Impacto de los servicios de streaming en el cine
Muchos acontecimientos han pasado desde 1998 cuando Netflix surgió como el primer videoclub online, su salto a los servicios de streaming marcó un antes y un después en el mundo del entretenimiento, pues desde ese momento el número de plataformas y usuarios no ha dejado de aumentar.
La influencia que la pandemia ha tenido en el incremento de suscriptores de dichas plataformas es innegable y a la vez totalmente lógico, pues durante los distintos períodos de confinamiento que se vivieron en todo el mundo, las salas de cine se vieron obligadas a detener sus actividades y las personas tuvieron que buscar opciones para entretenerse a lo cual el streaming se levantó como la mejor opción.
Su creciente desarrollo les ha permitido obtener ingresos millonarios, los cuales han invertido en la creación de material exclusivo y la contratación de actores y directores reconocidos, quienes originalmente solían trabajar para en producciones tradicionales.
Una de las razones que atrajo dichas celebridades, fue la flexibilidad de desarrollar proyectos muy variados, pues incluso aquellos que para la industria tradicional no eran atractivos por su bajo potencial comercial, tienen cabida en las bibliotecas digitales, donde fácilmente pueden acceder a un mercado internacional, sin el elevado riesgo a fracaso que estaba presente al estrenar películas por territorios, pues dentro del streaming contar con una gran diversidad de contenido ha sido una característica crucial de su éxito.
Esto ha cambiado el modelo de consumo por uno más fugaz, pues al tener una gran cantidad de material audiovisual a su entera disposición, los usuarios pueden consumirlo a un mayor ritmo, en consecuencia para poder conservar su fidelidad, las plataformas necesitan incluir nuevo material de forma constante a su biblioteca.
Es por eso que para poder mantener el ritmo de producción se ha apostado por el sentimiento de nostalgia y recuperar producciones antiguas, ya se para darles continuidad, hacer una nueva versión o para explorar historias paralelas, lo que a su vez ha fortalecido la presencia de marcas tales como Star Wars, Marvel, Pixar, etc., en este aspecto las series también juegan un papel importante pues permite a los estudios lanzar el contenido por bloques y dependiendo de su éxito determinar si es rentable seguir invirtiendo en su continuidad o no.
El uso de la tecnología es otra pieza clave de su éxito, pues gracias a los algoritmos incluidos en las plataformas es posible hacer estudios de mercado de forma más simple y conocer qué es lo que en verdad desean sus usuarios permite una mejor proyección a futuro. Otro aspecto tecnológico que parece tendrá un auge importante en el futuro son los contenidos interactivos, en los cuales el usuario forma parte de la historia y mediante sus decisiones esta puede tomar un rumbo u otro ocasionando que se generen distintas tramas.
Todas estas nuevas características han provocado un cambio en el panorama del séptimo arte, pues a la par de la creciente popularidad del streaming también ha crecido la duda sobre el futuro de las salas de cine tradicional, las cuales además de tener que lidiar con la recuperación tras el duro golpe asestado por la pandemia, también se enfrentan al hecho de que algunos grandes estudios han comenzado a preferir estrenar sus proyectos de forma directa en sus plataformas digitales, saltándose a los cines. Tal es el caso de Disney quienes incluso han decidido sacar su contenido de la televisión de paga y abierta, para enfocarse de lleno en Disney plus.
Sin embargo a pesar de todos los puntos antes mencionados esto no significa que las salas de cine van a desaparecer, simplemente nos encontramos en un proceso de ajuste, en el que un nuevo servicio de entretenimiento está tomando su lugar dentro de un mercado muy amplio y variado, en el que las personas son conscientes de que la experiencia provista por una sala de cine no puede ser reemplazada.
Sin duda alguna veremos cambios originados de dicho proceso de adaptación, por ejemplo la reducción del tiempo de las ventanas de distribución, las cuales representan el tiempo de espera entre los distintos canales (cine, televisión, plataformas digital, formatos físicos), con la intención de evitar que las películas compitan consigo mismas. Originalmente las producciones debían dejar un margen de 120 días entre su estreno y el salto a internet, pero el nuevo modelo exige que el tiempo se recorte, al final si vemos el lado positivo la creciente demanda de contenido es una ayuda en el fomento del interés de las personas por el séptimo arte.