Crítica de Le quatrième mur (2024): reseña y opinión de la película
El sendero del perdedor
Puntuación ½ (4,5/5)
Un drama bélico que a pesar de transcurrir en los 80, el eco de sus historias siguen presente en nuestros días, con un estilo desarraigado y realista con el que muestra la quimera de tratar que el arte se sobreponga a las balas.
Dentro de la sección oficial de la 30º Edición del Festival de Cine francés de Málaga se ha presentado en España, ganando el premio del jurado joven de este festival, además de el del público en el Festival de Angulema y el premio La Trois a la mejor película el de Namur. Le quatrième mur, la nueva película de David Oelhoffen, que adapta la novela homónima de Sorj Chalandon, una historia bélica transcurrida en la Primera Guerra del Líbano que sumerge al espectador en la epopeya del protagonista por representar una adaptación de la obra Antígona en pleno Beirut y que en estos tiempos ha tomado aún más relevancia por la guerra que vuelve azotar el Líbano y sobre todo, del poder del arte como una herramienta para intentar sobreponerse a las diferencias.
El director galo vuelve al tema bélico, como hiciera en Lejos de los hombres, pero esta vez en el Líbano de 1982, durante la guerra civil que asoló el país levantino, donde Georges intenta cumplir el último deseo de su amigo Sam, un dramaturgo de origen griego, en adaptar una versión que Jean Anouilh realizó de la obra de teatro clásica griega clásica Antígona transcurrida en la Francia ocupada.
Pero con la característica que esta representación es un teatro en medio de línea de demarcación y que los actores son de los diferentes colectivos involucrados en el conflicto, por lo que en la misma escena, actuarían palestinos, cristianos, chiitas, caldeos y drusos. Una idea utópica que Sam intento llevar a cabo, pero al estar enfermo, le encarga a su amigo que la realice.

Cartel de la cinta
Le quatrième mur, que vendría siendo la cuarta pared en español, es un drama bélico que usa la puesta en abismo de la creación de una obra de teatro como premisa de por un lado, el poder del arte para unir a las personas y aunque sea por unas horas, parar la guerra, y por el otro, para retratar con gran realismo los horrores y consecuencias del conflicto fratricida y como afecta sobre todo a los civiles, personas ajenas al conflicto pero que al final son los que siempre pagan, en una tragedia cíclica que continua en nuestros días en la región, sobre todo en la invasión israelí, que en un momento dado de la película bombardea con fosforo blanco un hospital, algo prohibido por las convenciones internacionales pero el ejército israelí sigue utilizando a día de hoy.
Esto hace que este filme actual y necesario, para mostrar la realidad de unas atrocidades que tanto las noticias como las redes sociales, nos han acostumbrado a simplemente ver como algo de fondo, sin pensar que detrás de cada bombardeo o matanza hay personas, con sus vidas y sueños, que quedan frustrados por la guerra. Otro elemento que hace más valiente y especial la nueva obra de Oelhoffen es que fue rodada en el Líbano, en el espacio entre la explosión del puerto y la invasión actual, en 2022, cuarenta años después de cuando transcurría la historia, por lo que los escenarios se sienten reales, como los actores, cada uno de los diferentes partes involucradas en el conflicto, pero interpretan a alguien diferente, por ejemplo Manal Issa, actriz franco-libanesa de origen chiita, que aquí hace de Imane, actriz protagonista de la obra de origen palestino con la que Georges tiene un romance.
Tráiler de Le quatrième mur (2024)
Por lo que esta película sirve para conocer en cierta medida, las partes de la guerra civil libanesa y sus motivaciones, centrándose sobre todo en los drusos, que se convierten en el principal aliado del protagonista, los palestinos del OLP, los chiitas de Hezbollah, y falangistas cristianos, todos separados en las trincheras pero unidos en las tablas.
Y moviéndose entre líneas de demarcación, intentando sobrevivir y sobreponerse a las dificultades esta Georges, un hombre desencantado con la vida, como otros tanto en este tipo de historias, que pasará del desinterés a encontrar un único sentido de su vida en poder llevar esta obra a cabo, dándose de bruces con la realidad y el curso de la historia, una tragedia como la obra que trata de representar, pero aquí las muertes son reales. Y sobre todo, es el camino del perdedor y como aceptar la derrota, algo que se ve desde el inicio, ya que tiene una estructura circular que desde el inicio, nos pone en el contexto de la historia y el desarraigo con la vida del protagonista del relato.
Todo hace una suma perfecta, a la que se suma la banda sonora, compuesta por Tom Gatti y Jérôme Reuter, musico luxemburgués conocido por su proyecto musical Rome, que le viene ni que pintado a esta película pues su discografía está llena de este tipo de historias, como en los republicanos españoles de Flowers From Exile.
Por lo que Le quatrième mur es un drama bélico que es casi la traslación a nuestra era de una epopeya clásica, donde se trata el poder del arte para unir pero también el de las diferencias que llevan a los hombres a luchar entre sí, que a pesar de transcurrir en el pasado, el eco y las consecuencias de los actos descritos, siguen hoy en día y le dan un nuevo nivel que la revalorizan aún más.
Ficha técnica:
Le quatrième mur (2024)
- Francia, Bélgica y Luxemburgo
- Dirección: David Oelhoffen
- Guion: David Oelhoffen, adaptación de la novela Le quatrième mur de Sorj Chalandon.
- Dirección de fotografía: Guillaume Deffontaines
- Música: Tom Gatti y Jérôme Reuter
- Productoras: Eliph Productions, Amour Fou Luxembourg, Rhamsa Productions y Panache Productions. Distribuidora: Le Pacte.
- Género: Drama, bélico