Entrevista a Stéphane Brizé, director de Fuera de Temporada (2023)
Stéphane Brizé es un director reconocido en Francia, con más de veinte años de experiencia detrás de las cámaras. Estrena ahora en los cines españoles Fuera de temporada (2023), su décima película. Después de la proyección, pude hacerle varias preguntas sobre ella que respondió con mucha amabilidad, demostrando al igual que en todas sus obras, su gran sensibilidad por los sentimientos humanos.
Stéphane Brizé
Sergio del Campo: Hay muchas películas con temáticas parecidas, pero siempre se afrontan más desde la comedia romántica. Aquí hay algo de comedia, pero es una película con mucha carga sentimental. ¿Tenía claro desde el principio que quería escapar de la comedia y centrarse en lo sentimental?
Stéphane Brizé: Siempre me siento bastante incómodo con las definiciones. Comedia romántica, drama, película de terror, película psicológica, suspense; todo esto a mí siempre me resulta difícil de definir. Siempre te piden que definas la película cara al espectador, como si el espectador no pudiera pensar por sí mismo. Entonces claro, siempre tengo la impresión de que, en las siques colectivas, en el momento que aparece la palabra romántico o romance, es como algo superficial, muy azucarado o muy rosa. Luego si pasas a la comedia también es superficial, si pasas al drama, es todo muy doloroso. Pero es que la vida no es así, en la vida tienes momentos intensos, momentos dolorosos donde te ríes y donde hay humor. En la vida, nunca hay una intensidad amorosa sostenida. La intensidad amorosa muere, vuelve, se desvanece.
Entonces, si me piden que defina una película, está bien, pero si me piden que defina una vida, no puedo hacerlo en dos palabras. Lo que sí te puedo decir es que sabía desde un principio que iba a haber toques de humor. Porque no me parecía correcto describir el dolor de ese hombre, en su situación social, de forma dramática. Porque había hecho tres películas anteriores, digamos, muy sociales, donde se habla del dolor realmente del desempleo, de la gente que pierde el trabajo, o pierde su casa. Eso es dolor de verdad.
El dolor de este hombre es otra cosa, entonces, no me parecía moralmente correcto que fuera algo totalmente dramático. Pero es algo intuitivo que no piensas en el momento. Sabía que no debía describirlo como una cosa dramática, pero no era algo en lo que había reflexionado, simplemente viene así. Porque si lo piensas, es que todos nosotros, no solo él, todos nosotros en este planeta somos algo muy pequeño, insignificante. Realmente nuestra vida, si ves la escala temporal de toda la historia, no somos nada realmente. Eso hay que tomarlo también con un cierto humor.
SC: Al igual que en todas tus obras anteriores, además de dirigir también eres el guionista. ¿Escribes lo que quieres contar y luego buscas el reparto, o lo haces ya pensando en los actores que pueden interpretar a esos personajes?
SB: Me prohíbo pensar en un actor concreto cuando estoy escribiendo el guion, porque me parece que me pone limitaciones. Pensar en un actor va a restringir siempre al personaje. Es verdad que tengo actores muy cercanos a mí, entonces, quizá piense en ellos, pero no es algo que haga de forma premeditada. No me autorizo a pensar en alguien concreto, de todas formas, al principio de mi carrera, aunque hubiera pensado en un actor, siempre me decían que no, no iban a trabajar conmigo.
Ahora la cosa ha ido mejorando poco a poco, pero no te creas que todos me dicen que sí tampoco. El hecho de pensar en el actor en concreto, creo que impide una construcción del personaje y lo que le puedes aportar. Puede parecer paradójico, pero en el momento en que está escrito el guion, entonces sí necesito algo de un actor. No creo en absoluto en la composición, para mí, más bien, hacer una película es hacer un documental sobre estos actores.
SC: Precisamente hablabas de actores cercanos, cinco de las seis últimas películas que has hecho las ha protagonizado Vincent Lindon. Igual aquí necesitabas alguien más joven y Guillaume Canet está fantástico. ¿Cómo ha sido trabajar con él?, y, ¿pensaste en algún momento en Vincent para este papel.
