Crítica de La cocina (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪ (4/5)
Alonso Ruizpalacios es uno de los directores más importantes del cine mexicano en la actualidad, y este año ha presentado en el Festival de Berlín su cuarta película, La cocina (2024).
Desde que debutó hace una década con Güeros (2014), con la cual ya causó gran impresión, además de haber participado en varias series de renombre como Andor (2022) y Narcos: México (2018), ha escrito y dirigido otras dos películas: Museo (2018), con la que ganó el Oso de Plata a mejor director en el Festival de Berlín, y Una película de policías (2021). Con sus tres largometrajes ha arrasado en los Premios Ariel, otorgados por la Academia Mexicana, obteniendo nueve premios y acumulando quince nominaciones.
La cocina nos sitúa en un gran restaurante en el centro de Nueva York, donde surge el conflicto cuando los dueños detectan que falta dinero en la caja. La mayoría de los trabajadores son inmigrantes ilegales que ven en este empleo su única oportunidad. En The Grill trabaja Pedro (Raúl Briones), uno de los cocineros, quien está enamorado de Julia (Rooney Mara), una camarera estadounidense. Además del tema del dinero, las relaciones entre los numerosos miembros del equipo y el servicio en sí mismo comienzan a desatar el caos.
Cartel de la cinta
Con la tendencia creciente en los últimos años hacia el culto a la comida y la cocina de autor, el cine también ha visto emerger películas que abordan el tema. Desde Hierve (2021), que mostraba, a través de un único plano secuencia, el estrés y la tensión que se vive en un servicio, hasta El menú (2022), que de una manera más artificiosa situaba la acción en un restaurante de lujo para criticar la diferencia de clases y los extremos a los que llega el ocio de los multimillonarios. La cocina tiene su propia identidad, pero puede relacionarse con ambas. Con Hierve por su aprecio por la estética y su decidida apuesta por el plano secuencia, y con El menú por su mensaje sociológico y cultural.
A lo largo de toda la obra se percibe un especial aprecio por la estética, y en particular por el plano secuencia. En general, la película está compuesta de escenas largas sin cortes, pero hay un plano secuencia hacia la mitad de la cinta de una potencia descomunal, probablemente entre lo mejor que se ha visto este año en el cine. En el tercer acto hay otro igualmente memorable que, aunque más corto, posee una intensidad comparable. En ambos, y a lo largo de toda la película, se aprecia el talento de Ruizpalacios para mover la cámara y coreografiar las escenas con precisión.
Tráiler de La cocina (2024)
Uno de los detalles visuales más destacados es el juego con la relación de aspecto. La mayor parte de la película transcurre dentro del restaurante, en particular en la cocina. La imagen es mucho más estrecha en los interiores que en las escenas al aire libre, y este cambio se realiza de forma fluida mediante ingeniosas transiciones. La primera vez que la cámara pasa del exterior a la cocina, lo hace atravesando una ventana cuadrada; al cruzarla, la imagen adopta la relación de aspecto de esta. Sin embargo, es posible que esta apuesta visual, tan detallista y ornamental, en ocasiones distraiga de la intensidad de las escenas.
La cocina es, en realidad, una crítica social sobre la situación de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos en busca de una oportunidad, retratando su situación precaria y cómo, aunque a simple vista parecen ser uno más, su día a día está lleno de detalles que evidencian lo contrario. La película recuerda a Parásitos (2019) en su manera de representar las diferencias entre clases sociales, sin presentar a los ricos como malos ni a los pobres como buenos, sino mostrando leves gestos que revelan el clasismo profundamente arraigado en la sociedad.
La película está filmada íntegramente en blanco y negro, como ya lo hizo Ruizpalacios en su ópera prima Güeros, una decisión que resulta totalmente acertada para lo que se quiere contar. Los tonos en blanco y negro no solo ayudan a definir el ambiente y a las personas que lo habitan, sino que, en una secuencia donde se muestra meticulosamente la preparación de una receta que parece deliciosa, al verse en tonos grises, no resulta para nada apetecible.
En términos generales, La cocina es una película muy sorprendente. La actuación de Raúl Briones demuestra una entrega total al personaje, aunque en algún momento podría parecer excesiva. El resto del reparto está espectacular, ya que se trata de una película bastante coral en la que se exploran varios personajes. No es común ver a Rooney Mara en una cinta de este tipo sin ser la protagonista, pero, en su papel, también está fantástica. Es posible que la extensa duración de la película afecte un poco el ritmo y la intensidad de la historia, y se perciben algunos altibajos, aunque no representan un verdadero problema.
Ficha técnica:
La cocina (2024)
- Mexico
- Duración 139 min.
- Dirección: Alonso Ruizpalacios
- Guion: Alonso Ruizpalacios. Obra: Arnold Wesker
- Música: Tomás Barreiro
- Dirección de fotografía: Juan Pablo Ramírez (B&W)
- Productora: Coproducción México-Estados Unidos; Filmadora, Panorama Global, Astrakan Film AB, Seine Pictures, Fifth Season
- Género: Drama