Análisis de Barbie (2023): explicación de la película y de su final
Autor: Dani Jiménez (@rosebudshears)
En Historia del Cine.es somos muy fans de Barbie, la película del año, que ha sido todo un exitazo en taquilla, desde que se estrenase el pasado 20 de julio. Es tal el fervor que sentimos por la película de Greta Gerwig, que nos hemos decidido en dedicarle todo un análisis a la película, intentando tocar todos los puntos que se abordan en ella. De igual manera, intentamos ahondar en su emotivo final, buscando esclarecer las dudas que puedan tener algunos lectores que hayan visto la película.
El siguiente análisis, es la interpretación personal de este crítico, que puede estar más o menos acertada, pero en ningún caso es absoluta. Dejad en la caja de comentarios, cuáles son vuestras interpretaciones de algunos de los temas que vamos a pasar a analizar a continuación.
*A partir de aquí van a ser un spoiler tras otro, por lo que si no ha visto aún la película, te recomendamos no seguir leyendo.
Así habló Ruth Handler
La película arranca haciendo un homenaje a la película de 2001: Una Odisea del espacio (1968) de Kubrick; más concretamente a El Amanecer del Hombre. Greta Gerwig no lo utiliza como un mero homenaje del que sacar comedia, si no que utiliza la iconografía de la película de Kubrick para resaltar que la invención de Barbie en 1959 fue sobre todo una toma de consciencia, que llevó a una revolución comercial con respecto a los juguetes infantiles.
En un primer instante, vemos a las niñas jugar con aquellas muñecas antiguas de porcelana, las cuales en su amplia mayoría eran bebés que se comercializaban al público infantil para satisfacer un único fin: ofrecer a las niñas de la época la experiencia de ser madres (todo ello desde la mirada heteropatriarcal de la época, de lo que se suponía que era la maternidad). A través de la voz en off de Helen Mirren, se nos dice que aquellas niñas se divirtieron con ellas por un rato, pero que acabaron hartas de jugar a ser mamás.
Es ahí cuando se vislumbra a Barbie, siendo lo que en la película de Kubrick sería el monolito. No es una Barbie cualquiera, sino la primera que se puso a la venta en 1959, la cual lleva un traje de baño de rayas pin-up. La irrupción de Barbie lo cambia todo, porque por primera vez, las niñas de la época tenían una muñeca con la que podían jugar a ser adultos en todo tipo de modalidades, que fueron explotando más y más con el paso del tiempo.
Es lo que decíamos antes, una toma de consciencia de las niñas, de igual forma que con los primates, representando una evolución en la especie. Hay una niña que vemos en primer plano que se queda atónita ante la magnificencia de una enorme Margot Robbie, y es ahí cuando esta niña, al igual que en la icónica escena de 2001: Una Odisea del espacio (1968), rompe contra el suelo la muñeca de porcelana con la que andaba jugando, tirándola al aire en última instancia para emular la que probablemente sea la elipsis más grandiosa que ha dado el séptimo arte.
Comparativa entre la cinta de Kubrick
Un mundo matriarcal e idealizado
Tras la elipsis, entramos de lleno a Barbieland un lugar utópico e idealizado, que se nos muestra como un mundo paralelo al del mundo real, los cuales están conectados entre sí; es decir, las ideas y actos que se tengan con respecto a las Barbies en el mundo real y como luego acaben jugando con ellas las niñas del mundo real, tendrá un efecto en el devenir de los habitantes de Barbieland. No obstante, eso no quiere decir que vivan al corriente de lo que pase en el mundo real, y especialmente sobre el papel que tiene la mujer dentro de la sociedad. En el comienzo de la película, vemos una Barbieland de ensueño, donde todos los días son el mejor día, donde no hay cabida para el dolor ni para las imperfecciones, y en donde las Barbies son las que rigen la sociedad y las cuales son las más respetadas y reconocidas de esa misma.
Dirigen los estamentos de esa sociedad, desde el tribunal supremo, hasta el propio gobierno. Además, son las que normalmente son distinguidas en distintas áreas como la ciencia o las artes, tal y como vemos en la escena en las que se les hace entrega a algunas Barbies de los distintos nobeles.
Aquí vemos al personaje de Margot Robbie, la cual encarna a la Barbie estereotipo, teniendo un día cualquiera de ensueño en Barbieland. Nada va mal, todo es de color de rosa literal y figuradamente, siendo exactamente tal y como nos los han vendido durante décadas; es decir, una perfección inalcanzable, una idea muy alejada de la realidad.
Fotograma de la película
Es importante recalcar, por obvio que pueda llegar a ser para varios lectores, que hablamos de una sociedad matriarcal y no feminista, ya que el feminismo busca lograr la igualdad entre hombres y mujeres dentro de un mundo patriarcal. Los Kens, están por así decirlo, de meros accesorios, que existen por y para disfrutar de la cálida mirada de las Barbies.
