Entrevistas
Dani Jiménez – 19/08/2022
David Summers: “Me hubiera encantado haber sido director de cine”
Desde Historia del Cine.es, hemos tenido el inmenso placer de charlar con David Summers; líder de la legendaria banda de los Hombres G y uno de los mejores compositores del pop-rock español. Con motivo del estreno en las salas de cine de “Voy a pasármelo bien”, el musical de David Serrano que gira en torno a las canciones de los Hombres G, David ha tenido la amabilidad de concedernos esta entrevista.
A lo largo de ella, nos habla de lo muy implicado que ha estado en todo el proceso de la película, sobre su pasión por el cine o de la libertad artística de hoy en día, entre otras cosas.
David Summers
Sobre “Voy a pasármelo bien”
¿Cómo ha sido la experiencia vivida con esta película? ¿Qué sensaciones tuviste al verla por primera vez como espectador?
David Summers: Con mucha ilusión, al haber estado implicado en la película desde el minuto cero, cuando empezamos a hablar como cuatro años atrás. Un día me llamó Enrique Lavigne y me contó que quería hacer algo con nosotros, pero aún no sabíamos el qué; es decir, no teníamos ninguna historia ni nada. Estuvimos barajando varias posibilidades y luego ya apareció David Serrano, decidió contar su propia vida, que fue ahí cuando empezamos a barajar los primeros guiones, donde estuve con ellos dándoles ideas también y luego ellos compartían conmigo todo de la misma forma.
Por lo que ha sido un proceso creativo largo y muy trabajado, que se vio interrumpido por la pandemia. Fue un esfuerzo colectivo muy grande, pero siempre nos mantuvimos ilusionados y con la idea de hacer algo acojonante. A los Hombres G nos gusta que cuando hacemos una cosa, nos impliquemos y lleguemos a estar seguros de que lo que estamos haciendo se va a hacer bien. Entonces, en el momento ya de por fin ver la película, después de haber trabajado en la banda sonora y en todo lo demás, es ese momento en el que te preguntas en que se va a traducir todo el esfuerzo hecho. Se puede dar que veas una película y pese a todo el esfuerzo puesto, que no acabe por verse reflejado lo que pretendías trasmitir; algo que no ha pasado con esta película.
Al final el resultado ha sido muy satisfactorio, porque la película es divertida, trasmite mucho buen rollo, los niños lo han hecho genial y en general, se han dado esas circunstancias en las que todo el mundo ha hecho su trabajo con muchísima ilusión y con muchísima brillantez. Para mí el resultado ha sido cojonudo, creo que a la gente le va a encantar la película; vamos, no tengo dudas de ello.
Un gran cinéfilo
El cine ha estado presente a lo largo de toda tu vida. Desde el propio nombre de la banda, hasta el hecho de que tu padre fuera uno de los grandes directores de nuestro cine. En ese sentido, ¿cómo dirías que es tu relación con el cine?
David Summers: Soy un apasionado del cine. No estoy seguro fíjate, de si me gusta más el cine que la música o la música más que el cine. El cine es algo que ha sido y es algo fundamental en mi vida. Lo disfruto como espectador y estudié Ciencias de la Información porque quería ser director de cine como mi padre. Mi padre desde que éramos niños, nos obligaba prácticamente a toda la familia a ver las películas buenas que ponían en la tele; incluso cuando solamente había dos canales.
Un día que pusieran una gran película, no sé, “Sed de Mal”, “Deseos Humanos” o “Cayo Largo” por ejemplo, de repente mi padre llamaba por teléfono a casa y empezaba: “Hey, que hoy ponen “Cayo Largo” eh, no me jodais con el “1,2,3” y su puta madre” (Risas). Entonces nos reunía a toda la familia y veíamos películas, pues eso, “Deseos Humanos”, “Más dura será la caída«, etc. Realmente mi amor por el cine y sobre todo por los grandes clásicos del siglo XX, es muy profundo. Digamos que esa frustración que tengo, aunque me considero una persona muy privilegiada por la vida que he tenido y sigo teniendo, es el no haber sido director de cine.
