Top películas protagonizadas (o no) por Ryan Gosling
Juan Pablo Bargueño (@ratacablona)
Algunos lo descubrieron por ser el chico guapo del nuevo dramón amoroso, otros porque se desternillaron con uno de los gritos más agudos del cine, y, por su puesto, no podían faltar los que empezaron a idolatrarle al verse reflejados en sus personajes más antisociales. Ryan Gosling, con 30 años de carrera, ya es una estrella del séptimo arte. Pero, sobre todo, y mejor que una estrella, es un actor todoterreno; un artista de los que ya no quedan: canta, baila, dirige —mención especial a su única cinta como director, Lost River (2014)— y sabe adaptarse a cualquier género a la perfección.
Sus caras son materia prima para memes y su vida fuente de cotilleos por su matrimonio con la actriz Eva Mendes. Pero, lo que más nos interesa es su filmografía. Muchas de sus películas son míticas, otras han caído en el olvido y algunas han resurgido de las tinieblas gracias a las redes sociales. Desde luego, su nombre es conocido por todos, a pesar de ser muy cuestionado. ¿Quién no ha oído a alguien decir que Gosling siempre tiene la misma cara, que siempre actúa igual?
Esperemos que este top le abra los ojos a todos los dudosos que se echan atrás por las palabras de alguien que demuestra haber visto solo un par de las películas de Ryan Gosling. Recuerden que el peor ignorante es aquel que lo es por gusto. Por esta razón, desde HistoriaDelCine.es os invitamos a explorar todas sus películas, que se verán organizadas a continuación de la peor a la mejor.
24. Todas las cosas buenas (2010) Dir. Andrew Jarecki
David Marks (Ryan Gosling), hijo de un magnate de las inmobiliarias, se casa con Katie McCarthy (Kristen Dunst), una estudiante de medicina. La maravillosa vida de casados se verá frustrada por una vuelta a la ciudad y un cambio de ánimo de David.
Es realmente horrenda. Sus imágenes, su montaje hierático y su ritmo narrativo le otorgan una cualidad de telefilme que apesta. A los diez minutos se pierde el interés. Ni el irregular personaje interpretado por Golsing —aunque en el tercer acto gana algo de sabor—, ni el fantástico trabajo de Dunst salvan esta historia que debería haber quedado en el cajón de descartes de su productora.
Fotograma de la película
23. Murder by Numbers (2002) Dir. Barbet Schroeder
Dos adolescentes (Ryan Gosling y Michael Pitt) planean un crimen perfecto. Asesinan a una mujer con el objetivo de demostrar su superioridad intelectual probando que son capaces de salir impunes. La detective Mayweather (Sandra Bullock) se encargará de investigar el caso.
Esta historia debería ser sombría. No es la primera vez que se quiere representar el mal en los adolescentes partiendo de una supuesta superioridad intelectual. Y esto, que tendría que dar escalofríos, resulta soporífero por culpa de un estilo edulcorado del Hollywood de los 2000s. Uno se piensa que va a ver Elephant (2003), y acaba tragándose un producto que, perfectamente, podría salir en el canal FOX.
Michael Pitt y Ryan Gosling
22. Gangster Squad: Brigada de élite (2013) Dir. Ruben Fleischer
Finales de los años 40. El mafioso Mickey Cohen (Sean Penn) tiene Los Ángeles patas arriba: drogas, prostitución, violencia, etc. Para acabar con él, el LAPD formará un grupo liderado por John O’Mara (Josh Brolin) y Jerry Wooters (Ryan Gosling).
Sí, el director de Venom (2018) tiene una película de gánsteres. Y, efectivamente, es muy mala. Aunque la culpa no la tiene él —a pesar de su poca originalidad, sorprende lo bien que lo hace en esta cinta—, sino un guion nefasto. Los diálogos dan vergüenza ajena, sus personajes exceden el cliché y las situaciones no te las compra ni el mayor fanático de las narrativas postmodernistas. Una prueba más de que los grandes repartos no te aseguran una buena película. Podríamos decir que Gangster Squad: Brigada de élite no fue, por desgracia, lo suficientemente catastrófica como para que Hollywood no cometiese el mismo error con cintas como Ámsterdam (2022).
