Crítica de Cloud (2024): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐⭐⭐✪ (4/5)

Este año, el cineasta japonés Kiyoshi Kurosawa ha presentado tres trabajos cinematográficos: el cortometraje Chime, el remake occidental de Serpent’s Path y su largometraje Cloud, los cuales han participado en festivales de cine, desde Cannes y Venecia hasta San Sebastián. Estas películas reflejan las inquietudes y temáticas que, a sus 69 años, le interesan explorar en sus thrillers de suspenso y misterio, géneros que han marcado su filmografía. Con Cloud, Kurosawa se centra en la avaricia y la culpa, presentando la historia de un revendedor que engaña a sus clientes con productos defectuosos, una estafa que le traerá graves consecuencias.

Desde hace tiempo, el cine de Kiyoshi Kurosawa se ha caracterizado por la representación de fantasmas en la era digital, como en Pulse (2001) o Retribution (2006), donde colocó a sus espectros frente a la lente de una manera que no se había visto antes en el cine japonés, utilizando luces, close-ups, los buscadores primitivos del Internet y la depresión contemporánea. También, el movimiento J-Horror japonés ha sido parte de la filmografía del cineasta, con otras obras que abordaban la fragilidad del alma humana, como Cure (1997) y Charisma (1999).

Cloud parece una combinación de sus obras más destacadas, en la que regresa a la exploración de Internet para capturar la peor esencia del capitalismo moderno. Para el cineasta japonés, la avaricia ha tomado por completo el alma del ser humano, metiéndolo en una trampa mortal de la que no puede escapar.

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Cartel de la cinta

La mayoría de las personas que entramos en este sistema capitalista podríamos sentirnos identificados con el propósito de Ryosuke (interpretado por Masaki Suda), que solo quiere vender y conseguir dinero, la única forma que le dará una vida de frutos y recompensas. Conforme avanza la trama, la psique del protagonista se vuelve cada vez más compleja y obsesiva, estafando a quien sea que se acerque, sin importar el impacto que pueda tener en la otra persona, en este caso, el comprador. No es un villano en sí, sino que toma características que conforman al ser humano en esta era del capitalismo digital.

El personaje de Masaki Suda observa el monitor de su computadora con la obsesión y el deseo de un vendedor contemporáneo de Amazon, Marketplace u otro sitio, cambia el costo de los productos y se entusiasma con la venta inmediata en línea. Tal es su avaricia que ignora a la rata muerta envuelta en periódico en la entrada de su casa, un elemento visual que ya nos puede indicar hacia dónde irá la cinta de Kiyoshi Kurosawa.

Los espectros de Pulse (2001) se convierten en la avaricia y la culpa. Una paranoia se va forjando en las acciones de Ryosuke, quien, obsesionado por el dinero, no se da cuenta de sus actos. Una creciente cantidad de reseñas negativas de los consumidores llevará a Ryosuke a ser acorralado en su inquietante espacio de trabajo, que también era su hogar. Los planos largos y el ritmo pausado que caracterizan el cine de Kurosawa se vuelven evidentes con el desarrollo psicológico.

Tráiler de Cloud (2024)

Ruidos inquietantes, entre vidrios y cristales rotos, acompañan un diseño sonoro que eleva la tensión y nos sumerge en la paranoia. Por ejemplo, cuando Yoshii conversa con un excompañero de estudios, el monótono ronroneo del aire acondicionado se intensifica lentamente, bajo la presión y los pensamientos silenciosos del protagonista. Otro momento realmente brillante, que podría pasar desapercibido, es cuando un extraño roza a Ryosuke en el autobús, y el ruido cesa abruptamente. Estamos ante un cineasta obsesivo que comprende a sus personajes y el universo que los rodea, asemejándose al que vivimos actualmente. En ocasiones, para enriquecer el suspenso de la obra, Kurosawa decide darle más información al espectador, tal como hacía Alfred Hitchcock en sus viejos tiempos. Al igual que los personajes del cineasta británico, es raro simpatizar con alguien que podría estafarte, pero Kurosawa presenta a su protagonista definido más por el poder del dinero que lo impulsa, quitándole diálogo y mostrando sus actos en desesperación por conseguir más dinero. Es difícil no destacar la ingenuidad e inocencia que Masaki Suda aporta a su actuación.

También, sin spoilear, debo destacar en este texto que la trama nos lleva a un tercer acto que se distingue de la filmografía del cineasta. Una secuencia de tiros y disparos se desarrolla entre el humor negro y el suspenso que los personajes han estado construyendo. A diferencia de las cintas de acción modernas americanas, en las que el montaje suele tener cortes rápidos y bruscos, Kurosawa opta por los paneos de planos generales y largos para desarrollar una locura de adrenalina inyectada en un lugar abandonado. Travellings y paneos se mezclan visualmente para mostrar que el cineasta todavía puede relatar historias que combinan distintos géneros con una maestría excepcional, que pocos de sus contemporáneos podrían lograr.

Aquí, Kurosawa peca con los personajes secundarios, sobre todo el interés romántico del protagonista, que no parece estar tan bien desarrollado. Hay algo que no logró conectar conmigo respecto a la razón de ser de ese personaje, interpretado por Kotone Furukawa; sus breves apariciones y diálogos la hacen sentir algo superficial y poco relevante para el desarrollo de la trama. Algo similar sucede con otro personaje, que funciona como un mecanismo para que sucedan ciertos eventos y que podría haber tenido un mejor desarrollo de su pasado para comprender sus acciones.

Al final, en el retrato de Ryosuke en Cloud también se encuentra una reflexión sobre los tiempos que vivimos: la obsesión por el dinero, el hábito de consumir diariamente, la compra-venta que fortalece cada día el capitalismo moderno. La desconexión que tenemos con nuestra propia alma y con quienes tenemos frente a nosotros, a través de Internet y los medios visuales que consumimos a diario, me hace preguntar: ¿Qué tan cercana está la sociedad a la psique del protagonista? ¿Acaso también podríamos llegar a estafar para conseguir todo lo que nuestros sueños más íntimos desean? La avaricia, como un espectro que atormenta al ser humano, es lo que ha hecho que Kurosawa sea uno de los cineastas más importantes actualmente y digno de ser visto en la gran pantalla.

En una época en la que los fantasmas y los monstruos parecen asustar menos al público contemporáneo, rodeado de una excesiva ola de noticias sangrientas y perturbadoras a diario, el cineasta japonés intuye que los temas que más se acerquen al ser humano moderno son los que realmente lo pondrán a reflexionar e incomodar. En lugar de recurrir a lo sobrenatural, Kurosawa se enfoca en las inquietudes existenciales que atraviesa el individuo en el contexto de una sociedad cada vez más deshumanizada, más alejada del mundo y cada día más obsesionada con la era de la digitalización.

Ficha técnica:

Cloud (2024)

  • Japón
  • Duración 124 min.
  • Dirección: Kiyoshi Kurosawa
  • Guion: Kiyoshi Kurosawa
  • Música: Takuma Watanabe
  • Dirección de fotografía: Yasuyuki Sasaki
  • Productora: Cloud Production Committee, Nikkatsu, Tokyo Theatres K.K. Distribuidora: A Contracorriente Films
  • Género: Thriller. Terror. Drama

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