Eso es algo que me hubiera encantado, el poder haber contado historias como lo que hago con los Hombres G, pero quizás historias más elaboradas y más grandes. Gracias a dios, he tenido la oportunidad de participar en el cine y ahora de tener una nueva película para enseñar a la gente.
Una banda única
Pocas bandas son capaces de mantenerse juntas durante casi cuarenta años, como es el caso de los Hombres G. ¿Cuál dirías que es la razón de ello?
David Summers: Es que nosotros éramos amigos antes de tener el grupo, cuando todavía éramos unos críos. Entonces, digamos que hemos vivido este sueño juntos toda la vida. Cuando era un niño de diez años, lo que me unió por ejemplo a Javi Molina, era la pasión por la música. Yo solía decirle a mi madre de que me iba a casa de él a escuchar música, y ese era el plan que teníamos muchas veces en aquellos tiempos. Me acuerdo que tenía una abuela que le daba una paga importante los fines de semana, y él se la gastaba toda en discos.
Recuerdo que se compraba discos de James Taylor o Carole King por ejemplo, e íbamos a su casa a escucharlos; al igual que quedábamos en mi casa para escuchar los discos que compraba mi padre de artistas como Los Beatles, Ray Charles, Bobby Rydell, Chubby Checker, etc. Por lo cual esa amistad, forjada por nuestra pasión por la música, nos llevó luego a cuando éramos adolescentes a intentar montar un grupo y a aprender a tocar.
La música siempre ha sido nuestra pasión. Dani Mezquita era amigo de Javi del veraneo y él también era un loco de la música. Su madre era azafata inglesa y se iba a Londres a menudo y traía discos de David Bowie y artistas de ese tipo. Luego ya montamos el grupo y a Rafa le conocimos cuando teníamos dieciocho años, o sea que, ha sido toda la vida juntos compartiendo nuestra gran pasión por hacer música y por pasárnoslo bien haciéndola. Eso es precisamente lo que nos ha hecho mantenernos juntos toda la vida, ya que nos hemos querido mucho siempre, somos muy buenos amigos, lo compartimos todo y conocemos los defectos y virtudes del otro.
Y luego que han sido casi cuarenta años juntos, en los que nos lo hemos pasado de puta madre. Hemos tenido mucha suerte, nos hemos divertido, hemos reído, hemos viajado por todo el mundo… Por lo que ha sido algo espectacular, el sueño que hemos compartido. Quizás ahora somos más mayores y ya puede que tengamos más achaques, y que hablemos más de médicos que de tías buenas, pero seguimos pasándonoslo muy bien (Risas).
La libertad del artista en la era Twitter
Vuestra banda enarbolaba en cierta manera esa rebeldía de expresaros y hablar de todo aquello de lo que quisierais. Pasados los años y ahora con la presencia de las redes sociales, ¿Crees que los artistas vivís una censura más cruda hoy en día que en aquellos años?
David Summers: Un poco sí, aunque no es realmente censura, porque no hay nadie que te prohíba decir nada, ya que se supone que vivimos con libertad de expresión. Pero sí es cierto que cualquier cosa que digas a través de las redes sociales, tienes el riesgo de que recibas una hondonada de insultos. Está muy de moda las crucifixiones públicas, dado a que hay gente que le gusta ir a por una persona y machacarla, aunque en mi caso yo no he vivido eso; al revés, me siento muy querido por la gente y no tengo muchos “haters”. Pero bueno, alguno de vez en cuando hay que me insulta o que provoca, pero a veces basta con que pongas “buenos días” en Twitter, para que uno te responda: “buenos días, tu puta madre”.
Antes los gilipollas hablaban en los bares, que a lo mejor estabas comiendo en la mesa de al lado y los oías diciendo tonterías, pero ahora tienen una capacidad de difusión de sus memeces que es brutal; es decir, cualquier miserable tiene la capacidad de llegar a mucha gente, a través de las redes sociales. Por lo que esa es la gran diferencia con respecto a antes. Los Hombres G estamos acostumbrados de toda la vida a ser criticados, de habernos puesto a parir los críticos muchísimas veces y realmente nos daba igual; no me molestaba ni en leerlo. Cuando alguien me viene y me dice que fuimos vilipendiados por la crítica, le digo que en verdad no lo sé, porque nunca leí ni lo bueno ni lo malo.