Las etiquetas en Barbieland
Una cosa que toca puntualizar y que entra en cierta contradicción con lo dicho previamente, sobre que Barbieland representa un ideal totalmente alejado de la verdadera realidad, es que sí hay cosas que resuenan con el mundo real. Hay dos cosas que parecen resonar enormemente con nuestro mundo, y que como veremos más adelante serán uno de los puntos más significativos a nivel de trasfondo de la película. Hablamos del hecho de que en Barbieland, todas las Barbies tienen una etiqueta; es decir, la Barbie estereotipo, la Barbie rara, la Barbie presidenta, etc. En el caso de los Kens no es que sea el caso, porque los Kens son simplemente Kens; lo cual tendrá un porqué en el desenlace final de la película.
Volviendo a las resonancias entre nuestro mundo y Barbieland, está el tema de las etiquetas que ya hemos comentado, además del propio hecho que todo sea de plástico, como de una belleza totalmente artificial y por ende falsa. Quizás esa frivolidad que vemos en este mundo tan artificial, pueda ser comparada con la época de las redes sociales en la que vivimos. Ese querer mostrar ante los demás una perfección que no existe.
El Camino de las Baldosas Rosas
Volviendo a la trama de Barbie, vemos como el personaje de Margot Robbie atraviesa Barbieland conduciendo un coche rosa, mientras saluda a toda la gente a su alrededor. Aquí es cuando comienza el viaje del personaje, hacia el desconocido país de Oz. El mago de Oz (1939) es otra película totalmente referente dentro de la trama de la película, y lo vemos claramente en esta escena, donde por una parte llegamos a ver que el pavimento de las calles de Barbieland están hechos de baldosas rosas, emulando claramente a las baldosas amarillas que tiene que atravesar el personaje de Dorothy, al igual que vemos que en los cines de Barbieland tienen en cartelera la película de Victor Fleming. Más adelante, mostraremos más referencias que se hacen a El mago de Oz (1939).
Carteles de El mago de oz (1939)
I’m beach
En la secuencia en la que por primera vez aparecen los Kens, nos encontramos ante unos seres dependientes de la atención de las demás Barbies, tal y como hemos mencionado antes. Su único cometido es ese, lucir increíbles para que las Barbies se fijen en ellos. Vemos mucha comedia física y gestual en esta secuencia, lo que será un leitmotiv con respecto a los Kens durante toda la película. Especialmente, el Ken que interpreta Ryan Gosling es tremendamente divertido, y llevado por el impulso de impresionar a la Barbie que interpreta Margot Robbie, este se tira al mar con el fin de surfear una ola. Sin embargo, acaba resultando que las olas y el mar, como todo en Barbieland, es de atrezo, por lo que acaba lastimándose.
Una cosa que es interesante de esta secuencia, que a priori podemos pensar que nos sirve a modo de introducción de personajes y a modo cómico, es el hecho de que Ken no sea consciente del mundo en el que vive, aludiendo a dos tipos de películas en concreto: El show de Truman (1998) y Matrix (1999). Antes en el arranque, ya lo pudimos ver con Barbie, pero aquí es mucho más contundente y visual; es decir, personajes que creen conocer el mundo que habitan, pero que en realidad no son plenamente conscientes de los límites de su existencia.
Do You Ever Think About Dying?
Aquí llega el punto que desencadenará toda la acción de la trama, el punto en el que todo cambia para la protagonista. Durante la megafiesta que tiene con las demás Barbies y los demás Kens en su casa de ensueño (lo habitual en su día a día), la Barbie estereotipo hace algo totalmente disruptivo y que llega sin previo aviso, que es cuando pregunta al resto si alguna vez han pensado en la muerte. Aquí se produce un antes y un después en la protagonista, ya que su existencia no volverá a ser igual y se debe otra vez, a la idea de tomar consciencia; algo importante a recalcar, dado a que es el hilo conductor de toda la película.
A nivel referencia cinematográfica, aunque no se producen de un modo similar, podríamos comparar este momento con el de All That Jazz (1979), durante el número musical de Bye, Bye life. La propia Greta Gerwig ha reconocido tener a la película de Bob Fosse como una referencia, pero quizás no de manera plenamente consciente (valga la redundancia) en esta escena en concreto. No obstante, es curiosa la comparativa entre las dos.
Escena de la película de Bob Fosse
El poso existencialista es el desencadenante de la trama, diríamos incluso que es el tema predominante en la película, por muy loco que pueda parecer en un primer momento. Para hablar de este momento en el que Barbie es consciente de su propia mortalidad, podemos analizarlo desde el punto de vista filosófico y psicológico, y también a nivel de metaficción.
Esta noción tan primaria y humana, la desarrolló entre muchos filósofos y ensayistas, Ernest Becker, más concretamente en su obra La negación de la muerte. Partiendo de la base de que Becker fue antropólogo, en La negación de la muerte nos relata cómo los seres humanos estamos constantemente queriendo negar nuestra propia mortalidad, tanto en un plano consciente como inconsciente.
