Crítica de Crítica de Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes (2023): reseña y opinión

Puntuación ⭐⭐⭐✪✪ (3,5/5)

Crítica de Cristian Pestana

Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es una producción dirigida por Francis Lawrence, cineasta norteamericano conocido por su trabajo en cintas como Constantine (2005), Soy Leyenda (2007), Agua para Elefantes (2011), Gorrión Rojo (2018) y su fabulosa incursión en la exitosa franquicia de los Juegos del Hambre con las entregas Los Juegos del Hambre: en llamas (2013), Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 1 (2014), Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 2 (2015) y la producción que nos ocupa.

El estilo cinematográfico de Lawrence se caracteriza por combinar los elementos clásicos de un blockbuster con un sello particular que potencia el carácter épico de las historias que lleva a la gran pantalla con un acabado técnico deslumbrante. Entre historias distópicas, fantasías aderezadas de terror y thriller de espionaje, las producciones de Lawrence también destacan por contar con personajes protagónicos de carácter heróico, como John Constantine (Keanu Reeves), Robert Neville (Will Smith), Katniss Everdeen y Dominika Egorova (ambas interpretadas por la actriz Jennifer Lawrence). Todo un universo de figuras formidables que superan las adversidades que se les presentan usando su intelecto y voluntad.

En esta ocasión, nos encontramos de nuevo en el mundo de Panem para asistir a una aventura que funciona como precuela de Los Juegos del Hambre y promete grandes dosis de acción, música y sentimiento. Una historia de origen que engloba los grandes temas de la saga. ¿Funciona esta nueva entrega?

Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes opiniones y critica

Cartel de la cinta

Ambientada en un Panem postapocalíptico, Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes nos hace retroceder varias décadas antes del comienzo de las aventuras de Katniss Everdeen. El joven Coriolanus Snow (Tom Blyth) será el mentor de Lucy Gray Baird (Rachel Zegler), la niña seleccionada como tributo del empobrecido Distrito 12. La joven sorprenderá a todos al cantar en la ceremonia de inauguración de los Décimos Juegos del Hambre en los que Snow intentará aprovecharse de su talento y encanto para sobrevivir.

Un recorrido intenso y entretenido es la mejor manera para describir la experiencia que supone ver Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes. Adaptación del libro del mismo nombre escrito por la autora Suzanne Collins, se trata de un producto dirigido especialmente a los fanáticos de esta franquicia, aunque cuenta con algunos elementos que pueden atraer a los espectadores no tan familiarizados con el mundo de Katniss.

Para empezar, hay que destacar la sólida labor de Francis Lawrence en la dirección de la cinta. Se nota su experiencia previa en la saga a la hora de presentar el world-building de la historia. Aunque la narrativa tiene lugar varias décadas previas a los eventos de las entregas anteriores, se puede apreciar una continuidad estilística con respecto a ellas, lo que nos da una sensación de familiaridad y permite que nos adentremos con facilidad en el desarrollo de los acontecimientos. Además, la producción ostenta un tono sobrio que está en línea con el semblante épico que caracteriza a Los Juegos del Hambre, dando lugar a un buen balance entre momentos de gran espectacularidad y pasajes de un cariz más contemplativo.

Tráiler de Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes (2023)

El apartado actoral de Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes presenta interpretaciones potentes y otras no tan acertadas. La figura central de esta narrativa es el joven Coriolanus Snow, interpretado por un Tom Blyth irregular que no logra aportar los matices suficientes para plasmar con efectividad la compleja personalidad de Snow. El resultado es una actuación plana y distante que no alcanza el tono escalofriante marcado por el excelente Donald Sutherland en la versión adulta del personaje vista en las cintas previas.

En el lado positivo, encontramos a una luminosa Rachel Zegler como Lucy Gray Baird. Repleta de aplomo y carisma, la actriz hace un trabajo memorable con el personaje que pasa por diferentes registros, desde una personalidad juguetona y despreocupada hasta mostrar un lado frágil y empático durante sus peripecias en la arena de los Juegos del Hambre y posteriormente en su relación con Snow. Además, Zegler hace gala de su impresionante talento vocal a la hora de interpretar las diferentes canciones que componen el soundtrack de la producción y forman una parte esencial de la identidad de Lucy Gray, que se desempeña como cantante en el Distrito 12.

