Crítica de Alien: Romulus (2024): opinión de la película y explicación de su final

Puntuación ⭐⭐⭐⭐✪ (4/5)

Alien: Romulus es una producción dirigida por Fede Álvarez, cineasta uruguayo que cuenta con un recorrido interesante por el cine de terror con producciones como Posesión Infernal (2013) y No Respires (2016), además de su coqueteo con el thriller de acción en La Chica en la telaraña (2018), perteneciente a la franquicia Millenium.

El cine de Álvarez se caracteriza por presentar experiencias cinematográficas dirigidas a un público mainstream con el fin de entretener y generar atmósferas inquietantes por un par de horas. Ya lo demostró en No Respires con su excelso uso de la tensión y ahora aprovecha una nueva oportunidad para mantener al espectador pegado a su butaca.

Con Alien: Romulus, Álvarez se adentra en la popular franquicia de ciencia-ficción y terror que tuvo su debut cinematográfico en el año 1979 bajo las directrices del legendario cineasta Ridley Scott, y género un éxito apoteósico que hizo posible la concepción de tres secuelas, Aliens (1987) bajo la mano de James Cameron, Alien 3 (1992) dirigida por David Fincher y Alien: Resurrección (1997) a cargo del francés Jean Pierre Jeunet. Luego se estrenaron un par de spinoffs de cuestionable calidad, Alien Vs Depredador (2004) y Alien Vs Depredador: Requiem (2007).

Alien Romulus critica y opiniones

Cartel de la cinta

En el año 2012, Scott tomó de nuevo las riendas de la franquicia y estrenó Prometeo, una precuela de las primeras entregas que expandió el lore de las cintas y género buenos ingresos en taquilla. En 2017 llegó a la cartelera Alien: Covenant, una secuela directa de Prometeo que tuvo una recepción modesta y no causó gran revuelo entre los fanáticos de la franquicia. Ahora Álvarez combina una nueva historia con los elementos clásicos de la saga para entregar un blockbuster veraniego de altura y enganchar a una nueva generación de espectadores, para quiénes esta producción supone su primer contacto con los Xenomorfos. ¿Logra su objetivo?

En 2142, una sonda espacial de la corporación Weyland-Yutani investiga los restos del USCSS Nostromo y recoge un objeto orgánico que contiene un Xenomorfo. Tiempo después, en la colonia minera Jackson’s Star, la joven Rain Carradine (Cailee Spaeny), una huérfana que trabaja con su hermano adoptivo Andy (David Jonsson), un humano sintético reprogramado, acepta unirse a su ex-novio Tyler (Archie Renaux) para viajar a una nave espacial abandonada a intentar recuperar unas cámaras de criostasis. Éstas les permitirán a ellos y a sus amigos, la hermana de Tyler, Kay (Isabela Merced), su primo Bjorn (Spike Fearn) y la novia de este, Navarro (Aileen Wu) escapar al planeta Yvaga. Pero, no todo será tan fácil para ellos y pronto descubrirán los terribles secretos que esconde la nave.

Nostálgica y moderna al mismo tiempo, Alien: Romulus se erige como una aventura espacial palomitera que encuentra un buen balance entre los momentos de acción sangrienta y el desarrollo de las relaciones entre los personajes que componen la historia. Con la estructura de un videojuego de survival horror, estamos ante una de las sorpresas del año en materia de terror. Como era de esperarse, Alien: Romulus es un espectáculo visual. El diseño de producción nos transporta una vez más a la oscuridad del espacio, donde nos adentramos en la estación espacial abandonada Rómulo y Remo con sus cámaras lúgubres y pasillos que ocultan a las criaturas titulares. El diseño de la nave nos remite a la icónica Nostromo pero con un look actualizado y una atmósfera que simula una casa embrujada en el espacio. El otro escenario importante en la cinta es la colonia minera Jackson’s Star donde viven nuestros protagonistas y que posee un aspecto distópico apropiado para la ocasión con sus grandes estructuras y pozos de minería que traen a la mente una remembranza de Blade Runner decadente y en esteroides.

Tráiler de Alien: Romulus (2024)

La fotografía de Galo Olivares es un ejercicio de estilo soberbio, ya que el fotógrafo mexicano emula la estética de Alien, El Octavo Pasajero como un sentido homenaje, pero al mismo tiempo le aporta nuevos matices para darle una entidad propia. De esta manera tenemos imágenes con una paleta de tonos oscuros y texturas vibrantes, donde el negro y el rojo predominan y nutren a la composición de un aspecto pulp que deslumbra con facilidad la retina del espectador.

Los efectos especiales nos traen de vuelta a los Xenomorfos y los Atrapacaras como los recordábamos, a través del uso de efectos prácticos, detalle que se agradece en estos tiempos donde el CGI marca la pauta en casi todas las producciones de este estilo. El diseño de criaturas es maravilloso, con un respeto tácito por las creaciones vistas anteriormente en la saga y la intención de combinar ideas que da como resultado un nuevo monstruo, híbrido humano-alien, el cual conjuga la columna vertebral de los monstruos titulares con la estructura física humanoide de los «Ingenieros» vistos en Prometeo. Un despliegue de inventiva visual fascinante. El departamento de maquillaje también aporta su granito de arena en este ámbito con las prótesis diseñadas para lograr que la criatura adquiera un aspecto más escalofriante, pero también con su labor sobresaliente a la hora de plasmar las distintas heridas, cadáveres mutilados y explosiones de  gore que inundan la pantalla.