Becker sostiene que la negación de la muerte es una característica fundamental de la vida humana. Los seres humanos son únicos en su capacidad para comprender su propia finitud, lo que a menudo genera ansiedad y temor existencial. Para lidiar con esta ansiedad, las personas desarrollan sistemas de creencias, valores y comportamientos que les permiten negar o minimizar su propia mortalidad. Estos sistemas de negación pueden manifestarse de diversas maneras, como la búsqueda de logros, la adhesión a sistemas de creencias religiosas, la participación en la sociedad y la cultura, o la creación de legados duraderos.
Llevándolo a Barbie, esos sistemas de negación serían la propia adhesión a sistemas de creencias, en las que se construye un mundo utópico, perfecto y en donde el dolor no tiene cabida en absoluto. Todos los días son el mejor día de sus vidas, y no hay margen para pensar lo contrario.
La celulitis ha llegado
Una vez que la Barbie estereotipo toma consciencia de su propia mortalidad, su mundo de armonía y felicidad desaparece. Su rutina diaria, se convierte en una auténtica pesadilla, tal y como a veces lo sentimos en la vida real. Son los primeros síntomas que nos indican que se está humanizando, aunque en un primer momento ella no sea consciente del porqué. Va a la playa y también se da cuenta que de repente tiene los pies planos y que tiene celulitis. En un momento de tensión y pura comedia, las demás Barbies acaban por descubrir lo que le está pasando.
La Barbie rara
Tras ese incidente en la playa, las demás Barbies le dicen al personaje de Margot Robbie, que la única persona que le puede ayudar es la Barbie rara; una Barbie que se dice que en su día fue la más guapa de todas las Barbies, pero por el hecho de que jugaron mal con ella, acabó siendo una especie de juguete roto. Una Barbie que pasa sus días arreglando las imperfecciones de las demás, mientras ella se vuelve cada vez más imperfecta (según la visión de las demás Barbies, las cuales se ríen de ella en su cara y a sus espaldas).
Ya viendo la casa en la que vive, podemos ver la diferencia de estilo con respecto a las demás Barbies. En el siguiente plano, vemos al personaje de Margot Robbie a la entrada de la casa de la Barbie rara, en la que vemos que tiene que subir unas escaleras. Según Greta Gerwig, eso alude a un intento de querer emular en cierta manera, ciertos planos que podemos ver en Las zapatillas rojas (1948). También resuena con otra película de Emeric Pressburger y Michael Powell, A vida o muerte (1946).
La Barbie estereotipo se encuentra finalmente con la Barbie rara, y ya desde un primer momento podemos notar que la segunda es mucho más consciente de la realidad en la que vive. Le comenta que ha abierto un portal entre el mundo real y Barbieland, debido a que la niña con la que juega ha tenido últimamente estos pensamientos (lo que más adelante veremos que no es así, sino que ha sido la madre de esa niña la que los ha tenido).
La Barbie rara le dice que el único modo de solucionar su problema, es ir al mundo real y cambiar esa percepción de aquella niña. De algún modo, aquí juega de manera cómica y haciendo un guiño maravilloso con Matrix (1999), del tomar consciencia de la verdadera realidad y de la ilusión que acaba siendo el libre albedrío. Es muy gracioso cuando el personaje de Margot Robbie decide vivir en la ignorancia, y la Barbie rara le dice que no, que lo intente de nuevo, terminando por decir que le estaba dando a elegir, por la simple razón de darle cierto sentido de libertad de decisión.
Fotograma de las tres películas
En la siguiente comparativa, vemos claramente la escena que homenajea (aunque no es la original la que vemos a continuación, os podéis hacer una idea).
El viaje hacia un mundo desconocido
Barbie decide emprender su viaje hacía el mundo real, con el apoyo de las demás Barbies. Es ahí cuando ella se aventura hacia lo desconocido, hacia un mundo que la cambiará por completo y que la hará tener una perspectiva totalmente distinta de su propia existencia. Aquí volvemos a El Mago de Oz (1939), ya que es lo mismo que pasa cuando Dorothy pasa de estar en Kansas a estar en el país de Oz. Y como vemos en la imagen de abajo, seguimos viendo baldosas rosas que son una clara referencia a las icónicas baldosas amarillas de la película de Fleming.
Barbie acaba teniendo un inesperado acompañante de viaje, el cual resulta ser Ken. Aquí, también podríamos considerar a Ken de la misma manera, a la de que Toto acabase viajando con Dorothy al país de Oz. Otra de las muchísimas referencias que tiene la película con respecto a El Mago de Oz (1939), las cuales llegan a ser muy parecidas tanto a nivel formal como de fondo.