No me apetecía leer lo que decían los periodistas sobre nosotros, evitando tener esa sensación de que te estuvieran machacando y así poder seguir tu camino. Aunque ahora digamos que es más evidente, porque es abrir Twitter y ya te encuentras a algún que otro idiota. Es por ello que a veces piensas en escribir algo y te lo piensas quizás dos veces, porque piensas que igual puedes ofender a un colectivo o a otro, cuando en ningún momento pretendes hacer eso. Y eso puede llevar a que a veces uno mismo se autocensure, lo cual es un poco triste la verdad.
Componentes de Hombres G
A la hora de escribir canciones
¿Ha habido alguna ocasión en la actualidad, en la que has preferido no expresarte o no hablar de un tema en cuestión por ahorrarte el que la gente lo pueda malinterpretar?
David Summers: Bueno, en el año 1985 en el mismo disco en el que salió “Devuélveme a mi chica” y “Venezia”, hay una canción que se llama “Matar a Castro”; una canción que yo hice, basada en un artículo que leí en Interview, cuando yo tenía diecisiete-dieciocho años, que iba sobre unos tíos que estaban en Miami planeando un atentado contra Fidel Castro. Me pareció una historia interesante cuando la leí y en ese momento no me corté ni un pelo en hacerlo, nunca pensé en las consecuencias; que las consecuencias fueron, que llegó a oídos del régimen castrista y de Fidel Castro directamente, y me hicieron persona non grata en Cuba para siempre.
De hecho, nunca he podido ir a Cuba por ello. ¡Imagínate escribir una canción así ahora! Es que ya directamente te cuelgan por los pies y te apalean. Ahora sería casi imposible hacer cosas así, con ese desparpajo y esa inconsciencia cuando tenía yo diecisiete-dieciocho años y la cual teníamos todos, de poder decir lo que nos saliera de los cojones y hablar de lo que quisiéramos.
Sobre la nostalgia
Voy a pasármelo bien tiene ese halo nostálgico de los ochenta muy presente. ¿Tú te consideras una persona nostálgica? ¿Echas de menos esos años locos que vivisteis durante los ochenta?
David Summers: No, la verdad que no. El pasado está muy bien, pero el pasado ya no existe; es decir, el pasado está en tu memoria, en tu palmarés o digamos que es muy importante haber ganado muchas Copas de Europa, pero lo importante es ganar la próxima. La cuestión es que creo que lo mejor siempre está por llegar, nosotros además nos hemos demostrado a nosotros mismos que nunca se sabe que techo puede tener esto y que la vida te puede deparar sorpresas increíbles.
Mira, este pasado mes de junio hemos estado de gira por Estados Unidos, donde llegamos a tocar en el Madison Square Garden; cosa que yo en los ochenta, jamás hubiera soñado que un día iba a tocar ahí, y me ha tocado hacerlo ahora con cincuenta y ocho años. El otro día estuvimos tocando en Milán con casi siete mil personas, cuando era la primera vez en nuestra carrera que íbamos a tocar a Italia y en donde ya nos han ofrecido hacer una gira por toda Italia para el año que viene. Por lo cual, son cosas inesperadas y maravillosas que se dan como el amor, que lo puedes encontrar al doblar la esquina; es decir, es algo que nunca puedes dar como finalizado.
Entonces, siempre hay que mirar hacia adelante y sentirte orgulloso de tu historia, y aún más si cabe al haber hecho canciones tan bonitas que han marcado a dos generaciones, como ha sido nuestro caso. No obstante, yo estoy pensando en la canción nueva que quiero hacer o en el disco nuevo, aunque sé que no puedo competir con ese efecto nostálgico. Me pasa como a Paul Mccartney, que por muy buena que sea la canción nueva, nunca va a poder competir con “Yesterday”. Pero tengo que seguir haciéndolo y tengo que seguir intentándolo, para seguir dándole a nuestros fans nuevas canciones, nuevas emociones y nuevos proyectos; algo que es indispensable.