21. El agente invisible (2022) Dir. Anthony Russo y Joe Russo
Court Gentry (Ryan Gosling) es un agente de la CIA especialista en acabar con figuras importantes. Sin embargo, tras una de sus misiones secretas, la agencia decide contratar a Lloyd Hansen (Chris Evans), un mercenario curtido que recorrerá tierra, mar y aire para eliminar a Gentry.
Pensaba que los hermanos Russo, los mayores enemigos del arte cinematográfico, tendrían algo que aportar a una audiencia sorprendida después de Los Vengadores: Infinity War (2018) y Los Vengadores: Endgame (2019). Pero su siguiente paso ha resultado en un intento de película de espionaje, con el numerito de los viajes por el mundo y una acción repleta de testosterona, que resulta poco elegante. Su presupuesto es todo un misterio, aunque sus intenciones claras. Querían poner toda la carne sobre el asador, pero como dice el dicho, “lo poco agrada, lo mucho enfada”. En ocasiones resulta divertida y maneja bien el humor, pero sus competidoras, las protagonizadas por Vin Diesel, le dan mil vueltas —por lo menos son hilarantes—.
20. Tránsito (Stay) (2005) Dir. Marc Forster
El psiquiatra Sam Forster (Ewan McGregor) comienza a tratar a Henry (Ryan Gosling), un universitario decidido a suicidarse. Henry le cuenta su plan a Sam, quien intentará buscar una respuesta al comportamiento de su paciente. Sin embargo, su búsqueda se complicará cuando su mente no pueda distinguir entre realidad y ficción.
He leído por ahí despropósitos comparando este filme con Mulholland Drive (2001). Por favor, respeten más al señor Lynch. Stay entra en la categoría de películas que comienzan de forma interesante y terminan siendo peores que una patada en la entrepierna. No hay misterio ni sorpresa, y el drama se pierde en las jugarretas de su historia. Que no les engañe la imagen de un Gosling emo porque es un chiste. Mejor vean de nuevo Mulholland Drive.
Ryan Gosling en Stay (2005)
19. Fracture (2007) Dir. Gregory Hoblit
Willy Beachum (Ryan Gosling) es un joven fiscal cuya carrera está a punto de despegar. Sin embargo, tras involucrarse en el caso de Ted Crawford (Anthony Hopkins), un ingeniero que asesina a su mujer a sangre fría, Beachum verá peligrar su credibilidad ante la justicia.
Un Atrápame si puedes judicial. La película juega bien a presentar sus cartas desde el primer momento, pero su estilo, sobrecargado y ya obsoleto a pesar de ser una producción de 2007, resulta ser un somnífero perfecto para el espectador. ¡Qué mal han envejecido estas cintas! Eso sí, Anthony Hopkins está soberbio y su química con Gosling es lo único interesante del filme.
Anthony Hopkins y Ryan Gosling
18. Crazy, Stupid, Love (2011) Dir. Glenn Ficarra y John Requa
Carl Weaver (Steve Carell) ya ha cumplido con el sueño americano: es propietario de una gran casa en el extrarradio, es padre de dos hijos sanos, tiene un buen trabajo y está felizmente casado. No obstante, cuando descubre que su mujer (Julianne Moore) se ha acostado con otro hombre, su vida da un giro de 360 grados.
Quiere ser ridícula y lo hace muy bien. Aun así, resulta interesante, viéndola ahora, lo mal que han envejecido estas comedias románticas. En cuanto al guion, no queda otra que quitarse el sombrero, primero, claro está, por la buena mano a la hora de sorprender al espectador en la resolución de todos los personajes, y segundo, por conseguir zafarse del cuestionamiento de ciertas motivaciones de algunos personajes que le provocan a uno mirar de reojo, con vergüenza ajena, a la cámara invisible, rompiendo la cuarta pared imaginara del salón.
