Crítica de Predator: Asesino de asesinos (2025): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪ (3/5)
Predator: Asesino de asesinos es una producción dirigida por Dan Trachtenberg y Joshua Wassung, cineastas norteamericanos, el primero conocido por su trabajo en las cintas Calle Cloverfield 10 (2016) y Predator: la presa (2022), mientras que el segundo se ha labrado una carrera en el mundo de la animación con el cortometraje Skytribe (2022) y el proyecto de realidad virtual Raising a Ruckus, además de un amplio trabajo en el departamento de efectos visuales de cintas como Caballo de Guerra (2011) y Ready Player One (2018).
Con un enfoque decidido hacia la ciencia-ficción y el terror, Trachtenberg regresa a la popular franquicia de Predator con una nueva entrega que tiene la particularidad de estar anclada en el formato animado, suponiendo una entrada a experimentar en nuevos terrenos para la saga.
Acción desenfrenada y un baño de sangre son algunos de los elementos que promete esta nueva entrega, pero ¿Es lo suficientemente sólida para justificar su existencia?
Tres de los guerreros más feroces de la historia de la humanidad se convierten en presa del asesino supremo de asesinos.

Cartel de la cinta
Un festín gore que no da respiro es la mejor manera para describir a Predator: Asesino de asesinos, una gamberrada de 90 minutos de duración que llega a la plataforma de Hulu para dar una clase magistral de estilo dentro de la franquicia, aunque se queda corta en términos de sustancia narrativa.
Lo primero que salta a la vista y destaca con fuerza en Predator: Asesino de asesinos es su impresionante animación que utiliza un estilo similar a lo visto en la serie Arcane, lo que le da un aspecto similar al de un videojuego y permite enlazar con creatividad las tres historias, además de contar con unos efectos que le dan mucha garra a la propuesta en general. Se trata de una expansión del imaginario visual de la franquicia que resulta de lo más estimulante y en conjunto con un fascinante diseño de producción que nos lleva desde los helados parajes nórdicos hasta el Japón feudal y la Florida de 1942 supone todo un deleite para los fanáticos del mundo de la animación para adultos.
Otro elemento que funciona de maravilla es la plasmación de la violencia, un ingrediente clave en esta saga. Lo que nos presentan Trachtenberg y Wassun es un festival de casqueria con decapitaciones, desmembramientos y mucho gore que resulta arrollador y da lugar a secuencias de acción muy entretenidas y variadas, desde combates aéreos al más puro estilo Top Gun hasta duelos con espadas en la tradición del cine de samuráis y salvajes ajustes de cuentas vikingos, todo sucedido a un ritmo endiablado gracias a la frenética edición de Stefan Grube. El diseño sonoro aporta un plus como complemento para generar una atmósfera de tensión, especialmente durante los momentos donde se anuncia la llegada de los Yautja. Menos efectiva resulta la música de Benjamin Wallfisch, con sus temas repetitivos y falta de identidad propia.
Tráiler de Predator: Asesino de Asesinos (2025)
Pero lo que menos sorprende en Predator: Asesino de asesinos es su narrativa, con un guión escrito por Trachtenberg y Micho Robert Rutare que se aleja de los interesantes matices y la construcción narrativa ofrecida en la presa para regresar a los orígenes de la franquicia con un tríptico de historias que si bien contienen aspectos interesantes, no los desarrollan al máximo y truncan sus resoluciones o directamente pasan a segundo plano una vez que los Yautja hacen acto de presencia y comienza la cacería que no da respiro en ningún momento. De esta manera, la primera historia aborda una venganza vikinga con ecos a la serie Vikings, mientras que la segunda relata las intrigas palaciegas de dos hermanos en una lucha por el poder en el Japón feudal, un entramado que recuerda las clásicas épicas de samuráis y a la línea narrativa del videojuego Assassin’s Creed: Shadows. Ambas historias tienen un arranque fenomenal pero pierden sus intrigas temáticas al ajustarse a los parámetros habituales del lore de la saga, culminando en resultados superficiales.
Tal vez la historia que mejor funciona es la última que sigue a un joven piloto norteamericano durante la Segunda Guerra mundial que detecta un fenómeno extraño en el cielo y se enfrenta cara a cara con los Yautja. Las referencias a Top Gun: Ídolos del aire (1986) y el desarrollo satisfactorio de su trama central además de la exploración del trasfondo de su personaje la hacen un capítulo memorable y además es el segmento que se encarga de conectar el resto de las historias y llevarlas a una conclusión apoteósica en el planeta de los Yautja que da lugar a un final abierto y sienta las bases para la próxima entrega de Predator. También hay una escena durante los créditos finales que emparenta con la presa y ofrece respuestas sobre el destino del personaje central de aquella entrega. Su punto más interesante.
El reparto vocal de Predator: Asesino de asesinos está compuesto en su mayoría por intérpretes poco conocidos que realizan un trabajo solvente sin llegar a destacar sobremanera, a excepción de la actriz Lindsay LaVanchy en la voz de la guerrera vikinga Ursa, un despliegue de fiereza e intimidación.
En conclusión, Predator: Asesino de asesinos es un entretenimiento de calidad gracias a su espectacular logro en el ámbito animado y sus salvajes secuencias de violencia gráfica, pero no ofrece mucho más allá de eso y termina sintiéndose únicamente como un puente entre Predator: la presa y la venidera Predator:Badlands.
Ficha técnica:
Predator: Killer of Killers (2025)
- Estados Unidos
- Duración: 90 min.
- Dirección: Dan Trachtenberg, Joshua Wassung
- Guión: Dan Trachtenberg, Micho Robert Rutare
- Música: Benjamin Wallfisch Productora: 20th Century Studios, 20th Century Animation Distribuidora: Hulu
- Género: Animación. Acción. Ciencia-ficción. Terror
