Crítica de Bird (2024): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐⭐⭐✪ (4/5)

Desde sus inicios en los cortometrajes, Andrea Arnold siempre se ha interesado por mostrar las vidas de personas que viven de una forma diferente. El proyecto con el que se ganó el reconocimiento internacional fue Wasp (2003), consiguiendo el Óscar a mejor cortometraje. A partir de ahí, ha hecho cinco películas, entre las que destacan Red Road (2006), Fish Tank (2009) y American Honey (2016). Todas ellas fueron galardonadas con el premio del jurado en el Festival de Cannes. Ahora estrena Bird (2024), con la que ha competido por la Palma de Oro y también se ha exhibido en la sección Perlak del Festival de San Sebastián.

La película se centra en Bailey (Nykiya Adams), una adolescente de 12 años que vive en una casa ocupada junto a otros chavales desamparados, liderados por Bug (Barry Keoghan), otro joven al que todos reconocen como padre. Viven de la delincuencia, sin ninguna aspiración de futuro ni de cambio. Bailey también tiene, paralelamente, una difícil situación familiar que no sabe cómo resolver. Un día conoce a Bird, y todo empieza a cambiar.

Bird es un coming of age en toda regla, con la temática, el tono y la atmósfera que siempre rodean las películas de Andrea Arnold. Un submundo urbano, putrefacto, sucio y radicalmente opuesto a la belleza, con unos personajes perdidos que viven en condiciones lamentables, pero que, de cierta manera, encuentran comodidad y confort en ese estilo de vida, por lo que no hacen nada por cambiar. La mayor parte de las veces, como se muestra en la cinta, provienen de familias totalmente desestructuradas desde que nacieron, por lo que tampoco perciben su situación como una tragedia que deban remediar. Pero Bailey sí lo percibe.

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Cartel de la cinta

Es una película que, pese a su potencia visual, es un análisis sobre un tipo de sociedad y estilo de vida. A través de los ojos de Bailey, vemos de qué manera se relaciona con el resto de los personajes, y esto Andrea Arnold lo divide de forma muy clara en tres escenarios, y en cada uno hay una figura masculina que lo domina: la vida de Bailey con el resto de la banda, dominada por Bug; la difícil vida de su madre y sus hermanas, dominada por el nuevo novio de la madre; y, por último, los encuentros con Bird. Son tres escenarios en los que ella no se comporta de la misma manera, y al mismo tiempo, los tres se retroalimentan. Uno representa la unidad y el grupo, el otro el drama y la tragedia, y el último lo más sentimental o espiritual.

Resulta complicado explicar lo que representa y lo que implica el personaje de Bird en la historia. Es quien otorga el título a la película, sin embargo, la primera vez que aparece en pantalla es pasada la media hora de metraje. La película tiene una clara implicación social sobre una realidad que existe, pero Arnold decide apostar esta vez por introducir toques de fantasía, algo que tiene sentido teniendo en cuenta que la protagonista tiene doce años. Bird es eso, una especie de ángel de la guarda que enseña a Bailey a mirar más allá de los muros que tiene delante dada su situación, y que le impiden tener un futuro. La parte dramática, trágica y que contiene los mayores momentos de tensión es todo lo que implica a la madre: soltera, con un número de hijos que es imposible saber con exactitud, y con un historial demencial de novios maltratadores.

Tráiler de Bird (2024)

Aunque no sea una buena influencia, Bug no es el antagonista como sí lo es el novio de la madre. Bug es una especie de Peter Pan callejero que lleva a sus niños perdidos por el camino de la delincuencia, ya que no conoce otro. Barry Keoghan, totalmente tatuado, ofrece una gran actuación como es habitual en él, pero que acaba sabiendo a poco ya que durante un largo periodo apenas aparece en pantalla. Por otro lado, Nykiya Adams está fantástica, y más sabiendo que tiene doce años también en la vida real, siendo este el primer papel de su carrera.

Pero lo que realmente eleva a Bird como película son sus formas y el talento de Andrea Arnold para dirigir. Grabada en su totalidad con la cámara al hombro, sin ningún tipo de estabilizador, siguiendo muy de cerca a los personajes. Esto crea una inmersión total en la atmósfera de putrefacción e inmundicia que plantea, y a su vez se siente completamente acorde a cómo son y cómo se sienten las personas a las que está filmando: gente desestabilizada, desequilibrada, al filo de la vida y la muerte. Todas las escenas en las que hay música, tanto extradiegética como cantada por los personajes, componen los momentos más entrañables y de conexión emocional. En especial, las rápidas secuencias, ya sean en patinete o corriendo por las calles del destartalado barrio.

Ficha técnica:

Bird (2024)

  • Reino Unido
  • Duración 119 min.
  • Dirección: Andrea Arnold
  • Guion: Andrea Arnold
  • Dirección de fotografía: Robbie Ryan
  • Productora: Coproducción Reino Unido-Francia; House Productions, Ad Vitam Production, arte France Cinéma, Pinky Promise, FirstGen Content, Access Entertainment, BBC Film, British Film Institute
  • Género: Drama. Adolescencia

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