Anthony Hopkins y Ryan Gosling
17. Barbie (2023) Dir. Greta Gerwig
Barbie (Margot Robbie) vive una vida de ensueño en el idílico Barbieland, un lugar donde las Barbies y los Kens pasan el día en la playa, yendo de compras o bailando y cantando. Sin embargo, Barbie comienza a tener ideas sobre la muerte, totalmente contrarias a su naturaleza comercial. Barbie decide, junto con Ken (Ryan Gosling), dejar Barbieland en un viaje por el mundo real y donde descubrirá una triste realidad.
A pesar de lo contradictoria o hipócrita que pueda llegar a ser la producción en sí, como también la aparente superficialidad con la que se tratan ciertos temas que, muy probablemente, desvelen una clara confusión social e ideológica en la sociedad pynchoniana estadounidense —esperemos que el público sea lo suficientemente crítico como para separar la cal de la arena—, Barbie resuelve con agilidad una historia cómica —con azúcar hasta rechinar los dientes—, que acaba resultando en una interesantísima propuesta universal sobre el ser. Por su puesto, Margot Robbie y Gosling brillan, como las estrellas que son, en cada escena.
Margot Robbie en Barbie
16. Song to Song (2017) Dir. Terrence Malick
Mientras persiguen el éxito musical, se conforman dos triángulos amorosos entre Faye (Rooney Mara) y BV (Ryan Gosling) con el productor Cook (Michael Fassbender) y su novia (Natalie Portman).
Aquello que persigue Malick se pierde en su forma, pues la belleza de sus imágenes y el montaje tan característico del director no acompañan a lo que cuenta. Malick plantea lo que creo que es una absurda existencia, una broma que otorga a sus personajes un falso sufrimiento; berrinches. Y así, excesivamente barroco, se expone al amor como algo que no se compra. Tampoco es una aventura. Si algo se puede sacar de aquí es que el amor es un camino en el que hay que trabajar, observarlo desde la cotidianidad y aceptarlo como una cuesta irregular, difícil, pero que, finalmente, merece la pena.
Tráiler de la película de Malick
15. Titanes, hicieron historia (2000) Dir. Boaz Yakin
En Virginia, las cuestiones raciales y el fútbol son de gran importancia. Tras la introducción de un proceso de integración racial, los institutos se ven obligados a crear equipos de blancos y negros. Herman Boone (Denzel Washington) sustituirá a Bill Yoast (Will Patton) en el puesto de entrenador líder de los T.C. Williams High «titans». Sin embargo, ambos trabajarán para convertir a los jugadores de los Titans en campeones y, lo más importante, en buenas personas.
La narrativa se aferra al mito norteamericano contemporáneo y no cede ni un milímetro. De hecho, esta es de esas películas que consiguen convencer a la gente de que los yanquis son lo mejor de lo mejor. Superación, redención y todos perdonados. No hay obstáculo que un ciudadano norteamericano no pueda superar. Y eso queda reflejado en su guion, que parece sacado de una fábrica: conflicto, conflicto y más conflicto. Eso sí, es innegable que consigue engatusar y hace bien su trabajo. Emociona y deja una sensación satisfactoria. Es imposible no rendirse ante la bondad, aunque se sepa lo que esconde bajo la manga.
14. El diario de Noah (2004) Dir. Nick Cassavetes
En una residencia de ancianos, un hombre (James Garner) y una mujer (Gena Rowlands) se reúnen todos los días. El hombre le lee una historia sobre Noah Calhoun (Ryan Gosling) y Allie Hamilton (Rachel McAdams), dos adolescentes de clases sociales distintas que se enamoraron profundamente en un verano.
Hollywood y sus historias de amor: formularias y satisfactorias para todos. Tan perfecta que su sabor edulcorado nos recuerda constantemente su artificiosidad. El diario de Noah es una vuelta a los clásicos de la fábrica de los sueños donde el bien vence al mal; donde no hay nada de qué preocuparse, y donde las frustraciones conyugales del público salen a la luz.
