Crítica de John Wick 4 (2023): reseña y opinión de la película

Por esto mismo es por lo que John Wick 4 no es la mejor de la saga, aun siendo la más espectacular. Retomando el hecho de la espectacularidad, cabe decir que llega un punto en que la acción es tan excesiva y continuada que, como dice la famosa expresión nihilista, “todo es nada”. En otras palabras, la sucesión continuada de acción sin pausa llega a abstraer al espectador totalmente de la cinta. Llega un punto en el que uno se deja llevar y ya no sabe porqué Keanu Reeves está aquí o allá. En definitiva, la pantalla se convierte en una ventana que, en vez de llevarte fuera de la realidad, te devuelve a ella accidentalmente.

Como contrapunto

Una de las cosas que más destaca en John Wick 4 es el valor para innovar en ciertas secuencias de acción. Sí, los combates y tiroteos te dejan boquiabierto, pero siguen siendo lo mismo que en entregas anteriores. No obstante, nos encontramos ante una película con planos espectaculares donde destaca el neón, y donde ciertas secuencias están sacadas directamente del género de videojuegos shoot ‘em up, en los que observamos al personaje principal desde un plano cenital mientras dispara a los distintos objetivos, lo cual funciona perfectamente en la pantalla grande.

Un final poco digno

Tras nueve años disfrutando de las aventuras de John Wick, es de esperar que cuando acabe, este final sea digno. Es necesario subrayar que no es lo que ocurre lo que no convence, sino cómo ocurre. El filme peca de exponer un espectáculo tan grande que, cuando llega a su final, recurre a una resolución mediocre y poco digna de una saga tan relevante en los últimos años.

Conclusión

John Wick 4 sigue la misma línea de las cintas anteriores de la saga, esta vez acentuando aún más la acción. Por un lado, presenta un apartado técnico sobresaliente y ciertas decisiones en coreografía muy interesantes, aunque, por otro lado, peque de exceso de acción y poca naturalidad, y no sepa cerrar su historia con el tiempo y respeto que se merece.