Ken es el compañero en su viaje
Golpe de realidad
Una vez que Barbie y Ken llegan al mundo real, se topan con un mundo inhóspito, al menos para Barbie, en donde se encuentran con un mundo muy diferente al que pensaban encontrarse. Barbie se da de cruces con la cosificación e incomodidad que sufren a diario las mujeres por parte del patriarcado. Mientras tanto, Ken se encuentra gratamente sorprendido, ya que en este mundo siente que le tienen en cuenta, que no es un mero accesorio. En esta parte de la película, es interesante como a nivel de guion se subvierten los dos mundos, con tal de evidenciar a modo de sátira las incongruencias y absurdeces de una sociedad que no es igualitaria. Esto hace que se produzca un cambio significativo entre los dos personajes, tanto con respecto al mundo que los rodea, como de igual manera con su propia existencia.
Barbie sufre al ver que las mujeres en el mundo real no ocupan los puestos de poder, y que son denigradas y poco reconocidas, a diferencia de lo que pasa en Barbieland. Por otro lado, Ken se fascina con la idea del patriarcado, apasionándose al ver toda esa masculinidad tóxica, a la que también liga de manera bastante graciosa con los caballos. Llega hasta tal punto la fascinación de Ken, que acaba deduciendo que en el mundo real por el mero hecho de ser hombre, ya la sociedad te va a facilitar las cosas, como por ejemplo cuando va a pedir un puesto de trabajo.
¿Barbie un ideal desfasado?
Barbie sigue con su cometido de encontrar a su dueña en el mundo real, para solucionar su problema en Barbieland y volver a la normalidad. Antes de ello, vemos como el personaje pasa un tiempo con ella misma, observando a la gente que la rodea, mostrándose cada vez más humana y consciente de la alegría y la tristeza cotidiana de los humanos. Hay una escena preciosa entre ella y una señora mayor que está sentada a su lado, que es preciosa y significativa; pese a que en un primer momento, los productores aconsejaron a Greta Gerwig de eliminarla ya que según ellos no aportaba nada a la trama, pero afortunadamente la directora se negó rotundamente.
¿Pero quién es esta mujer? Ni más ni menos, que la legendaria diseñadora de vestuario, Ann Roth; leyenda absoluta de la historia del cine, nominada cinco veces a Mejor Diseño de Vestuario por la Academia, de las cuales se alzó con el Oscar en dos ocasiones: Por El paciente inglés (1996) y por La madre del blues (2020).
Margot Robbie y Ann Roth
Por muy simple que parezca, esta escena aúna el espíritu total de la película, con una manera entrañable y bellísima de mostrarlo a cámara. Lo que sucede básicamente en dicha escena, es que Barbie se queda mirando por unos segundos a esta señora mayor, a lo que ella se da cuenta y la mira a los ojos. Barbie empieza a ser consciente de que la belleza puede tener muchas caras, y que el ideal de belleza que rige Barbieland puede que no sea el acertado.
-Barbie: Es usted preciosa.
-Señora: Lo sé.
Con esta breve conversación entre ellas, la directora consigue decirnos mucho. Ya no solo lo que comentaba de Barbie, sino que esta mujer de la tercera edad, representa ese tipo de mujer que se acepta y se quiere a sí misma, pese a que bajo los cánones de belleza del patriarcado, se la podría considerar todo lo contrario.
Volviendo a la búsqueda que debe emprender Barbie de la niña, sabemos como hemos dicho antes, que entre ella y la niña del mundo real hay (aparentemente) una conexión emocional. Esto ayuda a Barbie a dar con la niña, pero también, valga la redundancia, la hace más y más humana. Vemos cómo conecta con los recuerdos de la niña con su madre, viendo todos los vaivenes que ha tenido esa relación maternofilial, acabando por ver en última instancia el distanciamiento actual que viven entre ellas. Barbie experimenta por primera vez la tristeza, la que se nos muestra con un primer plano precioso de Margot Robbie, derramando una lágrima que cae de su ojo derecho.
Tras este episodio, llega a la conclusión de que esta niña tiene que estar en su etapa de instituto, porque ¿Qué etapa vital es más convulsa y complicada que la propia adolescencia? Vemos como da con ella, con Sasha. La encuentra junto a un grupo de amigas, las cuales desde un primer momento se muestran distantes. Aquí es donde Barbie se da completamente de bruces con la realidad, dado a que durante la conversación que tienen entre ellas, se da cuenta que no es un referente en absoluto para ellas, es más odian lo que las Barbies representan. ¡Incluso Sasha la llama fascista! Y es que, por mucho que le fastidie a Mattel, la propia idea de la Barbie quedó desfasada hace tiempo, dejando de ser una inspiración para las niñas del siglo XXI. La idea con respecto al papel de la mujer del mundo en el que han crecido estas niñas, se opone frontalmente con la que dio Barbie en su día.