Tráiler del filme
13. Los idus de marzo (2011) Dir. George Clooney
Un joven jefe de prensa (Ryan Gosling) del Partido Demócrata hace todo lo posible para que el candidato a la presidencia (George Clooney) convenza a los votantes de los Estados Unidos. Durante la campaña, un entramado de traiciones y manipulaciones destapará un sistema podrido que poco tiene que ver con la democracia con la que tanto se llenan la boca.
Tiene la trama menos interesante del top, pero merece mucho la pena. Se cocina a fuego lento, destapando una confabulación oscura y creciente en la que destacan las magníficas interpretaciones de Ryan Gosling, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti. Por otro lado, George Clooney dirige, con corte clásico, este thriller político que destapa un sistema político podrido.
Tráiler de la película
12. La gran apuesta (2015) Dir. Adam McKay
Antes de la crisis financiera de 2008, cuatro tipos involucrados en la economía y que, curiosamente, se sentían fuera de este sistema, anticiparon la inevitable crisis producida por las hipotecas subprime. A pesar de intentar demostrarlo, los bancos y los empresarios les consideraban unos dementes.
Al igual que con El lobo de Wall Street (2013), los aduladores de los números mágicos no pueden parar de restregarse la pantorrilla con esta cinta. Llegan las terminaciones financieras y no hay quien les pare con sus necesidades. Y, claro, sorprende que se recomiende estas películas en las consultorías. Sería como si en las Juventudes Hitlerianas, para animar a los muchachos, les proyectasen Ven y mira (1985) o La zona de interés (2023) —con esta última me creería que se excitasen—. Caótica, pesimista y, aunque juegue con la comedia, esconde una oscuridad palpable y creciente. No hay buenos en este mundo, solo gente que intenta escalar, alimentando una mentira que compartimos todos.
Steve Carell y Christian Bale
11. First man (El primer hombre) (2018) Dir. Damien Chazelle
La película cuenta el duro proceso que llevo al hombre a la Luna entre 1961 y 1969. Centrada en Neil Armstrong (Ryan Gosling), la historia muestra el sacrificio llevado a cabo por la NASA como también en la vida personal del afamado astronauta.
Chazelle escoge una narrativa existencialista que conjuga a la perfección con el viaje al espacio. El miedo del hombre a lo desconocido queda palpado en el medio fílmico y, con esas claras reminiscencias a Kubrick en 2001: Una odisea del espacio, expone un lado íntimo y sentimental al viaje hacia los límites. La danza del hombre por el vacío infinito; su ímpetu y superioridad con lo abismal dotan de emoción a esta fantástica obra de Chazelle.
Tráiler de El Primer Hombre
10. The Believer (El creyente) (2001) Dir. Henry Bean
Dani Balint (Ryan Gosling) es judío y nazi. Su vida se ve dividida en dos: por un lado, estudia la Torá y se prepara para ser rabino, y por otro, pone en práctica su ideología antisemita.
Esta gran contradicción que parece imposible converge como el conflicto perfecto. Estas dos vidas incompatibles producen una gran tensión en el espectador. Además, Gosling está fabuloso en uno de sus trabajos más tempranos, desasosegantes y afilados. La cinta es tan pesimista como otras del género, pero esta se siente menos cargada, más cercana y, por ende, más desasosegante.
Fotograma de la película
9. Blade Runner 2049 (2017) Dir. Denis Villeneuve
K (Ryan Gosling), un nuevo blade runner de los Ángeles, descubre algo que podría cambiar para siempre el caos social originado en la división entre hombre y máquina. Este descubrimiento le llevará hasta Deckard (Harrison Ford), un blade runner que llevaba desaparecido 30 años.
Denis Villeneuve puede decir con la cabeza bien en alto que esta no es una película menor en comparación con la original. Son distintas y se complementan a la perfección: una primera más poética, una segunda más política. Y lo jugoso sigue ahí: una sociedad dominada por el sistema corporativo, la soledad del individuo digital, el liberalismo extremo, publicidad agresiva, una pérdida de lo íntimo, relaciones artificiales y demás. Esta vez, la identidad del hombre se ve desde una perspectiva distinta, en la que no solo el amor trasciende el concepto de lo humano, sino que también la soledad, los sueños, el pasado y el idealismo.
