Crítica de Aquella Navidad (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ½✪ (3,5/5)
Aquella navidad es una producción dirigida por Simon Otto, cineasta suizo con una amplia experiencia en el mundo de la animación gracias a sus trabajos como animador y jefe de animación de personajes en cintas como El Príncipe de Egipto (1998), Spirit (2002), El Espanta tiburones (2004), Kung Fu Panda (2008) y la exitosa trilogía Cómo Entrenar a tu dragón (2010-2019). Además, tuvo su debut como director en un episodio de la serie animada Trollhunters: Cuentos de Arcadia, seguido de Dreamworks Dragones y la popular animación para adultos de Netflix Love, Death and Robots.
En esta oportunidad, Otto hace su debut en la gran pantalla con Aquella Navidad, una cinta navideña para todo público que funge como adaptación del libro infantil «Aquella Navidad y otras historias» del reconocido cineasta y escritor británico Richard Curtis, quién además fue el encargado de escribir el guión de la cinta junto a Peter Souter y se ha convertido en una figura icónica del cine navideño gracias a su clásico invernal Love Actually (2003), una de las producciones insignia de la temporada.
El talento de Curtis para las historias emotivas y la experiencia de Otto en la industria de la animación son importantes puntos de partida para llevar a buen puerto esta cinta, pero ¿Es lo suficientemente satisfactorio el resultado final para convertirla en un nuevo clásico navideño?

Cartel de la cinta
Se acerca la Navidad en un pequeño pueblo de la costa de Suffolk, pero no todo el mundo disfruta del espíritu festivo. Danny (Jack Wisniewski) es un joven que aún intenta adaptarse a su nuevo hogar y a su nuevo colegio, y cuya madre trabaja muchas horas en el hospital local. Cerca vive la señorita Trapper (Fiona Shaw), su formidable maestra, que parece empeñada en estropear la diversión de todos. Cuando una serie de acontecimientos altera los planes navideños de muchos de los habitantes del pueblo, parece que sólo un milagro puede arreglar todo a tiempo.
Divertida y entrañable, Aquella Navidad nos presenta un mosaico de historias enlazadas con buenos mensajes y un aire atemporal que puede enganchar con facilidad a los más pequeños de la casa y despertar la curiosidad de los fanáticos acérrimos de Curtis, pero también cuenta con algunos baches que le impiden destacar con fuerza entre la oferta reciente de producciones navideñas. Vamos con sus pros y contras.
Sin lugar a dudas, se nota la variopinta trayectoria de Otto en el mundo animado desde las primeras secuencias de Aquella Navidad, con una animación suntuosa que nos traslada a las calles nevadas de Wellington del Mar, con sus casas pintorescas y plazas iluminadas por brillantes luces navideñas. Se trata de un lugar acogedor que cobra vida gracias a un acertado CGI reminiscente de cintas como Arthur Christmas (2011) o Ron da Error (2021) y que emplea una paleta de colores cálidos donde destacan los rojos y los azules en los abrigos de nuestros personajes y el blanco como tono unificador al ser un elemento omnipresente en la nieve que cubre al pueblo y que casi la convierte en un personaje más por su importancia en una de las tramas centrales. Un look visual muy sólido que le da a la cinta un aire de caricatura de antaño y le confiere tintes nostálgicos a la historia.
Tráiler de Aquella Navidad (2024)
El diseño de personajes también funciona con una propuesta muy actual, donde vemos figuras de diferentes nacionalidades y contextos sociales que suponen una celebración a la multiculturalidad y forman un conjunto variado que le aporta autenticidad a la historia. Para dar vida a estos personajes, el elenco cuenta con las voces de intérpretes reconocidos como Brian Cox, Fiona Shaw, Jodie Whittaker y Bill Nighy entre otros, pero el personaje que más destaca es la joven Charlie a la que presta su voz la actriz Sienna Sayer con su personalidad irreverente y matices ocultos que va revelando gradualmente a lo largo de la historia.
El otro elemento que nos adentra con efectividad en el mundo de Aquella Navidad es la hermosa música compuesta por John Powell, donde las melodías nostálgicas toman protagonismo y guían el estado emocional de los personajes, además de encapsular la melancolía que muchas veces sobrevuela la temporada navideña. Para ello, también cuenta con un soundtrack de primera línea donde destaca la canción «Under The Tree» interpretada por el cantante Ed Sheeran, que puede obtener algunas nominaciones durante la temporada de premios.
Menos sobresaliente resulta el guion de la cinta, que se posiciona como su elemento más irregular. En primera instancia, nos encontramos con una historia de relatos cruzados donde Curtis emplea el formato de Love Actually en un empaque digerible para el público infantil que brilla cuando ofrece momentos de humor sarcástico al más puro estilo británico y en los momentos de auto-parodia cuando Curtis referencia a su cinta de 2003 con insertos visuales y algunos dardos a su status de clásico navideño por excelencia que divierten y sorprenden por su ingenio y espontaneidad. El problema radica en la extrema sencillez de las historias retratadas que se mantienen en un nivel básico y no ofrecen grandes sorpresas.
De esta manera, tenemos líos románticos entre pre-adolescentes, familias separadas por una tormenta invernal, figuras paternas ausentes, jóvenes traviesos, una maestra de carácter severo que enmascara un proceso de duelo y la llegada de Santa Claus a la localidad costera para tratar de poner orden en el lugar, un compendio de situaciones donde se abordan mensajes valiosos como la unión familiar y la importancia de la comunidad en tiempos difíciles, lo que deja un buen sabor de boca y puede llegar a conmover en ciertos momentos, pero su presentación simplista hace que se olvide rápidamente una vez finalizada la experiencia. Los mejores tramos de la propuesta son la historia que envuelve al personaje de Charlie con una lección importante sobre no encasillar a las personas en estereotipos anticuados y la aparición de Santa con un tono hilarante y una narración crepuscular que le aporta personalidad a la trama.
Menos afortunada resulta la sub-trama de los padres atrapados en la tormenta de nieve, ya que sus interacciones se vuelven repetitivas y cansinas, llegando incluso a sentirse como personajes irritantes, lo cual entorpece el ritmo narrativo y lleva a la cinta hacia el terreno de un telefilm. Tampoco funciona demasiado la sub-trama que concierne a los pavos navideños, una situación que podría haberse explotado con más comicidad pero que termina por verse como una oportunidad desaprovechada. De igual manera, una serie de añadidos temáticos que pretenden darle a la historia una esencia contemporánea con reflexiones sobre el cambio climático y las visiones modernas sobre la natividad se pierden en el camino y no aportan nada a la trama central. Para su escena final, Aquella Navidad alcanza una buena cota de emotividad y espíritu navideño con su resolución amable y buenas intenciones. El punto más valioso de un argumento anodino.
En conclusión, Aquella Navidad es una propuesta encantadora para las fiestas que a pesar de la simpleza de su historia, logra entretener y conmover con su esmerada animación y mensajes positivos. Ideal para ver en familia.
Ficha técnica:
Aquella navidad (2024)
- Reino Unido
- Estados Unidos
- Duración: 92 min.
- Dirección: Simon Otto
- Guion: Richard Curtis, Peter Souter
- Música: John Powell Productora: Netflix, Locksmith Animation, DNEG Animation
- Género: Animación. Comedia, fantasía