Mattel gobernada por hombres
Por otro lado, vemos como Mattel se entera de lo que ha pasado entre el mundo real y Barbieland, poniendo en alarma a los dirigentes de la propia empresa. Su CEO (interpretado por el gran Will Ferrell), hace referencia a un caso anterior con Skipper, una de las hermanas de Barbie en el mundo creado por Mattel. Vemos como enseguida se ponen en búsqueda de ella, haciéndolo de una manera un tanto ridícula y tronchante. Aquí se nos muestra como Greta Gerwig ridiculiza a cierta élite conformada en su totalidad por hombres, que ocupan los altos cargos de empresas como Mattel, siendo un dardo elegantemente bien tirado contra la propia compañía.
La ridiculiza, no por el mero hecho de tener a hombres, sino por ser en su totalidad hombres llevando una empresa que sus productos estrellas van dirigidos al público infantil femenino. Es donde más se evidencia el tono de sátira que también han querido darle a la película, sobre todo cuando encuentran a Barbie y la llevan a la sede central de Mattel. Barbie cree estar en buenas manos, pero pronto se dará cuenta de lo espeluznante que es que Mattel sea parte de ese patriarcado atroz que ha presenciado.
Referencia a Proust
Aquí también vemos una curiosa referencia que se hace al gran escritor francés, Marcel Proust. Tal y como hemos dicho antes, los recuerdos también son algo importante en esta película, que es lo que sucede cuando Barbie se mete en una caja de juguete; es decir, el olor, la sensación, etc. En ese momento se menciona a la Barbie Proust, por parte del personaje de Will Ferrell. ¿Por qué se menciona a Proust? Por su obra más significativa, En busca del tiempo perdido; una obra en la que el recuerdo juega un papel fundamental.
Persecución en las oficinas de Mattel
Tras ver que Barbie ha huido, los ejecutivos de Mattel corren despavoridos para alcanzarla. En esta divertida persecución, en la que una vez más, se ridiculiza aún más a este grupo de ejecutivos, llegamos a ver las plantas de oficina de Mattel, que están totalmente inspiradas en Playtime (1967) de Jacques Tati. En los siguientes dos planos lo podemos ver con mucha claridad:
Durante la persecución hay una escena muy significativa, en la que Barbie da con una planta que parece una especie de ensoñación, un recuerdo del pasado, en donde vemos el lugar donde vive ahora Ruth Handler, la creadora de Barbie (interpretada por la maravillosa Rhea Pearlman); aquella mujer a la que se le debe todo, pero que han acabado marginando, y escondiéndola de la historia a modo figurativo y aquí también en modo literal, en una de las plantas más bajas de la sede central de Mattel. Aquí la directora vuelve a ser crítica con Mattel y con lo que se ha acabado convirtiendo con el paso de las décadas.
Rhea Pearlman como Ruth Handler
No obstante, no deja de ser una escena entrañable entre la creadora y su creación, en la que toman un té, antes de que siga su huida. Durante la conversación, vemos como Barbie, a diferencia de lo que vemos al comienzo de la película, da un sorbo que algunos podrían encontrar pueril o de mal gusto. Ella sigue tomando consciencia de que quizás no es tan perfecta, que incluso hay momentos en los que se odia a sí misma, a lo que Ruth Handler le responde algo del estilo de:
“Yo te veo estupenda tal y como estás”.
Encuentro con Gloria y Sasha
Aquí vemos cómo se produce el primer encuentro entre Gloria (la madre de Sasha, que interpreta la gran America Ferrera) y Barbie. Más allá de ser ellas las que le ayudan a Barbie a huir de los ejecutivos de Mattel, esta escena de acción maravillosa nos dice muchísimo acerca de la relación entre los personajes. Por un lado, descubrimos que la transformación de Barbie no se ha debido a Sasha como creíamos, sino por Gloria. Como hemos visto antes en la película, Gloria es alguien que trabaja como diseñadora en Mattel, y que últimamente debido a su ánimo y al distanciamiento con su hija, empezó a dibujar diseños que se alejaban de aquel ideal que siempre se le ha caracterizado a la Barbie.
Barbie no estaba conectada con Sasha, sino con Gloria, ya que ella al ser niña, sí que vio en la Barbie un modelo de inspiración. Esto es increíble porque nos habla del cambio generacional, con respecto a los referentes con los que vamos creciendo. Gloria, siendo ya una madre y con una vida hecha, ve que nunca llegará a los estándares de la idea que tiene de la Barbie, por lo que en vez de adecuarse a ella, adecua a la Barbie a sus cánones; los cuales, son características más humanas y realistas.
La actriz America Ferrera
Por otro lado, es un momento donde Sasha y Gloria conectan por primera vez en mucho tiempo, porque Sasha se da cuenta que su madre también fue una niña, y que de cierta manera sigue habiendo una parte de ella que lo sigue siendo. Alguien que ya no ve como su madre, sino como un ser humano con aspiraciones, inseguridades y sueños frustrados. Hay un grado de entendimiento y de consideración al que llegan los otros dos personajes después de esta secuencia, que convierten a esta escena en una de las más significativas de toda la película.
