Crítica de Mufasa: El rey león (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪✪ (2/5)
Tras la falta de originalidad y el vacío que representaban las imágenes hiperrealistas digitales de El Rey León en 2019, que solo buscaban reproducir plano por plano la clásica cinta animada de Disney de 1994, el estudio ha decidido regresar al universo CGI de leones para narrar los orígenes de Mufasa y, además, dar explicaciones sobre los eventos y los nombres de los personajes que han marcado la historia de la animación.
Sin embargo, lo menos esperado: Barry Jenkins ocupa el lugar de director en este multimillonario live-action tras los éxitos independientes de Moonlight y El blues de Beale Street, lo que da esperanza de que quizás la nueva película de Disney podría tener más profundidad que el remake live-action de hace unos años.
En efecto, esta precuela-secuela del live-action de 2019 tiene más personalidad en sus imágenes, al enmendar el error de hacer hiperrealistas a los animales protagonistas y ofrecer expresiones y reacciones más parecidas a las de una caricatura. Alejado de ese abrumador estilo de documental de National Geographic que tenía su antecesora, Barry Jenkins parece más enfocado en las emociones de sus personajes, con una animación realista pero a la vez similar al estilo de la cinta animada de 1994.
Cartel de la cinta
Las expresiones realistas en el rostro de los protagonistas felinos intentan mitigar la incomodidad de ver un animal hablando y cantando. Con el uso de planos generales, travelings y secuencias panorámicas, Jenkins se divierte al crear secuencias más coloridas, saturadas en colores, dándoles una especie de fantasía imaginaria. El fotorealismo se fusiona con las estructuras fílmicas que permiten que un personaje con facciones caricaturescas establezca un vínculo más cercano con el espectador, creando así una conexión más profunda con la película que se proyecta ante él.
De igual manera, el realismo mágico del live-action combina elementos del mundo real con imágenes y sensaciones que parecen salidas de un sueño o de una realidad paralela. Barry Jenkins reconoce los errores técnicos del universo salvaje planteado por Jon Favreau en 2019, para ofrecernos una especie de sabana africana mística y colorida que solo podrían crear las cintas clásicas del estudio. Mufasa: El Rey León, a nivel técnico y visual, muestra la majestuosidad del entorno como una narrativa que parece elevar a los personajes y sus vivencias a un nivel casi espiritual, aprovechando los avances tecnológicos.
Desafortunadamente, los problemas de este live-action recaen en el guion escrito por Jeff Nathanson, que siempre está atado a explicaciones excesivas y a recurrir a una nostalgia barata para conectar con el clásico animado de El Rey León. Los diálogos son repetitivos hasta el cansancio; es imposible no sentirse agotado por las veces que dicen «Hermano» o «Él vive en ti», haciendo guiños a las escenas que todos reconocemos. Por ejemplo, en su clímax, una explosión provoca la creación accidental de La Roca del Rey, el hogar de Simba, dos piedras enormes se colocan de manera perfecta para hacer referencia a la nostalgia. Las imágenes simplemente no dejaban de preguntarme: ¿Era necesario que me explicaran esto? No, realmente no lo era.
Tráiler de Mufasa: El rey león (2024)
Y lo mismo ocurre con el arco narrativo de Scar (quien en esta cinta es conocido como Taka), que concluye con una explicación banal sobre cómo consiguió su nombre y la enorme cicatriz (Scar en inglés) en su rostro. A lo largo de sus dos horas de duración, el espectáculo visual no logra sostenerse debido a su historia superficial, alejada de las emociones, debido al poco desarrollo de los personajes. Sus problemas se resuelven básicamente con una referencia a la película animada, un recurso de la nostalgia barata que se ha vuelto bastante cansino en esta etapa moderna de Hollywood y Disney.
He remarcado anteriormente que los números musicales son mucho más distintivos y coloridos que en la cinta de Favreau (quien logró quitarle lo divertido de las memorables canciones de la original). El problema es que las canciones en sí—escritas por Lin-Manuel Miranda—son bastante flojas y olvidables. Quizás la única que podría destacar es “Tell Me It’s You” con las voces de Aaron Pierre y Tiffany Boone, que tiene algunos beats que recuerdan a Can You Feel the Love Tonight, una canción que despierta el romance íntimo de los protagonistas. El resto del soundtrack es bastante pasable, nada que destacar, y tampoco se mantendrán en la mente del espectador tras ver la película.
De igual manera, como sucede en las canciones, Mufasa: El Rey León quizás sea un avance tecnológico en sus visuales, y gracias a la comprensión por parte de su cineasta del aspecto humano que necesitaban los animales protagonistas, la experiencia es mucho mejor que la película del 2019. Aun así, representa el resultado más reciente de la era de los live-action de Disney, tan alejadas y distanciadas de la pasión y el amor que ofrecían sus películas animadas clásicas.
Ficha técnica:
Mufasa: The Lion King (2024)
- Estados Unidos
- Duración 120 min.
- Dirección: Barry Jenkins
- Guion: Jeff Nathanson
- Música: Dave Metzger, Nicholas Britell, Lin-Manuel Miranda
- Dirección de fotografía: James Laxton
- Productora: Disney
- Género: Aventuras