Llegar a la noche
Esa manera de ver un poco la vida, es algo que a la gran mayoría nos falta por aprender, más si cabe después de la pandemia, cuando parecemos vivir con más incertidumbre y anhelando más los tiempos de ayer que nunca. Vivir el momento es algo que tienes muy presente, ¿No es así?
David Summers: Totalmente. Cuando te vas haciendo viejo, te das cuenta de que lo más importante en la vida es llegar a la noche; de hecho, hice una canción que se llamaba “Llegar a la noche”. Era algo que mi padre me decía siempre, el hecho de llegar a la noche y darte cuenta que ha sido un gran día, que has hecho lo que te gustaba, que has estado con las personas queridas y que lo has conseguido; aunque no todos los días son así. Lo consigas o no, mañana será otro día y tendrás que intentarlo otra vez, hasta llegar a la noche de mañana.
Dado a que pasa un día y otro y otro, y de repente han pasado cuarenta años. Pero si tú consigues llegar a la noche cada día, habiendo sido feliz o por lo menos no habiendo sido desdichado, pues al final en eso consiste la vida; algo que yo cada vez tengo más claro. Según te vas haciendo más mayor, también es más difícil llegar a la noche en buenas condiciones, estar bien, estar sano, estar vivo y estar feliz, pero aun así hay que seguir intentándolo.
Sus referentes musicales
En la película, vemos como vuestra música marca a los protagonistas y acaba inspirándoles en diferentes ámbitos de sus vidas. ¿Tú tuviste algún referente o alguien que te marcara en la música, cuando eras un niño?
David Summers: Claro, tengo gente que me ha marcado; ya no solo en la música, sino en el cine, en la literatura y demás. Todos los artistas de la historia, aprendemos de otros artistas, ya que todos tenemos maestros. Billy Wilder tenía a Lubitsch, todos los grandes comediantes después de Chaplin tuvieron a Chaplin, etc.
David Summers
Todos hemos tenido que aprender de los grandes y hemos querido seguir aprendiendo de los grandes. A mí me enorgullece mucho, cuando un grupo de chavales jóvenes me viene y me dicen que se dedican a la música gracias a los Hombres G. El tener referentes es imprescindible y que nosotros hayamos marcado e inspirado a tanta gente nos llena de alegría. En mi caso, si ha habido un referente para mí en la música, ese ha sido Frank Sinatra; para mí, el mejor artista de todos los tiempos con diferencia. Luego hay artistas como Los Beatles, de los que todos los días aprendo algo y a los que todos los días escucho; de hecho, yo me dediqué durante años a estudiar la música de Los Beatles.
Pero luego te diría que a la hora de componer canciones, al igual que Los Beatles y otros grandes artistas, realmente todos hacemos lo mismo, que es sencillamente contar lo que nos pasa en un momento dado. Cuando tú escribes una canción, es como si te miraras al espejo y hablaras contigo mismo. Hay muchos artistas que lo encuentran como una forma terapéutica de expresar todo aquello que les está pasando por dentro, lo cual creo que es cierto. Cuando haces aflorar todas tus inquietudes, todas tus emociones, tus divagaciones y demás, de alguna manera las sacas, las cantas y las repartes entre la gente; algo que de alguna manera te libera. ¿Qué luego esas canciones ayudan a otros? Pues eso ya es un premio inesperado.
Cuando alguien te viene y te dice “yo con tu canción de “Te quiero” conocí a la que ahora es mi mujer y ahora tenemos tres niños y sonó en nuestra boda”, piensas qué maravilla; ya que yo realmente la hice para enamorar a una chica (Risas). Cuando una canción sirve para tanto, a veces incluso se te escapa de tu percepción; es decir, el poder que puede tener una canción o la música en sí misma es abrumador. Son cosas como esas, las que hacen que este trabajo sea tan bonito y tan mágico.