Pero, sin lugar a dudas, los actores veteranos son los que se roban el show. La actriz Viola Davis entrega una interpretación fantástica en el rol antagónico de Volumnia Gaul, aportándole una personalidad oscura e irreverente con un sentido moral cáustico que le sienta de maravilla, mientras que Peter Dinklage dota de ambigüedad y cinismo a Casca Highbottom, el creador de los Juegos. Por otro lado, Jason Schwartzman es un torbellino hilarante como Lucky Flickerman, el presentador oficial de los Juegos, que es un antepasado directo del personaje interpretado por Stanley Tucci en las cintas anteriores.

Las actrices Hunter Schafer y Mare Winningham defienden sus personajes con solvencia a pesar de contar con un breve tiempo en pantalla y Josh Andrés Rivera se nota deslucido en el rol de Sejanus Plinth, compañero de clases de Coriolanus que se opone a los Juegos.

El guion escrito por Michael Lesslie y Michael Arndt sigue con fidelidad la estructura de su contraparte literario, que divide a la historia en tres partes bien diferenciadas y traza un recorrido vertiginoso a través de la preparación de los Décimos Juegos del Hambre, su desarrollo y los eventos posteriores a ellos, a la vez que narra los años de juventud de Snow y las circunstancias que lo llevaron a convertirse en el cruel dictador que conocemos. El entramado narrativo da lugar a la exploración de temas insignia en la franquicia, como el ascenso del fascismo y los gobiernos totalitarios, la manipulación de los medios y el lado más oscuro de la condición humana, entre otros.

Todo está abordado con buen tino y poder simbólico que hace ecos en la actualidad, motivado a su trasfondo bélico y social. Los dos primeros actos se suceden a un ritmo óptimo con la presentación de los personajes, y los encuentros entre Snow y Gray mientras forman su tempestuosa relación, para luego pasar a la arena de los Juegos en un tramo lleno de adrenalina y violencia que funciona como un metrónomo y activa la nostalgia por la tetralogía original. El problema radica en su tercer acto donde el ritmo decae y la historia pierde fuerza, además de sentirse desconectada de las secuencias anteriores en un largo pasaje de transición que recupera su brillo en el apoteósico clímax final.

El apartado técnico de Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es sobresaliente en todos sus elementos. El diseño de producción nos transporta a los rincones distópicos de Panem con un gran nivel de atención al detalle y convierte a los escenarios en un personaje más, mientras que los vestuarios diseñados por Trish Summerville define con soltura el mundo interno de las figuras centrales de la trama, como el traje rojo de Snow que compone su semblante inquietante o los coloridos vestidos de Lucy Gray, con una inspiración clara en los atuendos de la comunidad gitana que plasma a la perfección su carácter variopinto. El departamento de maquillaje y peluquería presenta una amplia gama de estilismos bizarros y llenos de imaginación, como el look aterrador de Volumnia y los tocados de Tigris, la prima de Snow.

La música de James Newton Howard es la cereza de pastel, con una serie de composiciones donde se potencia el dramatismo y la vis emotiva de la historia, además de crear similitudes con algunos de los temas compuestos para la tetralogía original. El soundtrack posee un repertorio de canciones memorables y marcada influencia folk como “The Ballad of Lucy Gray”, “Pure as Driven Snow” y “Can’t Catch Me Now”, interpretada por la cantante Olivia Rodrigo. Además, volvemos a escuchar la icónica «The Hanging Tree”, esta vez interpretada por Zegler.

En conclusión, Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es una precuela digna que sorprende por su buena ejecución y personajes secundarios intrigantes, lo que la ayuda a superar algunos baches notables en su tramo final.

Ficha técnica:

The Hunger Games: The Ballad of Songbirds and Snakes (2023)

  • Estados Unidos
  • Duración 157 min.
  • Dirección: Francis Lawrence
  • Guion: Michael Arndt, Michael Lesslie. Libro: Suzanne Collins
  • Música: James Newton
  • Dirección de fotografía: Jo Willems
  • Productora: Color Force, Lionsgate, Good Universe. Distribuidora: Lionsgate
  • Género: Ciencia ficción

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