Crítica de Capitán América: Brave New World (2025): reseña y opinión
Puntuación ½✪✪ (2,5/5)
La quinta y reciente fase de Marvel ha sido bastante regular, quizás la peor de todas en comparación con las anteriores, en las que parecía haber un interés creativo por parte de los productores y guionistas en lograr éxitos de taquilla que satisficiera a sus fans. Tras la despedida de varios intérpretes, como Robert Downey Jr. y Chris Evans, después del éxito de Avengers: Endgame, el estudio parece estar desesperado por suplantar a sus estrellas.
La tercera y última entrega de Guardianes de la Galaxia, que acompañó a esta desastrosa fase, tenía algo de personalidad inyectada por James Gunn que todavía nos daba esperanza en el multiverso de superhéroes. Sin embargo, cintas como The Marvels, Ant-Man and the Wasp: Quantumania y hasta Deadpool vs. Wolverine parecen ser de relleno, con ganas de hacer parodias y perdiendo esa calidad que antes ofrecía el estudio. Capitán América: Brave New World es la decimoquinta película del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y también representa la mirada más reciente al estado actual del estudio, que cada vez parece estar más enfocado en una continuidad vacía, sin rumbo ni propósito dentro de su propio universo.
Dirigida por Julius Onah, la cinta se enfoca en una especie de thriller político en el que el nuevo Capitán América, Sam Wilson, deberá descubrir un complot contra el presidente de Estados Unidos que pone a prueba sus principios como superhéroe.

Cartel de la cinta
Siguiendo la estructura narrativa de la serie Falcón y el Soldado de Invierno, que abordaba cuestiones políticas como la racialidad en Estados Unidos, el racismo y los experimentos en personas afrodescendientes en relación con el símbolo del Capitán América, la película se aleja de esas ideas. Ofrece un thriller insípido, contradictorio y poco interesante, especialmente considerando que es la primera película protagonizada por un Capitán América afroamericano.
No es ningún secreto que el constante cambio de narrativa se deba a los numerosos reshoots que sufrió la producción durante las huelgas de Hollywood. También, es posible que la elección de Donald Trump como presidente haya influido en los cambios políticos de la cinta. Hay una subtrama débil sobre Japón contra Estados Unidos, que bien pudo enfocarse a un conflicto político más grande como con China y Rusia. La película adopta una postura excesivamente blanca y convencional en su desarrollo político, explorando los rincones más típicos del género, lo que diluye el símbolo y la representación del Capitán América. Anthony Mackie está completamente entregado al personaje y quizás sea la parte más entretenida de la cinta, pero su historia y desarrollo podrían haber pertenecido a otra película protagonizada por Chris Evans.
Cuando la cámara se centra en Mackie cuestionando el sistema político del presidente, reflexionando sobre su propia vida y compartiendo momentos divertidos con Danny Ramírez como The Falcon, la película se sostiene mejor. Aun así, es lamentable que, después de contar con una serie de fondo tan interesante como la mencionada anteriormente, la película aporte tan poco, e incluso nada, al Universo Cinematográfico de Marvel. Parecía que Sam Wilson, un personaje hasta ahora poco desarrollado, finalmente tendría su momento con su propia película. Sin embargo, Marvel opta por repetir la misma fórmula de siempre, opacando con subtramas y argumentos que se alejan de la esencia del Capitán América.
Tráiler de Capitán América: Brave New World (2025)
Desde sus primeros minutos, la cinta queda atrapada en los eventos de The Incredible Hulk, insertando constantes clips de una película que está bastante alejada de la actualidad del Universo Marvel. La historia pone en el centro a personajes poco recordados como el regreso del actor Tim Blake Nelson, ya sea como protagonistas o antagonistas, pero de manera diluida y poco desarrollada, opacando la carga política que definía al Capitán América. Al inicio, podemos ver el regreso de uno de los personajes clave de la serie de Disney+: Isaiah Bradley, interpretado por Carl Lumbly. Se trata de un veterano afroamericano que luchó en la Guerra de Corea y fue inyectado con el suero del supersoldado, además de haber sido encarcelado y sometido a experimentos. Sin embargo, su presencia parece más una excusa para dar inicio a lo que termina sintiéndose como una secuela de Hulk, pero sin Hulk. La cinta evade las ideas políticas y raciales que los hermanos Russo establecieron en la secuela de 2014 y que también estuvieron presentes en otras producciones de Marvel, como Black Panther. En su lugar, ofrece otra entrega del clásico superhéroe estadounidense, sin dar importancia al cambio de color de piel de su protagonista. El guion ignora por completo el peso de tener a un afroamericano como figura central de la historia, priorizando las escenas de acción y persecución como mero espectáculo visual.
Gran parte del espectáculo de la película recae en la actuación de Harrison Ford como el presidente Ross, quien lidia con su ira habitual tras haber perseguido obsesivamente al Hulk de Bruce Banner. Ford brilla en el papel, aportando calidez, y cuando se convierte en Red Hulk, logra transmitir su actuación más allá de los tecnicismos del motion capture. El CGI es sólido, aunque los fondos parecen un desastre de pantalla verde. Cabe destacar que, aunque mis expectativas eran bajas, en el apartado visual y actoral la película cumple con una calidad que recuerda a las primeras etapas de Marvel. Hay una secuencia aérea que me ha parecido de lo más divertido que ha intentado hacer el estudio últimamente. Aunque se siente algo dispar en el montaje, con planos rápidos que intentan ocultar los reshoots, no creo que eso sea un impedimento para disfrutarla. La tensión de esta secuencia se divide entre lo que sucede en el cuartel de unos submarinos y los vuelos de los aviones militares, mientras Ford y Mackie se enfrentan a sus decisiones emocionales dentro de la narrativa. Es en este momento, breve y corto, parte de su segundo acto, donde las «mejores» piezas de la cinta funcionan de manera orgánica y fluida, y la película adquiere algo de personalidad gracias a sus actores.
Sin embargo, el problema de Capitán América: Brave New World radica en su tímido guion, que divaga sin rumbo y no ofrece nada nuevo, pareciendo solo otra entrega más del Universo Cinematográfico de Marvel. Da la impresión de que las ideas de una serie fueron forzadas en el traje del superhéroe, lo que nos da como resultado una superproducción fallida. Alejada de un interés genuino por satisfacer a la audiencia con historias mejor desarrolladas, Marvel parece haber caído en un agujero de multiversos sin ideas. No tiene intención de innovar y repite fórmulas que antes funcionaron mejor. Al igual que Deadpool vs. Wolverine, esta cinta se siente como una parodia de lo que alguna vez fue el UCM, llena de inseguridad y sin una identidad clara. Aun así, siempre se mantiene la esperanza y la mente abierta de que su próxima entrega aprenda de sus errores y pueda retomar el camino que sostenía las primeras fases de este universo de superhéroes.
Ficha técnica:
Captain America: Brave New World (2024)
- Estados Unidos
- Duración: 119 min.
- Dirección: Julius Onah
- Guion: Malcolm Spellman, Dalan Musson, Rob Edwards, Julius Onah, Peter Glanz
- Música: Laura Karpman
- Dirección de fotografía: Kramer Morgenthau
- Distribuidora: Walt Disney Pictures
- Género: Acción.
agenda 2030 woke, el capitan america no es negro y nunca lo sera , pierde su escencia