El impacto de la música
Debe de ser una sensación rara y bonita a la vez, ¿no? Cuando ves que una canción nacida de un impulso artístico del momento, acaba por ser importante en la vida de tantas personas…
David Summers: Sobre todo cuando miras atrás o recibes ese feedback, porque en el momento en el que haces la canción no eres consciente del recorrido que puede tener. Y además, si eres consciente, es que eres gilipollas (Risas). Si tú te pones a hacer una canción pensando en que va a ser una canción que va a marcar un antes y un después o que va a cambiar la vida de la gente, es que eres tonto. Cuanto tú haces una canción, tienes que hacer un ejercicio de humildad enorme y de pensar que solamente la va a escuchar esa persona a quien va dirigida.
Cuando tú escribes una canción para una sola persona, es la manera de llegar a todas las personas del mundo, dado a que realmente todos somos la misma persona; ya que todos nos enamoramos, sufrimos y pasamos por cosas buenas y malas en la vida. Esto pasa generación tras generación, por mucho que cambien las cosas, por mucho que cambien las épocas, hay cosas que nos seguirán pasando a todos por igual. Por eso las canciones bonitas, son eternas; aquellas canciones que hablan de una emoción pura y real son eternas, y las puedes escuchar en cualquier momento de tu vida y no te suenan raras.
Hombres G en la Premier de Voy a pasármelo bien
Manuel Summers y la película de David Serrano
¿Crees que a tu padre le hubiera gustado esta nueva película?
David Summers: Estoy seguro que le hubiera gustado. Mi padre de haber estado con nosotros, nos hubiera ayudado muchísimo a hacer que fuera mejor todavía y nos habría regalado chistes y gags buenísimos para la película. Pero estoy seguro que se hubiera sentido orgulloso, porque la película mola de verdad, y fíjate que soy muy exigente y crítico con lo que hacemos, y sobre todo en casos como este cuando no soy yo el que lleva el control; ya que en los Hombres G, digamos que soy el director de la orquestra, el quien da forma y tiene un sueño que pone en marcha con la ayuda de sus compañeros.
Pero en este caso no, en este caso hay un director que es David Serrano, hay un productor que es Enrique Lavigne, hay unos actores y demás, por lo que yo no tuve el control de la situación como tal. Entonces, cuando fui a la primera proyección, dije “a ver qué es lo que me voy a encontrar” (Risas). Pero una vez que vi la película dije “cojonuda, sí señor”, porque consigue que me ría, me emocione y me lo pase bien; y si yo me he reído y me he emocionado, seguro que millones de personas se van a emocionar del mismo modo.
La mejor crítica posible
El hecho de que os guste a vosotros como banda, es el mejor indicativo de que la película está bien y merece la pena ver, ¿No crees?
David Summers: Bueno, también creo que desde el primer instante David Serrano, Enrique Lavigne y todo el equipo querían hacer una película que a los Hombres G nos encantara; es decir, ellos querían estar seguros de que nosotros íbamos a aprobar el proyecto y que íbamos a estar felices con él. Eso creo que también ha influido mucho, dado a que yo he estado en conversación y en contacto permanente con ellos en cada paso que se ha dado, en la banda sonora trabajándola con Zeltia Montes, dirigiendo las canciones, buscando los mejores momentos, eligiendo la mejor manera de hacerlas…
En su totalidad, ha sido un trabajo que me ha ilusionado muchísimo y que afortunadamente he podido combinar con el mío, en parte también por la pandemia que nos hizo estar en casa y en donde tuvimos que aplazar todos nuestros conciertos. Eso me permitió estar en Madrid y trabajar muy intensamente por la película, que dentro de la terrible situación que se estaba viviendo, salió algo bueno de ello en ese sentido. Por otro lado, a mí me gusta ser el culpable de las cosas, para bien o para mal; es decir, si algo es una mierda, pues mi culpa es y si mola mucho, pues me atribuyo el mérito también o parte del él al menos.