La música de Benjamin Wallfisch asombra con sus composiciones grandilocuentes deudoras de las épicas espaciales de los años 90 y los picos de angustia que genera en conjunto con el diseño sonoro en los momentos de gran tensión en la historia. También se cuelan en ciertos pasajes algunas melodías de otras entregas de la franquicia, lo que contribuye al chute de nostalgia festiva que sobrevuela la producción. Gritos, alaridos de las criaturas y en momentos clave silencios ensordecedores forman una mezcla sonora de primera línea que pone los pelos de punta a los espectadores.

La ruta narrativa de Alien: Romulus no posee grandes pretensiones y ofrece lo que esperamos una vez comienza la proyección. El guión escrito por Álvarez y Rodo Sayagues sigue el viaje de nuestros protagonistas desde Jackson’s Star y se concentra en la misión que planean llevar a cabo, es decir, se encuentra anclada en una estructura tradicional de aventuras con obstáculos y enfrentamientos de alto voltaje sin pretender dar lecciones filosóficas ni lecturas sociales, estamos ante cine de escapismo puro y duro. Los temas que se pueden rescatar son algunas ideas básicas sobre la relación de los humanos con la inteligencia artificial, la búsqueda de una nueva vida por parte de nuestros héroes y los vínculos afectivos sanos que muestra Rain, buenos valores anclados en una serie de persecuciones y escapes a lo largo de la nave, que como mencionamos anteriormente son deudoras de los videojuegos de survival horror, con los Xenomorfos convertidos en «jefes finales» que deben superar para lograr acceder a los siguientes niveles del entorno. Para su tramo final, la historia muestra algo de ambición y da un giro que la sitúa peligrosamente en territorio de cine de serie B, pero afortunadamente se recupera rápidamente y ofrece un clímax espectacular que deja con buen sabor de boca y abre la posibilidad a una nueva entrega.

El reparto de Alien: Romulus está compuesto por «intérpretes en ascenso» que hacen un buen trabajo coral, pero los que más destacan son la aguerrida Cailee Spaeny (Priscilla, Civil War) que dota a Rain de fuerza y empatía, además de compartir similitudes con la icónica Ripley de Sigourney Weaver y David Jonsson como Andy, el hermano androide de Rain que trae ecos de David, el androide interpretado por Michael Fassbender en Prometeo, pero Jonsson logra darle vida propia con mucho carisma y momentos poderosos en los que interactúa con Spaeny y poseen una química especial.

*Alerta. Los siguientes párrafos tienen spoilers sobre el final de la cinta.

Explicación del final de Alien: Romulus

Las aventuras del grupo alrededor de la nave los llevan a una sala donde encuentran una multitud de Atrapacaras y se ven obligados a escapar. En el caso resultante, Navarro y Bjorn son asesinados por las criaturas y Kay que está embarazada es capturada por un Xenomorfo. El resto del grupo descubre a Rook, un androide que fue el único sobreviviente de la estación y Rain instala su chip de memoria en el cuerpo de Andy para poder tener un acceso completo a la nave. Esta acción mejora su sistema operativo, pero también reprograma su sentido de la obediencia, lo que lo hace ser leal únicamente a la corporación Weyland-Yutani.

Andy también encuentra un componente químico extraído de los Xenomorfos que la corporación planea utilizar para perfeccionar a la raza humana. El equipo logra rescatar a Kay de las garras de los Xenomorfos, pero Tyler es asesinado por las criaturas y Andy pierde el conocimiento. Rain ayuda a Kay a escapar de Rómulo y ésta última se inyecta el componente para recuperar fuerzas. Rain regresa a la nave, donde desactiva el chip de Andy, restaurándolo a su estado normal y se enfrenta a los Xenomorfos. Tras una larga batalla que desafía la gravedad, Rain y Andy logran escapar de Rómulo antes de destrucción de la nave.

De camino a Yvaga, Rain introduce a Kay dentro de una cámara de criostasis y afianza su lazo con Andy. Pero la inyección biológica surte su efecto y Kay da a luz a un híbrido humanoide-alienígena que la asesina y ataca a Rain. Tiene lugar un enfrentamiento donde nuestra heroína logra separar el compartimento de carga de la nave y empujar a la criatura hacia el exterior.

En las escenas finales, Rain coloca a un malherido Andy en una cámara y emprende una bitácora de viaje a Yvaga, con una narración sobre el futuro incierto que le depara su llegada al planeta anhelado. Este desenlace coquetea con la posibilidad de una secuela que aborde la odisea de Rain en Yvaga y donde se explore más a fondo la temática de los humanoides, ya que la Corporación Weyland posee el control del componente de origen y se desconoce el uso que le pueden dar, ya que se erige como un arma biológica letal en contra de la humanidad. Muchas posibilidades que merecen ser exploradas en futuras entregas.

En conclusión, Alien: Romulus es una digna secuela que recupera lo mejor de la franquicia original y tiende nuevos puentes que apuntan a un futuro interesante con un potencial ilimitado y el gran liderazgo de Cailee Spaeny en el rol protagónico.

Ficha técnica:

Alien: Romulus (2024)

  • Estados Unidos
  • Duración 119 min.
  • Dirección: Fede Álvarez
  • Guion: Fede Álvarez, Rodo Sayagues. Saga creada por: Dan O’Bannon, Ronald Shusett. Personajes: H.R. Giger
  • Música: Benjamin Wallfisch
  • Dirección de fotografía: Galo Olivares
  • Productora: 20th Century Studios, Scott Free Productions, Brandywine Productions. Productor: Ridley Scott, Walter Hill. Distribuidora: 20th Century Studios
  • Género: Ciencia Ficción