Crítica de Red One (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪✪ (2/5)
Red One es una producción dirigida por Jake Kasdan, cineasta norteamericano conocido por su trabajo en cintas como Efecto Cero (1998), Orange County (2002), Walk Hard: la historia de Dewey Cox (2007), Malas Enseñanzas (2011), Sex Tape. Algo pasa en la nube (2014), Jumanji: bienvenidos a la jungla (2017) y Jumanji: Siguiente nivel (2019).
El cine de Kasdan se caracteriza por abordar historias enmarcadas en el género de la comedia, con un tipo de humor dirigido especialmente hacia el público adulto en sus comienzos, pero que en los últimos años se ha visto reconducido a un nicho más amplio con la incorporación de Kasdan a la franquicia de Jumanji, específicamente orientada hacia un entretenimiento familiar y que cosechó una cálida respuesta por parte de público y la crítica especializada.
En esta oportunidad, Kasdan se adentra en el terreno de las cintas navideñas con Red One, una propuesta que mezcla acción y comedia dentro de la temporada festiva más popular del año. Con un elenco encabezado por los actores Chris Evans y Dwayne Johnson, ¿Es la propuesta ideal para darle la bienvenida a la época decembrina en la gran pantalla?
Tras el secuestro de Papá Noel, nombre en clave: Red One, el Jefe de Seguridad del Polo Norte (Dwayne Johnson) debe formar equipo con el cazarrecompensas más infame del mundo (Chris Evans) en una misión trotamundos llena de acción para salvar la Navidad.
Cartel de la cinta
Un pasatiempo inofensivo y palomitero es lo que ofrece Red One por un par de horas sin mucho más relevante que añadir a la ecuación. El problema es que fuera de ello, no hay ningún elemento destacable que la haga sobresalir entre otras propuestas similares y todo se mantiene en un nivel superficial que junto a una sensación anodina de producto reciclado la convierte en una cinta olvidable.
El guion corre a cargo de Chris Morgan y se consolida como el mayor problema de Red One. Tras una secuencia inicial donde observamos la niñez de Jack O’Malley, nuestro protagonista, nos encontramos en el presente con una secuencia que intenta emular sin éxito la ambientación de cintas como El Hermano de Santa (2007) o Un padre en apuros (1996), además de presentar a Jack como un bribón carismático que no posee espíritu navideño en la misma línea del personaje interpretado por Vince Vaughn en El Hermano de Santa y el Tim Allen de Santa Cláusula (1994). Un copia y pega que no hace gracia ni presenta nada interesante, a excepción de una secuencia de acción convencional pero resultona.
A medida que la historia avanza, conocemos a Santa Claus y a Callum Drift, el Jefe de Seguridad del Polo Norte y su mano derecha. En esta versión del Polo Norte, se aprecia un entorno moderno y tecnológico, casi distópico donde la mitología fantástica se da de la mano con una visión satírica de la magia. Esto tiene su foco central en la MORA, una fuerza de seguridad que se encarga de resguardar e investigar a los diferentes personajes mitológicos en una suerte de espacio multiversal que suena intrigante en su concepción pero está mal desarrollado y se sustenta en un world-building insustancial con reglas que no tienen una explicación concisa y una gran cantidad de «huecos argumentales» que empañan a la historia irremediablemente.
Para cuando Santa es secuestrado por enemigos misteriosos y Jack debe unir fuerzas con Callum para rescatarlo, la cinta se embarca en un recorrido que aborda los típicos clichés de las historias navideñas con temas como la familia, el perdón y el autodescubrimiento bajo un prisma caduco y tedioso sin grandes giros ni mensajes novedosos, ya que se le da más relevancia a una serie de secuencias de acción genéricas en lugar de una construcción narrativa más sólida sin obviar el factor del entretenimiento.
