Entrevista sobre Enclosed a su directora Sol Prado
Festival de Málaga
Durante la última edición del Festival de Málaga tuvo la presentación dentro de la sección oficial documental el cortometraje Κλεισαμε (Cerrado) de la directora argentina Sol Prado. Un documental que se centra en la isla de Leros, Grecia. Un islote del Dodecaneso que fue ocupado por los italianos entre la primera y segunda Guerra Mundial. También fue una prisión para prisioneros políticos desde la Guerra Civil Griega hasta la Dictadura de los coroneles.
En los 70, tras la caída de la dictadura, se convirtió en un hospital psiquiátrico entre los 1970 y 2000. La isla en la actualidad tiene un campo de refugiados levantado junto a los restos del hospital psiquiátrico. Y desde hace poco las ruinas del hospital forman parte del campamento.
Con esta premisa se presenta este cortometraje que contrapone imágenes del campamento de refugiados con ASMR y del que tuvimos la oportunidad en Historia del Cine.es de entrevistar a la directora en los aledaños del Teatro el sábado 29, penúltimo día de esta atípica edición. Vestida con top blanco y falda de flores y una actitud abierta, estuvimos hablando del cortometraje, la situación de los refugiados y la isla.

La directora de Κλεισαμε (Cerrado)
PJ: ¿Qué te llevó a investigar el pasado de Leros y en especial el Hospital Psiquiátrico?
Sol: Podría decirse que se combinaron dos cosas para llegar a conocer la isla de Leros. Por un lado, durante 2017 vivía en Atenas, participando de un proyecto en colaboración con la Documenta 14, un intento de diálogo Sur-Sur entre Latinoamérica y el Sur de Europa. Por otro, anteriormente había abordado en mi práctica artística el tema de diversidad psicosocial y el trato de las instituciones a las personas que tenían comportamientos que no encajaban con lo que la medicina considera “normal”.
Para ese entonces y con motivo de ese traslado de residencia de Argentina a Grecia, un amigo me recomendó un libro de Félix Guattari -psicoanalista y filósofo francés-, una especie de diario de viaje sobre sobre su visita a la isla Leros y a este hospital psiquiátrico en 1989. Él hacía parte de una delegación europea que acudía a corroborar las condiciones del asilo. Guattari hace la siguiente descripción sobre el asilo: “una auténtica prisión psiquiátrica, un campo de concentración sin presencia de personal de enfermería, sin un psiquiatra siquiera.»
Es partir a de este libro que tomo conocimiento de la isla y comienzo a investigar con más profundidad, para luego concretar el primer viaje de investigación y rodaje. Lo más impactante fue llegar a la isla, y corroborar -con mis propios ojos- que se había construido un campo de refugiados sobre las ruinas del antiguo patio del hospital. Esto fue una experiencia indescriptible y ensordecedora que nunca voy a olvidar. El psiquiátrico fue clausurado definitivamente en 1994, sin embargo, la tarea de contactar a los familiares de todas las usuarias o socializarlas dentro de la isla no fue posible, ya que muchas habían llegado a la isla sin documentación, motivo por el cual sigue habiendo ex-usuarias viviendo en los alrededores del campo de refugiados en pequeñas casas con asistencia de día.
PJ: Eso me fije que en el documental aparecía justamente un reportaje inglés de los 80s, donde abordaban el trato que la gente allí, que eran directamente echados allí.
Sol: Es que literalmente echaban en la isla a las personas que -con muchas comillas- “sobraban” de los psiquiátricos abarrotados de Atenas. Para entender la saturación de estos centros, es necesario hacer un poco de revisión histórica de los años previos: Grecia participó de la Segunda Guerra Mundial, el mismo año que esta concluye, el país entra en una guerra civil que duró 10 años, y a posteriori, se instala la dictadura de Los Coroneles. Este tipo de situaciones de represión y violencia crónica vulneran a muchas personas y producen graves trastornos de la salud mental. Para los años 70s, Grecia tenía una enorme población en los asilos psiquiátricos, y el gobierno decide “dar uso” al edificio abandonado de Leros haciendo traslados masivos.
La clasificación de quienes eras trasladas se daba de manera muy bestia: Quienes no eran muy visitadas, o quienes no tenían papeles de identificación. Esta isla está 14 horas en barco desde Atenas, entonces es realmente mandarles a un lugar sin retorno. Esta clasificación por nivel de olvido generó una población muy diversa en el hospital: personas con trastornos severos, ex alcohólicos, tuberculosos, niñes y hasta ladrones.

Fotogramas del corto documental
PJ: ¿Costó mucho meterse en las ruinas del hospital psiquiátrico? ¿Y en el campamento de refugiados?
Sol: Nos metimos en todos los lugares sin permisos oficiales, el material filmado, en cierta forma, es ilegal. Honestamente, no fue difícil porque -luego de la crisis económica griega- hay un estado de abandono por parte de las autoridades y unos recursos limitados para la policía, lo cual hace que el control sea bastante escaso. Sin embargo, hubo una ocasión que nos detuvo la policía, por suerte fue durante el último día de rodaje: los escuchamos venir porque comenzaron a sonar las sirenas a través de los altavoces del campo de refugiados, entonces escondimos la cámara entre los escombros y “nos dejamos atrapar” jugando el inocente y poco creíble rol de turistas perdidos. Nos retuvieron por una media hora, chequearon los pasaportes y pudimos retirarnos bajo advertencia de no volver. La toma que se realiza desde dentro del campo fue filmada gracias a uno de los refugiados que vivía allí, él decidió filmar los pasillos entre los conteiners y las condiciones de vida que allí padecen.
