Crítica de Teresa (2023): reseña y opinión de la película

Blanca y Asier

Todo se ve encarrilado cuando además de la virtud de la imagen y la palabra, cuentas con grandes actores para encarnarla en pantalla. Es apoteósica la batalla dialéctica de idas y venidas que protagonizan Blanca Portillo y Asier Etxeandia. Cuando ya teníamos nuestras favoritas claras de cara a los Goya de esta próxima edición, van estos dos actores y rompen con todo. Cada uno de los planos que comparten es una auténtica delicia, manteniendo una tensión irrefrenable en la historia y en la propia concepción que se acaba teniendo de los dos protagonistas.

Blanca Portillo es esa luz que se sostiene en el quebranto que se asoma al abismo, mientras que el inquisidor al que encarna Asier Etxeandia, es la vehemencia llevada de manera arrolladora a la pantalla. Ojalá se vean reconocidas sus dos actuaciones magistrales, porque desde luego que es uno de los puntos fuertes con los que cuenta Teresa. Quizás, mis dos actuaciones favoritas de este año del cine español.

Tremendamente contemporánea

Alguno podría preguntarse si esta historia  merece ser contada o no, o más bien si va a interesar al público general. Ya lo he mencionado brevemente antes, que sí que creo que la película conseguirá llegar a todo tipo de personas, ya que la figura de Teresa de Jesús va más allá del ámbito religioso. La película constata que los temas que se abordan en este duelo dialéctico entre ella y el inquisidor, son temas universales que nos interpelan de igual forma a todos, más allá de las creencias de cada uno.

Es sorprendente la vigencia que tienen las palabras de Teresa de Jesús, y como a través de este ejercicio cinematográfico se ha conseguido dar forma y representar una figura que como ha llegado a decir la propia Paula Ortiz, es inabarcable. Y pese a la magnitud del reto, la directora no ha dudado en arriesgarse y ofrecer algo distintivo partiendo del maravilloso texto de Mayorga. Los que amamos el cine, ansiamos ver continuamente cine que se salga de lo convencional, que arriesgue y que ofrezca nuevas miradas al espectador; algo que considero que Paula Ortiz consigue con su cine, y que en Teresa lo demuestra con creces.

Conclusión:

Teresa es una adaptación tremendamente cinematográfica del maravilloso texto teatral de Juan Mayorga, que constata una vez más el gran talento como cineasta de Paula Ortiz. Es una película tremendamente contemporánea y vigente en el tiempo, en la que la directora exprime su estilo tan barroco y lírico, recordando al cine de Terrence Malick o al de Federico Fellini.

Las dos interpretaciones principales de Blanca Portillo y Asier Etxeandia son absolutamente magistrales, siendo un auténtico placer el presenciar como espectador este duelo dialéctico que mantienen los dos durante toda la cinta. En definitiva, una de las grandes películas de este año de cine español, de una de las directoras más genuinas y talentosas con las que contamos en la actualidad.