Tráiler de Red One (2024)
Los arcos narrativos de Jack y Callum tampoco se alejan de lo básico y sus propósitos centrales funcionan como calcos de los personajes protagónicos en cintas como la ya mencionada Santa Cláusula y Arthur Christmas (2011). En su tramo final, Red One deviene en un festival de batallas rocambolescas y sensiblería de manual que en este caso particular no consigue surtir el efecto deseado, ya que no consigue conmover ni divertir como debería. Su desacierto más grande.
El reparto de Red One está plagado de estrellas pero se siente desaprovechado, con un Chris Evans que hace lo puede para sacar adelante a su personaje, aportando un puntito de de carisma canallesco, pero sin llegar a destacar del todo, mientras que Dwayne «La Roca» Johnson se mantiene en piloto automático durante toda la cinta con una interpretación acartonada y carente de chispa que se perfila como carne de cañón para los premios Razzie. Tampoco se salva de la quema la actriz Lucy Liu con un rol secundario deslucido y estereotípico que no le permite demostrar su talento y hace que continúe su racha de malas actuaciones luego de su fallida participación en ¡Shazam! La furia de los dioses (2023). Pero sin lugar a dudas, la peor interpretación del elenco recae en la actriz Kiernan Shipka en su rol de Gryla, la villana mitológica, con un trabajo vocal exagerado y mínimo esfuerzo en mostrar una presencia inquietante.
En el lado positivo están los actores veteranos J.K Simmons y Bonnie Hunt como Santa Claus y la Señora Claus, respectivamente. Aunque cuentan con un tiempo en pantalla limitado y escaso desarrollo narrativo, el desparpajo y la espontaneidad de estos intérpretes hacen que brillen en cada una de sus apariciones. Por otro lado, el joven Wesley Kimmel hace un buen trabajo en el personaje de Dylan, hijo de Jack. Kimmel apunta maneras hacia un futuro con producciones más acertadas que la que nos ocupa.
En el plano técnico, Red One también se coloca en un terreno escabroso con un diseño de producción que presenta escenarios creativos como el Polo Norte futurista de tonos oscuros pero falla cuando se centra en otros ambientes como el hiper-digitalizado castillo de Krampus o la guarida de Gryla. Lo mismo sucede con los efectos especiales, donde se abusa del CGI para dar vida a las criaturas mitológicas, teniendo como resultado un acabado muy pobre con diseños que parecen extraídos de un videojuego defectuoso y no como parte de una super-producción. Además, las expresiones faciales de estas creaciones brillan por su ausencia y al echarles un vistazo más cercano, podemos apreciar que sus rostros poseen un efecto blur muy incómodo que seguramente sea producto de un mal trabajo en post-producción.
Igual de caótico resulta el acabado de las secuencias donde los personajes cambian de tamaño con un mal trabajo en las proporciones de los actores con respecto a los escenarios que recuerda a lo visto en la esperpéntica Cats (2019). El departamento de maquillaje y peluquería es otro fallo con personajes que portan estilismos al nivel de una obra escolar y caracterizaciones deficientes, como la de Krampus de «baratillo». La música de Henry Jackman es el único elemento que aporta una dosis positiva con sus divertidas composiciones, las cuáles oscilan entre lo festivo y una vena de»thriller de acción» que le inyecta un poco de energía a las imágenes rutinarias de la cinta.
En conclusión, Red One es un entretenimiento familiar sin alma que ignora a un reparto talentoso para entregar 123 minutos de acción tediosa y comedia sin gracia que se olvidan con facilidad una vez finalizado su visionado. Insustancial.
Ficha técnica:
Red One (2024)
- Estados Unidos
- Duración 123 min.
- Dirección: Jake Kasdan
- Guion: Chris Morgan. Historia: Hiram Garcia
- Música: Henry Jackman
- Dirección de fotografía: Daniel Mindel
- Productora: Seven Bucks Productions, Chris Morgan Productions, Detective Agency, The, Amazon MGM Studios
- Género: Fantasía