Tráiler de la película
8. Solo Dios perdona (2013) Dir. Nicolas Winding Refn
Julian (Ryan Gosling), un delincuente establecido en Bangkok, intenta vengar a su hermano Billy, pero sus dudas morales se lo impiden. Con la llegada de su madre, Crystal (Kristin Scott Thomas), comienza una trama de venganzas y violencia en la que Chang (Vithaya Pansringarm), un policía de naturaleza divina, se enfrentará a la familia de Julian, mientras este se decidirá entre el bien y el mal.
Si en Drive hablábamos del héroe trágico postmoderno, en Solo Dios perdona encontramos a su representante más claro. En comparación con Driver, Julian es un personaje totalmente castrado por culpa de una relación incestuosa con su madre. Ya no hablamos de una actitud antisocial, sino, además, de una inhabilidad sexual absoluta. Asimismo, en su rol de héroe masculino, es incapaz de sobreponerse a ningún obstáculo. Hablamos de un fracasado total cuyo interés nace, precisamente, de esa cualidad inepta ligada a la cuestión edípica. Si esto lo juntamos con el marcado estilo refniano de la cinta, repleta de cámaras lentas, zooms, neones, música electrónica y, en este caso, una estética asiática, entonces hablamos de una gran película, a pesar de lo criticada que fue en su momento.
Tráiler de la película
7. La La Land (2016) Dir. Damien Chazelle
Aunque Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling) estén profundamente enamorados, sus grandes expectativas y ambiciones artísticas ponen en peligro su perfecta relación. Deben decidir entre el amor o la fama.
Parece que Damien Chazelle tuvo ese inevitable sueño en el que uno vive toda una vida repleta de felicidad con el amor de su vida, le sonó la alarma y el chasco de la realidad le dio la idea de hacer una película tan dolorosa como dicha experiencia. Y, de forma muy inteligente, este sueño —que hemos tenido todos y que por ello es probable que La La Land sea tan popular— es plasmado a través del medio fílmico a la perfección. Este es un musical que rechaza lo pomposo del género y apuesta por algo más mundano; más humano. Chazelle y su delicada maestría para restregarnos por la cara lo inalcanzable.
Emma Stone y Ryan Gosling
6. Cruce de caminos (2012) Dir. Derek Cianfrance
Luke (Ryan Gosling) es un motorista especialista en espectáculos de ferias. En uno de sus viajes se reencuentra con Romina (Eva Mendes), una novia del pasado. Cuando Luke descubre que Romina tiene un hijo suyo, decide dejar su trabajo y comienza a robar bancos para poder darle un futuro a su primogénito.
Tal vez sea su maravillosa banda sonora inspirada en el Ninna Nanna per Adulteri del maestro Ennio Morricone para Cuore di Mamma (1969), o puede que sea la unión conyugal entre Gosling y Eva Mendes, pero hay algo mágico e inexplicable en esta película. El amor va más allá de la pantalla y alcanza nuestro espíritu. No es un viaje de distancias, sino temporal, hacia algo más grande, incomprensible, divino. Aquí, la muerte es una semilla inmortal en el recuerdo.
Tráiler de Cruce de caminos
5. Dos buenos tipos (2016) Dir. Shane Black
Los ángeles, años 70. El detective privado Holland March (Ryan Gosling) y el matón a sueldo Jackson Healy (Russel Crowe) unirán fuerzas para investigar la muerte de una estrella del prono. Lo que en un principio parece un suicidio, destapará una conspiración que apunta a las altas esferas.
Dos buenos tipos absorbe lo mejor de las comedias desmedidas, del slapstick, del cine de acción y del género noir. Estos aspectos son suficientes para elevar a la película a la categoría de “buena”. Sin embargo, esa categoría se queda corta teniendo en cuenta que la química entre Gosling y Crowe nos ofrece uno de los mejores dúos de la historia del cine; una combinación clásica entre el tipo malo que “reparte hostias como panes” y el compañero en plena crisis existencialista al que todo le sale mal.