¿Vuelta a Barbieland?
Finalmente, Sasha, Gloria y Barbie consiguen escapar de los ejecutivos, y poner rumbo a Barbieland. Sin embargo, al llegar ven cómo todo ha cambiado considerablemente. El patriarcado ha llegado a Barbieland, de igual manera que un virus nuevo que se propaga entre habitantes no inmunizados, acabando por transformar Barbieland en todo lo opuesto a lo que representaba; adiós a Barbieland, bienvenidos a Kendom.
Ahora, son los Kens quienes gobiernan este lugar, siendo las personas más honorables y consideradas; tal y como pasa en el mundo real. Barbie entra en pánico, al ver como todas las Barbies se han convertido en mujeres floreros, en mujeres al servicio de los hombres y de su ridícula masculinidad, concebida de manera graciosa como un culto también a los caballos.
¿Quién es Allan?
El personaje de Allan (interpretado por Michael Cera), es un personaje que genera cierta confusión al principio, ya que es el único habitante de Barbieland que no es un Ken o una Barbie. Este personaje alude a un muñeco real del mundo Mattel, que fue concebido como el novio de una de las mejores amigas de Barbie. No obstante, en la película juega un rol diferente, siendo aquel personaje masculino que representa otro tipo de masculinidad, que quizás no tenga que deconstruirse como los otros Kens. Es un alegato para decir que la masculinidad puede ser distinta a la que nos han intentado vender durante mucho tiempo. Tiene momentos muy graciosos y la aportación que da a la trama es maravillosa.
Michael Cera
Mental Breakdown de Barbie
Aquí se produce un momento crucial, donde vemos a Barbie sobrepasada por los acontecimientos, al igual que los cambios tan drásticos que ha ido experimentando en su fuero interno, al punto de no saber ni quién es. Hay un punto de inflexión, donde la heroína, necesita de la ayuda de otras personas para salir a flote; algo muy bonito, porque subvierte otra vez los roles entre ellas, siendo ahora Gloria la que va a salvar e inspirar a Barbie, y no ella a Gloria.
Después de ello, vemos cómo van a la casa de la Barbie rara, la única a la que parece que el patriarcado no le ha lavado el cerebro. En búsqueda de una solución ante lo que está pasando, Barbie tiene su momento de tocar fondo, cuando se sincera ante Gloria diciéndole cómo se siente al ser la Barbie estereotipo, sintiéndose que no es buena ni vale para nada; un sentimiento muy humano, que nos hace ver el gran desarrollo de personaje que se ha producido en el arco argumental de la protagonista.
Es ahí, donde Gloria pronuncia una especie de monólogo interno que exterioriza y comparte con el resto, también mostrando su lado más vulnerable como ser humano y sobre todo como mujer. Compartimos el monólogo entero en español, ya que, a pesar de su densidad, es uno de los momentos más brillantes de la película.
“Es literalmente imposible ser mujer. Eres tan guapa y tan lista y me revienta que no sepas lo que vales. Siempre tenemos que ser extraordinarias, pero no sé cómo siempre lo hacemos mal. Tienes que estar delgada, pero no demasiado y no puedes decir “quiero estar delgada”, tienes que decir “quiero estar sana”, pero también tienes que estar delgada. Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero porque eso está mal. Tienes que ser jefa, pero no mala. Tienes que liderar, pero no machacar las ideas del otro. Se supone que tiene que encantarte ser madre, pero no puedes hablar todo el día de tus hijos. Tienes que ser profesional, pero también cuidar siempre de otros.
Tienes que responder por el mal comportamiento de los hombres y si dices algo te echan en cara que te quejas. Tienes que estar guapa para los hombres, pero no demasiado como para tentarles o para amenazar a otras mujeres, porque debes ser parte de la hermandad. Pero tienes que destacar y estar siempre agradecida. Pero sin olvidar que el sistema está amañado así que debes, aun sabiéndolo, estar agradecida.
No puede envejecer, ni ser maleducada, ni fanfarrona, ni egoísta, ni derrumbarte, ni fracasar, ni mostrar miedo, ni salirte de lo establecido. ¡Es demasiado difícil! Es demasiado contradictorio y nadie te da una medalla ni te da las gracias. Y, de hecho, resulta que no sólo lo haces todo mal, sino que además todo es culpa tuya. Estoy tan cansada de verme a mí y de ver a cualquier otra mujer hacer lo imposible para gustar a la gente. Y si todo también es así para una muñeca que representa una mujer, entonces apaga y vámonos.”
