Crítica de Tardes de Soledad (2024): reseña y opinión del documental
Entre la vida y la muerte
Puntuación (5/5)
Quinto año cubriendo el Festival de Cine de San Sebastián para HistoriaDelCine.es, con la esperanza que entre el cansancio festivalero y la ilusión que nos trae aquí, veamos películas que nos recuerden por qué amamos y vivimos algunos por y para el cine. Mientras escribo esta crítica (haciendo tiempo para ver el siguiente pase), me venía a la cabeza una frase que le he escuchado pronunciar al gran Leos Carax, el cual ha venido al festival a presentar su maravilloso mediometraje C’est pas moi (2024): “El cine es como un déjà vu. Una búsqueda constante para reencontrase con emociones ya vividas”.
Qué preciosa manera de referirse al cine, la cual resume lo que hemos sentido algunos viendo la nueva obra de Albert Serra. No soy taurino, aborrezco la barbarie que pretenden vender algunos como espectáculo, pero hoy me he reencontrado de la manera más inexplicable posible con esa emoción inconmensurable que me hizo querer escribir sobre cine. Porque el cine, al fin y al cabo, es un reflejo directo de nuestra existencia, abriéndose paso por los imprevisibles recovecos de la vida y la muerte.
Tardes de soledad (2024) nos confronta de manera descarnada con la noción más primitiva de la vida y la muerte. Lo que sobresale de nuestras entrañas y nos hace despertar del letargo y automatismos en los que parece moverse la vida moderna. El riesgo, lo mundano y lo fatídico se dan lugar en este documental que sigue al torero Andrés Roca Rey y a su “cuadrilla”, a lo largo de las 14 corridas que conforman el montaje final de este documental.
Cartel de la cinta
Este documental se ha estrenado dentro de la Sección Oficial de esta nueva edición del Festival de Cine de San Sebastián, rodeado de la polémica esperable en un tema tan controversial como es el de la tauromaquia; llegándose incluso a pedir por parte del partido animalista PACMA que se retirase del festival. “A Contracorriente Films” será la encargada de su distribución en España, sin tener aún fecha de estreno en salas.
Lo atractivo de lo fatídico
Es indudable que hay algo que ya de por sí nos genera cierta atracción de lo litúrgico que hay detrás de lo taurino, que está muy ligado a algo muy terrenal. Es imposible conseguir una equidistancia con las imágenes, pero sí pretender explorar con la mayor honestidad posible unos hechos en concreto. El debate y la manera de jugar de esta película (antes incluso que se proyectara) es vaga y habla de los tiempos en los que vivimos, en los que parece que el valor artístico se tiene que medir por lo políticamente aceptable.
Tráiler de Tardes de Soledad (2024)
No es una obra fruto de una causa o para ensalzar algo (por muy obvio que debería ser este punto en pleno siglo XXI), en el que la imagen habla por sí sola. Es una obra en la que no se buscan las certezas de las corridas taurinas, sino las certezas puramente cinematográficas. En ese sentido, es una producción totalmente contracultural, una proeza alcanzada eludiendo toda contaminación exterior. La manera en la que juega a nivel formal con esos planos tan cerrados y el propio sonido del acto que se retrata, hacen que uno entre en trance con la visceralidad que está viendo en pantalla. No trata de edulcorarlo, no trata de buscar efectismos baratos, sino que simplemente se limita a trabajar desde las propias bases de la cinematografía.
La importancia del montaje
Serra apuntaba algo muy interesante en la rueda de prensa, hablando de que este documental fue “como cuando alguien encarga un retrato a un pintor”. Uno de los puntos clave de Tardes de soledad (2024) es que querían evitar interceder en lo que las cámaras capturasen. Se rodaron las faenas con un equipo de tres cámaras, pero no era hasta estar en la sala de montaje que veían lo que se había grabado. Esa idea muy “buñuelesca” de Serra de cómo concibe la propia cinematografía a través del montaje, lo lleva a sus máximas en este documental. Obviamente, todas las películas se hacen en gran medida en el proceso de montaje, pero aquí es lo más fundamental y en donde Serra consigue manipular y condensar unos hechos de una manera puramente conceptual en su formalismo.
Conclusión:
Tardes de soledad (2024) es una portentosa proeza cinematográfica, que va a lo más primitivo y descarnado del propio acto de torear. Una obra contracultural de los tiempos en los que vivimos, donde la vida y la muerte se abren paso con un uso de la imagen y el sonido sin igual. Serra ha retratado como nunca se había hecho anteriormente una corrida de toros, en la que expone como nunca al espectador a un encuentro con la muerte más cruda. Digna ganadora de la Concha de Oro, porque son obras como estas las que hacen a uno querer seguir viniendo a los festivales.
Ficha técnica:
Tardes de soledad (2024)
- España
- Duración 109 min.
- Dirección: Albert Serra
- Guion: Albert Serra
- Música: Marc Verdaguer
- Dirección de fotografía: Artur Tort
- Productora: Coproducción España-Francia-Portugal; Lacima Producciones, Idéale Audience, arte France Cinéma, Rosa Filmes
- Género: Documental