Fotograma de la cinta
4. Half Nelson (2006) Dir. Ryan Fleck
Dan Dunne (Ryan Gosling), profesor de un problemático instituto de Brooklyn, entabla una gran amistad con una de sus alumnas, Drey (Shareeka Epps), cuando esta descubre su adicción a las drogas.
Primeros planos de rostros apagados. La cámara en mano enturbia la nitidez de las imágenes, desenfocándolas hasta fundirlas como el crack en la cuchara. Half Nelson recuerda a la literatura naturalista estadounidense donde se cuentan las historias del Bowery neoyorquino: suciedad, pobreza, injusticias y, sobre todo, una incapacidad de sobreponerse al despiadado universo. Sin embargo, es en este punto donde la cinta encuentra su propia vitalidad: siempre hay tiempo para encontrar un sentido a la vida.
Fotograma de Half Nelson
3. Drive (2011) Dir. Nicolas Winding Refn
Driver (Ryan Gosling), aprovecha sus dotes automovilísticas para ganarse el pan, primero, por la mañana, en un taller o de doble de riesgo en películas, y, segundo, por la noche, haciendo de chófer para delincuentes. Pero la monotonía de su interesante vida cambia el día que se enamora de su vecina, Irene (Carey Mulligan).
Acción, sangre, motores rugiendo, chupas de cuero y un romance platónico. Descrito de esta forma parece la típica cinta cursi de “hombres para hombres”. El machismo ochentero, empero, es incompatible con la urbe posmoderna en la que reina la delincuencia, la música electrónica, el individualismo más feroz y la saturación de la información. Refn reconfigura el arquetipo del héroe cuya violencia se ha visto tan justificada a lo largo de la historia del cine—sobre todo por el cine de Hollywood—, en lo que se podría denominar el “héroe trágico postmoderno”: un tipo que vive en los márgenes y en soledad, con una clara incapacidad social y un destino inevitablemente violento y trágico. Esta cinta, precursora del “Literally me”, ocupa un lugar importantísimo en el cine de la soledad contemporáneo.
Tráiler
2. Blue Valentine (2010) Dir. Derek Cianfrance
Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams) son un matrimonio en crisis mantenido por su única hija. Desesperados, deciden hacer una escapada a un hotel de temáticas sexuales donde comenzarán a recordar cómo se conocieron.
Esta es la evolución más coherente y perfecta de los dramas románticos hollywoodienses. Es perfecta en todo: a ratos intensa, a otros delicada, en perfecto equilibrio. Algo que la diferencia del resto es su calidez en contraposición con la frialdad de sus imágenes. Nunca una contradicción tan clara de sabores había resultado en algo tan dolorosamente bello.
Tráiler en español de Blue Valentine
1. Lars y una chica de verdad (2007) Dir. Craig Gillespie
Lars (Ryan Gosling) es un joven tímido que vive con su hermano y su cuñada. Un día lleva a casa a su novia, Bianca, una muñeca de tamaño humano que ha comprado por internet y de la que está convencido de que tiene vida. Su familia decide seguirle la corriente tras ser aconsejados por una doctora.
Un primer vistazo es engañoso. Sus salidas cómicas son exageradas e incluso bobas. Pero en el fondo, esta película se arriesga a jugar a lo que no es. Porque en realidad hablamos de una cinta tremendamente dramática en la que la soledad en la era postmoderna se ve contrarrestada por un incansable esfuerzo por ayudar a los demás. Este es un milagro dentro de las narrativas, pues no hay ni un ápice de maldad en sus imágenes. La soledad queda plasmada de forma cruda, pero la bondad de sus personajes salvaguarda un optimismo que parecía olvidado. Además, Gosling realiza un trabajo sobresaliente con el personaje más pequeño y complicado de su carrera. Esta es una de las películas más importantes de nuestro siglo.
Fotograma de la película