PJ: ¿Qué sentido tiene el ejercicio de relajación al principio del documental?
Sol: La película más que nada está hablando de la soledad, del encierro como modo de disciplinar a los cuerpos. Creo que la idea de usar guías de relajación buscaba que el sonido de la película funcionara como una especie de narcótico suave. Lo que pasa en la isla es algo intolerable, esta superposición de los refugiados, los usuarios psiquiátricos y el turismo en un mismo espacio/tiempo. Es decir, ¿Cómo podemos tolerar todas estás capas juntas en un mismo lugar con tan sólo 53 kilómetros cuadrados? Me interesaba el contraste de aplicaciones de relajación, ASMR y yoga como somníferos para tolerar algo que es intolerable, como una ironía, un intento de relajación en medio del colapso.
Creo que hay algo tan atractivo como perverso en estas aplicaciones, es que a través de estas ellas una misma gestiona su propio malestar de manera individual y no lo piensas como algo que tiene alguna causa estructural o social. Creo que son herramientas que funcionan para que vos te encapsules en tu yo: “me siento mal, algo debe de estar mal en mi cerebro, entonces, tomo pastillas, consumo estas aplicaciones, y me relajo”, así se evita o dilata el cuestionamiento de los modos de vida que nos producen malestar.
PJ: En estos tiempos de confinamientos y encierros debido al COVID, ¿Crees que el espectador sentirá una mayor conexión con este documental?
Sol: Sí, absolutamente. Me lo podrás decir mejor vos que has visto el documental después del confinamiento.
PJ: Yo he tenido una conexión especial con esta obra porque yo tengo Asperger. Entonces también siento mucha más empatía con los asilos psiquiátricos, porque seguramente hubiera acabado allí.
Sol: A mí también me pasó algo similar con estos espacios, yo he tenido periodos de depresión y ansiedad, y esa experiencia me hizo acercarme, porque son los lugares que más miedo me dan. Creo que hay mucho por desvelar y discutir en término de los derechos de las personas que tienen la desgracia de terminar estas instituciones. Creo, profundamente, que merecemos una vida mucho más digna, y cuando digo digna hablo en toda la amplitud de esta palabra. Me impresiona que el encierro es y haya sido el pobre recurso de los hombres para encerrar a mujeres rebeldes, para clausurar la tristeza y narcotizar la imaginación amplificada.
PJ: Volviendo a Leros, que por su historia uno puede ver es una isla del mar Egeo destinada para el exilio forzado, ¿Pudiste hablar con los habitantes de la isla? ¿Qué sienten ellos sobre la isla?
Sol: Hablé con gente local, pero hablé más que nada con personas refugiadas en la isla que estaban esperando la resolución a su solicitud de asilo. Yo creo que los locales quieren dejar de ser la isla del psiquiátrico digamos, se han visto afectados enormemente por este estigma. Hay toda una campaña dentro de la isla para transformarla en un lugar turístico. La persona que filmó la toma dentro del campo pudo salir de ahí alegando un problema psiquiátrico, así logró que lo determinaran como persona vulnerable y se pudo trasladar a Atenas después de dos años de espera. Es una paradoja que un supuesto problema psiquiátrico le diera la posibilidad de salir.
PJ: Sí, la ironía que, en una isla conocida por eso, la única forma de salir sea esa, cuándo antes era porque te metían ahí.
Sol: En realidad, fue una estrategia acordada con un médico psiquiatra que trabajaba en el campo, quien se solidarizó con la situación de este refugiado y entendió que firmando su diagnóstico de persona vulnerable le daba la chance de salir de esa prisión.
PJ: ¿Qué futuro crees que le depara a la isla? Viendo todo su pasado y presente.
Sol: De eso mismo habla el documental, de ese ciclo histórico que se repite una y otra vez: la isla pasó por un periodo de escarmiento público y estigma por las pésimas condiciones del asilo psiquiátrico y, es increíble, que en menos de 20 años se volvió a construir otro espacio de reclusión en el mismo lugar.
PJ: Otro elemento irónico de esta ínsula que el documental muestra es que en un rincón están las ruinas de un hospital psiquiátrico con un campamento de refugiados adosado, pero al otro hay hoteles y yates. ¿Tanto hemos normalizado ignorar al prójimo?
Sol: Así parece.
PJ: Para terminar, ¿Tienes planeado algún proyecto en el futuro?
Sol: Sí, estoy escribiendo otra película, que tiene un punto más de diario fílmico, donde abordo evangelismo en Latinoamérica y el mito del apocalipsis.
PJ: ¿Quieres añadir algo más sobre el documental? ¿Alguna idea para el espectador que vaya a verlo?
Sol: Para mí, creo que lo más logrado del documental es hacer un posicionamiento político/estético sin estar diciéndole a la gente qué tiene que pensar. Sugerir con las imágenes, el sonido y los recorridos, pero no estar bajando línea. Creo que la corrección política ha hecho mella en mucho del cine que aborda estos temas. Además del uso y abuso de la imagen de las personas del sur global como víctimas, esto solo refuerza la idea de caridad que sienten las personas blancas.
PJ: Empezar a tratarlos con dignidad, más de la que ahora, respeto a igual. No tratarlos con condescendía.
Sol: Creo que hay que cuestionar esta buena voluntad caritativa blanca, creo que esconde una asimetría de poder muy grande y cristaliza una desigualdad. ¿Quién ayuda a quién? ¿La caridad, no es acaso un maquillaje que sostiene un sistema que produce desigualdad?
PJ: Con esto ya hemos terminado, espero que haya ido bien.
Sol: Gracias.