que Paco es el único personaje de ese gabinete que trabaja y que no es un hipócrita. La crítica a la propia hipocresía de la izquierda no es algo negativo per se, pero en Solos en la noche (2024) acaba resultando en un ensalzamiento al ideal socialdemócrata y tibio, algo similar a la película Captain Fantastic (2016). Al final el filme, como su protagonista, está impregnado del miedo a un comentario más revolucionario.
“La democracia es frágil”. Este es un lema que se repite en el filme y uno al que, en cierta medida, nos hemos acostumbrado en los últimos años. Por lo que siento que la película fracasa con la generación actual es porque nos hallamos en una situación donde la gente vota, más que por convicción, por miedo al auge de la extrema derecha y del fascismo en toda Europa. Pero, a la par que existe esa amenaza ultraderechista, los partidos socialdemócratas se han acomodado en discursos hipócritas, acciones neoliberales y capitalistas mientras que la izquierda se ha disuelto y la organización del pueblo cada vez es menor. En este sentido, “el buen hacer, la cabeza fría y la socialdemocracia” han fallado al pueblo y a nuestra generación.
Conclusión
Solos en la noche (2024) es una película simpática y sencilla que realiza una comedia de corte clásico sobre los sucesos de la noche del 23-F, pero, que más allá de su premisa, tampoco hay un filme especialmente destacable y su discurso, a pesar de funcionar con generaciones pasadas, es poco valiente.
Ficha técnica:
Solos en la noche (2024)
- España
- Duración: 88 minutos
- Dirección: Guillermo Rojas
- Guion: Guillermo Rojas
- Música: Miguel Rivera
- Dirección de fotografía: Alejandro Espadero
- Productora: La Claqueta PC, Summer Films
- Género: Comedia