SB: Guillaume tiene 50 años, por lo tanto, lleva 50 años haciendo el papel. Porque, como te he dicho antes, no creo en la composición, invento un personaje sobre el papel. Pero en el momento que llega el actor, fabrico ese personaje a través del actor y de lo que él es realmente. Entonces, yo no conocía a Guillaume Canet para nada de antes, pero desde el principio sentí que era un hombre que no es que fuera melancólico, es que había una profunda tristeza dentro de él que enmascaraba con ese humor, ese encanto y esa seguridad. Pero no era más que una máscara, y había algo mucho más inseguro en el interior. Y eso es realmente lo que me permite crear el personaje.
Lo vuelvo a decir, es intuición, es un trabajo totalmente intuitivo. Por lo tanto, ¿qué hago para llegar hasta eso que tiene la persona adentro? Hago limpieza entre los escombros hasta llegar ahí. Ahora bien, tiene que ser también la casualidad de que el actor esté dispuesto a mostrar su fragilidad. Que sea el momento idóneo para él y que se encuentre en confianza. Nunca hay nada hablado, es un acuerdo silencioso. En silencio yo le hago entender, y en silencio él me contesta. Y así es como trabajo con los actores.
SC: Es una película de muchas conversaciones y diálogos, pero tienen mucha importancia los silencios. Y en esos silencios, la música adquiere muchísima importancia. ¿Cómo has gestionado el uso de la música y cómo ha sido trabajar con Vincent Dallar?, que es la primera vez que lo hacéis juntos.
SB: Hasta ahora nunca he trabajado dos veces con el mismo músico. He trabajado varias veces con los mismos actores y puedo trabajar siempre con el mismo equipo. No sé decirte por qué, pero nunca he repetido con el mismo músico. También porque tengo una forma de trabajar un poco peculiar. Siempre pido que la música se vaya componiendo mientras yo escribo el guion. Vincent Dallarme es una persona muy conocida en Francia por sus canciones, pero no por componer música cinematográfica, lo ha hecho muy pocas veces. Le llamé y acordamos en vernos. Entonces le conté que era la historia de un hombre y una mujer que se reencuentran después de quince años y poco más, con eso le dejé trabajar. Le escogí porque creo que es un artista que, con sus canciones y su música, es capaz de contar el pasado sin tristeza. Plasma el pasado sin tristeza, y es algo que me gustó mucho, incluso lo hace con toques de humor.
Después de eso, a la vez que yo escribía el guion, empezaba a mandarme la música que iba componiendo. Entonces, esa música hacía venir a mi mente imágenes que podían sustituir por completo el diálogo, tomar su lugar, barrerlo. Es verdad que es la película que he hecho hasta ahora en la que la música ocupa un lugar de mayor importancia. También me he dado cuenta de que a medida que avanza mi carrera, la música tiene mayor peso en mis películas. Pero es algo totalmente orgánico, porque siento que la música puede traer a la mente imágenes mucho más completas sobre una idea.
Tráiler de Fuera de Temporada
SC: Eres un director que siempre le has dado mucha importancia a lo humano, a lo sentimental, pero en esta película tiene mucha importancia también lo visual, la posición de los personajes en el plano y los encuadres, ¿qué buscas en la dirección para afrontar una película como esta?
SB: Me ha gustado mucho tu pregunta, porque es la primera vez que ruedo así, utilizando los decorados y los encuadres como forma de transmitir y de hacer entender lo que siente el personaje. Por ejemplo, el personaje de Guillaume, un hombre perdido, aplastado realmente por lo que le rodea. No le pido que lo interprete, simplemente le digo que le quiero sentado en la habitación, o andando en la playa, y a través del encuadre y de lo que se ve en el plano, puedo exteriorizar lo interior del personaje. Y me parece sumamente interesante. Es la primera vez, que siento que he dado un paso adelante como director, en lo que se refiere a la puesta en escena, y me gusta la idea.