Este es un instante único e irrepetible de la película, por lo tremendamente honesto y emotivo que resulta. El cómo alude a que un sistema, el cual ya de por sí está amañado y a que las expectativas que pone sobre las mujeres son totalmente irrealizables y que ello lleva a que se sientan culpables o avergonzadas por lo que son o por lo que no llegan a ser, me parece de una maestría absoluta por parte de Greta Gerwig; ya que no solo es un momento de lucidez al que llega una mujer de a pie como el personaje de Gloria, sino también una muñeca que representa a una mujer, que durante mucho tiempo encarnaba ese ideal tan dañino y tan poco realista. Y es justo esta muestra de total honestidad, las que las lleva a la solución de sus problemas.
Reconversión de Barbieland
Tras ese magnífico monólogo que vemos del personaje de America Ferrera, se produce un cambio en alguna de las Barbies. La Barbie escritora, por ejemplo, tras escuchar ese monólogo tan de empoderamiento, vuelve a tomar consciencia de lo que realmente era y de su ser antes de caer en el virus del patriarcado. Es ahí donde se dan cuenta, que la manera para combatir el patriarcado es volviendo a empoderar a todas esas Barbies; es decir, volviendo a que tomen consciencia de sí mismas. Es revelador como lo desarrolla esto en la película la directora, dado a que nos está dando un mensaje directo de uno de los mensajes más importantes que quiere trasladar la película a los espectadores: El patriarcado se combate empoderando a las mujeres.
Partiendo de esa base, los personajes femeninos adoptan un plan para derrocar a los Kens y traer de vuelta a la normalidad Barbieland. Lo que llevan a cabo, es aparentar ser seres necesitados de la valía de los hombres, las cuales se vean desesperadas de la sabiduría masculina. Todo ello se nos muestra de una manera bastante cómica, como el momento en que una Barbie le dice a un Ken que no ha visto El padrino (1972) y este accede a explicársela mientras la ven. El momento clave del plan que idean, es cuando se produce una escena en la playa en la que se encuentran todos los Kens y todas las Barbies, en una estampa típica de las películas norteamericanas.
El plan consiste en enfrentarles entre ellos, jugando con sus egos y su hombría, mientras las Barbies tienen que soportar que les toquen una canción bajo una fogata en la playa. Una escena musical muy graciosa, donde la canción que tocan todos los Kens al unísono es Push de la banda Matchbox Twenty. Esto hace que se enfrenten y con ello se distraigan, mientras se olvidan ir a votar a las elecciones que ellos mismos organizaron para cambiar la constitución de Barbieland. Aquí también vemos el momento musical más maravilloso de toda la película, cuando el personaje de Ryan Gosling canta I’m Just Ken con los demás Kens. Un número musical que recuerda mucho a Cantando bajo la lluvia (1952), de Stanley Donen y Gene Kelly.
Es así como las Barbies instauran de nuevo la normalidad en Barbieland, pero como veremos más adelante, no imperará un sistema matriarcal como habíamos visto al principio del film. Todo ello lo vemos en el desenlace final del arco entre Barbie y Ken.
I’m Kenough
Tras instaurarse la normalidad en Barbieland, y ver como los Kens se dan cuenta de que han acabado perdiendo el tiempo peleando entre ellos, olvidándose de ir a votar a las elecciones, vemos el momento álgido del arco argumental del personaje de Ken. Si antes habíamos visto el momento de colapso mental de Barbie, ahora lo vemos en Ken. Un momento en el que consigues empatizar con aquel personaje, que, pese a que por momentos ha podido parecer el villano que ha llevado el patriarcado a Barbieland, simplemente es alguien que deseaba que Barbie le mirara con los mismos ojos con los que él le miraba a ella; además, como él bien dice, dejó de tener interés en el patriarcado cuando se dio cuenta de que no iba sobre caballos.
El propósito existencial de Ken siempre ha sido estar bajo la cálida mirada de Barbie, nada más que eso hace que tenga un propósito y pueda ser feliz consigo mismo. Pero también Ken se ha humanizado, y a través de esa mezcla de sentimientos encontrados a los que se enfrenta, consigue reconciliarse consigo mismo, gracias a Barbie.
Barbie se disculpa con Ken por el trato que recibieron anteriormente por parte de ellas, diciéndole que no todas las noches tenían que ser “noche de chicas”. Al igual, y a sabiendas de que ella también está pasando por un proceso similar, le asegura que no le define su alrededor, ni el hecho de tener que estar con Barbie o sin ella, que él por sí mismo como individuo es suficiente; es decir, he is kenough.
Cuando llega él a esa conclusión que acaba siendo tanto reveladora como liberadora, el Ken protagonista y los demás pueden ocupar un lugar nuevo en la sociedad que conforma Barbieland a partir de ahora; una sociedad en la que ya no hay ni un estado matriarcal, ni patriarcal, sino feminista.
Se rompen las etiquetas, al ver que no tienen por qué verse definidos por nada, mostrándose de tal manera tal y como son al resto.