Preguntas cinéfilas para David Summers
¿Cuál dirías que es tu película favorita?
Puf, hay tantas películas que no podría dejar de ver nunca en la vida, que es complicado. La primera que me viene a la cabeza es “Milagro en Milán” de Victorio de Sica, que es una película que me apasiona, pero hay más. Siempre que te preguntan cuál es tu película favorita o tu canción favorita, es algo difícil de responder. Hay tantas películas maravillosas, como por ejemplo “El padrino” o “El graduado”, las cuales he llegado a poder ver como veinte-veinticinco veces y nunca me canso de verlas.
Ahora mismo, si echaran “El padrino” la vería tío, pese a que la he visto mil veces. Ayer mismo estaba queriendo ver algo, ya que estaba solo en casa aburrido, y de repente veo en Amazon “El padrino”. Dije “hostia la voy a ver, bueno, un poco tarde, ya la veré mañana” (Risas).
¿Cuál es la última película que has visto?
Ayer vi una película terrible de terror titulada “Escupiré sobre tu tumba II”, porque había visto la primera que me había parecido brutal. Y bueno, la segunda es terriblemente mala, de una violencia exagerada; aunque he de decir, que me gustan ese tipo de películas, ya que me entretienen al menos (Risas).
¿Qué director de cine dirías que te ha marcado en tu vida?
Ha habido tantos buenísimos directores. Te diría mi padre, que creo que hizo obras maestras absolutas. Creo que “Del rosa al amarillo”, puede ser ya no la mejor película del cine español, sino una de las mejores películas que se han hecho nunca. Billy Wilder y Martin Scorsese también me han fascinado siempre, pero hay muchos más.
¿Qué película te acuerdas de ir a ver al cine en tu adolescencia?
Recuerdo ir a ver “La jauría humana” con una novia que tenía cuando estaba en tercero de BUP, que yo tendría unos dieciocho años. La pusieron en el cine y la llevé a verla, y ella después de que acabara recuerdo que me dijo: ¿Para qué me traes a mí a ver esto? (Risas). Yo en aquel momento ya era un apasionado del cine y bueno, no es fácil encontrar a alguien que le guste también ese tipo de películas clásicas.
A mi chica por ejemplo le pongo “El salario del miedo” o “Sed de mal” y se queda dormida (Risas); por lo que tengo que acabar de verla solo en casa, porque ella se ha quedado dormida a los diez minutos.
¿Qué película recuerdas ver y disfrutar junto a tu padre?
Bueno, yo conocí “Milagro en Milán” gracias a mi padre. A mi padre le encantaba Victorio de Sica y todo el neorrealismo italiano, pero esa era su favorita. En otra ocasión, recuerdo de haber ido al cine con mi padre y pasárnoslo bomba viendo “Toro Salvaje” de Scorsese. Mi padre era un gran aficionado al boxeo y yo también, que en mi caso me encanta tanto boxear como ver combates de boxeo y de igual manera ver películas de boxeo.
Fuimos a ver “Toro Salvaje” porque mi padre había estado rodando “Ángeles gordos” en Nueva York en el año 1981 y había conocido a Robert De Niro en una cena en Nueva York. De Niro estaba gordísimo esa noche, a lo que mi padre le preguntó por qué estaba tan gordo. Él le comentó que acababa de hacer una película y que tuvo que engordar treinta kilos para el personaje. Le preguntó por el título de la película y entonces en cuanto estrenaron la película en España, me cogió y me dijo: “Oye, vamos a ver esta película que Robert me habló de ella”.
Fuimos a verla y mi padre salió del cine diciendo que era de lo mejor que había visto en mucho tiempo. Y mi padre sí que era cabrón a la hora de dar su opinión sobre una película; es decir, ibas con él a ver una película que no le gustara y te daba la película (Risas). Rollo de “vaya mierda, menudo dialogo de mierda, etc” y yo “papa, déjame en paz coño, que quiero ver la película” (Risas). Pero recuerdo que de “Toro Salvaje” salimos los dos flipados de lo que habíamos visto.