Crítica de Vaiana 2 (2024): reseña y opinión de la película

Nos adentramos en aguas peligrosas con uno de los puntos donde tiende a flaquear la propuesta de Vaiana 2, y no es otro que su historia. El guión escrito por Jared Bush y Ledoux Miller se inspira en la estructura narrativa de su predecesora para componer la nueva aventura de nuestra heroína y la fórmula surte efecto durante su primer tramo, con las expediciones de Vaiana y sus compañeros animales que vuelven a ser el foco principal de humor en la narrativa, pero también tenemos la introducción de los nuevos personajes,  otras tradiciones de Motunui y el llamado a la aventura por parte de los antepasados de la isla con una misión de alto riesgo. Es aquí donde el ritmo palidece y la historia pierde algo de brillo ya que la odisea de Vaiana se desarrolla de manera apresurada, con poco tiempo para ahondar en la mitología detrás del nuevo antagonista y una sensación de que la escala de situaciones presentadas es nimia en comparación a los desafíos que enfrentó la heroína en su primera entrega. No hay secuencias que cuenten con el factor sorpresa que ostentaban el tifón o la ya comentada set-piece de Tamatoa y algunos tramos se sienten repetitivos, como el regreso de los piratas de coco.

En esta oportunidad, Maui queda relegado a un rol secundario y no comparte grandes momentos con Vaiana hasta el último tramo de la función. Para su tercer acto, Vaiana 2 recupera la fuerza perdida y adquiere una buena dosis de grandilocuencia durante el enfrentamiento de nuestra protagonista con los poderes de Nalo que resulta intenso y emocionante, seguido de una secuencia emotiva que eleva a Vaiana a un nuevo rol en su hogar y abre las puertas a una nueva entrega de travesías marítimas. También es el momento donde cristalizan los temas principales de la historia como la importancia de salvaguardar el legado que pasa de generación en generación, los vínculos familiares y el auto-descubrimiento durante el camino de liderazgo. Mensajes valiosos para toda la familia que elevan la sencillez de la narrativa a un punto alto. Su mayor logro.

Otro apartado que no convence del todo en Vaiana 2 es su música compuesta por Mark Mancina y Opetaia Foa’i. Aunque la cinta cuenta con melodías potentes que vuelven a rendir homenaje a la tradición musical polinesia, se echa en falta la presencia de Lin-Manuel Miranda en la composición de las canciones, ya que los nuevos temas se quedan unos cuantos peldaños por debajo de sus icónicos predecesores. No tenemos una canción que permanezca grabada en la memoria, como fue el caso de «Cuan lejos voy» o «De nada» y muchos de los números musicales terminan siendo eclipsados por la simplicidad de sus letras, destacando más en su plasmación visual que en su aspecto sonoro. Tal vez la excepción sea «Soltar», la canción interpretada por Matangi, la ayudante de Nalo, con un look visual trepidante y un ritmo pegadizo, pero tampoco se trata de un tema que pasará a la historia en el olimpo musical de Disney.

En conclusión, Vaiana 2 es una secuela digna que se vale de una animación estupenda y un reparto vocal talentoso para superar sus baches narrativos y musicales. Ideal para ver en familia.