Una normalidad renovada
Todo vuelve a una normalidad renovada, en la que las cosas han cambiado para mejor, en la que por fin Barbieland es una sociedad equitativa, pese a que las mujeres sigan ocupando los puestos de poder, haciendo referencia que hasta que no se consiga en el mundo real, la cosa debe seguir siendo así. Los ejecutivos encomendados por el CEO de Mattel, llegan a Barbieland. Se encuentran con un mundo que pese haber sufrido ciertas modificaciones, no tiene por qué ser malo; sobre todo en el aspecto económico.
Esta sátira que se hace de la mirada empresarial de Mattel, tiene su eclosión final cuando el personaje de Gloria propone que haya una Barbie normal; una Barbie que quizás no tenga por qué tener grandes aspiraciones, quizás cosas más sencillas. El personaje de Will Ferrell le dice que es la peor idea que jamás ha escuchado, pero enseguida cambia de opinión, cuando un ejecutivo le dice que sería algo que daría dinero.
Final explicado de Barbie
Barbie tiene un final emotivo y que ejemplifica lo que hemos venido diciendo durante todo este análisis de la película de Greta Gerwig, y es que es una película ante todo existencialista y profundamente humanista.
Tras la llegada de los ejecutivos de Mattel, vemos como Ruth Handler aparece en escena y le invita a Barbie a que tomen un paseo juntas. El plano de ellas juntas por un sendero de baldosas rosas, vuelve a retrotraernos a El mago de Oz (1939). De repente, las vemos en un lugar que representa la nada, una especie de limbo, en donde tienen una conversación de nuevo entre la creadora y la criatura que fue creada por ella. Barbie tiene miedo a su propia mortalidad, a nuestra limitada existencia en este mundo.
Ruth le comenta que una creación es por sí misma efímera, pero que una idea puede llegar a ser eterna, lo que hace que Barbie acabe por entender el camino que quiere tomar en su vida. Barbie se da cuenta, que no quiere ser lo creado, sino aquello que crea e inunda al mundo de ideas nuevas que puedan inspirar al mundo. Ante eso, le pide permiso a Ruth para volverse humana y dejar de ser una muñeca, lo cual Ruth Handler le responde que no debe pedirle permiso por ello; ya que la hizo para que no tuviera límites algunos, que pudiera transformarse en todo aquello que quisiera ser.
Estamos ante el momento final del paso definitivo de conversión de Barbie a un ser humano, y el último empujón se lo da Ruth al agarrarle de las manos y pedirle que sienta por un momento. A partir de este momento, vemos videos caseros que aluden a la vida de la creadora, documentos reales en plan homenaje a su propia figura. Tras ello, vemos un precioso primerísimo primer plano de un ojo de Barbie, derramando una lágrima que nos atestigua que ya sabe en su fuero interno lo que implica ser un humano. En ese instante empieza a sonar What Was I Made For?, la canción compuesta por Billie Eilish para la película, que hemos visto cómo sonaba a modo de leitmotiv en distintos pasajes de la misma.
Hay un segundo final, un poco más llevado a lo cómico, donde vemos a Sasha, Gloria y al marido llevando a Barbie hacia algún lugar en coche. Barbie se muestra nerviosa, pero todos ellos le alientan para el paso que va a tomar. Vemos con ello su nueva vida como mujer en el mundo real, dando su nombre (Barbara) que es el nombre en el que se basó Ruth Handler a la hora de llamar a la muñeca Barbie, dado a que era el nombre de su hija.
Vemos a Barbie entrar en una especie de consulta, y hay cosas significativas durante esta escena, como el que lleve zapatos planos en vez de tacones. Acabamos sabiendo que la consulta a la que iba era para tener su primera cita con el ginecólogo, lo cual es gracioso, al saber que hasta entonces no había tenido genitales.
Espectacular análisis que me ha empujado a querer ver la película. Excelente
Hola, gracias por el exhaustivo comentario. Dos aclaraciones: 1) No es lo mismo «matriarcado», que gira alrededor de lo que Freud llamaba «falo», que su completa elisión, que lleva a lo que llamamos «psicosis generalizada». 2) No es lo mismo «patriarcado», que lo que llamamos «parada masculina», que se conquista -con suere- en el 3er tiempo del Edipo, y que es esencial en los hombres para articular una posible relación con el sexo. Eso que se ve en el mundo real es una de las cuatro maneras posibles de articularse a la sexuación. Sin ellas, es la noche completa.
Macho, vete a la mierda. Me he quedado dormido en la segunda frase de tu petulante tocho. A ver quien duerme de noche hoy.. Igual me lo vuelvo a leer y asi ya engancho..
Gracias por el comentario
Yo daría un poco más de relevancia al hecho de que Barbie, ya como Bárbara, acuda al ginecólog@
La libertad sexual de la mujer es un tema muy importante para un empoderamiento completo y sano.
Y No me refiero a la promiscuidad, sino al verdadero disfrute de la sexualidad fuera de estereotipos y prejuicios de forma consciente y voluntaria