Crítica de Mi única familia (Hard Truths) (2024): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪ (4,5/5)
Mike Leigh, a sus 84 años, tiene una extensa y exitosa trayectoria como realizador. Nominado ocho veces a los Óscar, tanto en calidad de guionista como de director, y ganador de la Palma de Oro en Cannes con Secretos y mentiras (1996), su cine siempre se ha caracterizado por su implicación social. Aunque no llega al nivel de Ken Loach en este aspecto, destaca especialmente por la forma en que trata las relaciones familiares. Siempre parte de algún conflicto entre personas con un vínculo cercano, retratándolos con gran realismo, empatía y cercanía hacia sus personajes.
Como es comprensible por su edad, en la última década solo ha estrenado La tragedia de Peterloo en 2018, un drama histórico basado en hechos reales que se aleja bastante del molde al que acostumbra el director. Seis años después, regresa con Mi única familia (Hard Truths) (2024), con la que vuelve a su estilo habitual.
La cinta cuenta la vida de Pansy (Marianne Jean-Baptiste), una mujer atormentada física y mentalmente, lo que la lleva a tener un humor muy irascible con cualquier persona con la que se relaciona. Las tres personas que comparten su vida son su marido, descolocado por la situación; su hijo, inmerso en su propio mundo y casi sin pronunciar palabra; y su hermana, la única con la que Pansy se comporta de manera diferente y siente que la comprende.

Cartel de la cinta
Es una película totalmente marcada por la magistral actuación de Marianne Jean-Baptiste, quien entrega una interpretación total de su personaje. Es la primera vez que colabora con Leigh desde Secretos y mentiras, película con la que consiguió la nominación al Óscar. Aquí interpreta de manera desgarradora a una mujer desquiciada, enferma y que enloquece tanto a sí misma como a quienes la rodean. Aunque no padezca exactamente el mismo problema, resulta inevitable compararla con el personaje de Gena Rowlands en Una mujer bajo la influencia (1974). Salvando las distancias, lo que hace Leigh tiene bastante en común con la obra maestra de John Cassavetes: el infierno que supone una situación de este tipo, convirtiendo el drama familiar en algo que roza el terror doméstico.
Lo más interesante es el retrato que se hace del personaje de Pansy a través de su relación con las personas de su familia. Convive en la misma casa con su marido, quien no es muy hábil con las palabras y se siente completamente desbordado por la situación. Él siente que haga lo que haga, su mujer lo recibirá de mala manera, por lo que en parte ha tirado la toalla. Por otro lado, está el hijo, un personaje muy interesante, aunque tenga menos protagonismo. Leigh lo omite en gran parte de las escenas, al igual que hace Pansy con él la mayor parte del tiempo. Su relación con él es prácticamente nula, salvo cuando le reprende por no hacer correctamente alguna tarea.
Tráiler de Mi única familia (2024)
La película se centra en los problemas psicológicos de la madre, pero es evidente que el hijo también está sumido en una profunda depresión, sin ningún tipo de contacto social y sin encontrar ninguna situación a lo largo del día que le provoque una sonrisa. Por último, está el personaje de la hermana, quien representa el único rayo de luz y esperanza para Pansy. Con ella, su ánimo es completamente diferente, y siente que es la única que la comprende. Tanto en personalidad como en contexto familiar, la hermana se dibuja como el polo opuesto de Pansy.
La cinta está claramente dividida en dos partes. Durante toda la primera fase, se expone el comportamiento de Pansy a través de diferentes contextos cotidianos. Sus reacciones tienen tanta fuerza y son tan impactantes que incluso llegan a generar humor con las barbaridades que dice. Un humor incómodo, ya que lo que estás viendo es algo realmente triste. El propio Mike Leigh, en la rueda de prensa posterior a la película, comentó al respecto que entendía que, pese a ser una situación dura, la gente se riera, ya que la vida es una comedia y es ridícula. Toda esta fase es muy alocada e intensa, y como espectador llega a ponerte nervioso ver a una persona tan desesperada.
Sin embargo, el tacto de maestro de Leigh se revela en la segunda parte, cuando esa intensidad se calma casi por completo. Convierte el torbellino de insultos e improperios en innumerables secuencias de silencios y miradas. Una segunda mitad totalmente reflexiva y melancólica, pero igual de dura a nivel sentimental. Leigh no se regodea ni escarba en el dolor para buscar la lágrima fácil, sino que te hace empatizar con una situación que podría ser completamente real. Tampoco busca el típico arco de redención o la solución con un final feliz, como ha sido habitual en este tipo de dramas familiares a lo largo de la historia del cine. Él plantea el problema, lo muestra y se va, y por eso es un grandísimo directo
Ficha técnica:
Hard Truths (2024)
- Reino Unido
- Duración 97 min.
- Dirección: Mike Leigh
- Guion: Mike Leigh
- Música: Gary Yershon
- Dirección de fotografía: Dick Pope
- Productora: Coproducción Reino Unido-España; Creativity Media, Film Four, The MediaPro Studio, Thin Man Films
- Género: Drama familiar