¿Qué es enfant terrible?: Su significado y su relación con el cine

Autor: PJ Martínez

Un galicismo popular dentro del mundo del arte es el de “Enfant terrible”, aplicado a artistas de diversa índole, literalmente significa “hijo terrible” en español, que se usa para hablar de artistas jóvenes rebeldes, ya sean por su enfoque, su rupturismo y sobre todo, por su capacidad de romper con lo establecido, siendo transgresor hasta el límite sin importar a quien ofende en su provocación.

El origen del término

El origen del término enfant terrible lo encontramos en la Francia del siglo XIX, en la series de litografías del caricaturista francés Paul Gavarni, seudónimo de Sulpice Guillaume Chevalier “Les Enfants Terribles”, en el que retrataba a una serie de niños insoportables y mimados. Desde ahí, el término pasó al mundo anglosajón, para hablar de niños que avergonzaban a sus progenitores por sus acciones.

En los años 30 del siglo XX se extendió la expresión pasó a denominar a cualquier persona llamativa y sorpresiva. Justo en ese momento se publicó la novela Los niños terribles (1929) de Jean Cocteau, que popularizó el término y que fue adaptada al cine por Jean-Pierre Melville en 1950 colaboración al artista francés. Del mismo modo, la novela fue también adaptada a la ópera por el músico Avant Garde Philip Glass en los 80, y que además fue base para la película Los soñadores (2003) de Bernardo Bertolucci.

Por lo que hoy en día cuando hablamos de un enfant terrible, no es necesariamente un niño molesto, sino más bien un artista transgresor, por lo general llamó la atención de joven y lo sigue haciendo ya de mayor, pudiendo ser un enfant terrible con 60 años por ejemplo.

Los enfant terribles del cine

El mundo del cine no es ajeno a este tipo de artistas, de diferentes trasfondos y lugares, este calificativo se les ha aplicado a cineastas como Quentin Tarantino, Gus Van Sant, Xavier Dolan, Lars Von Trier o Albert Serra, entre otros.

Uno de los ejemplos más clásicos fue el cine de Rainer Werner Fassbinder (1945-1982), que incluso el término dio título a su biopic. Fue un director del nuevo cine alemán que se caracterizó en su filmografía por la provocación y analizar con una mirada crítica la historia reciente de la Alemania. Su estilo abarcaba una gran variedad de géneros cinematográficos, pero sobre todo revisando el melodrama clásico, inspirándose en el cine de Douglas Sirk; en películas como Todos nos llamamos Alí (1974), Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), El matrimonio de Maria Braun (1979) o su última película, Querelle (1982).

Y uno de los ejemplos más populares de enfant terrible es Quentin Tarantino, que se ganó la consideración de enfant terrible de Hollywood a lo largo de los noventa con sus dos primeras películas, Reservoir Dogs (1992) y sobre todo Pulp Fiction (1994), por el lenguaje explícito, el contenido controvertido y sobre todo el uso de la violencia, que a día hoy sigue siendo marca de autor del director, y motivo de polémicas entre seguidores y detractores, como en Érase una vez en… Hollywood (2019); con acusaciones a Tarantino de machista, hizo que llegaran hasta analizar todos los guiones de Quentin Tarantino para ver el porcentaje de diálogos entre personajes femeninos y masculinos en su filmografía.

enfant terrible tarantino

Tarantino en Reservoir Dogs (1992)

La capacidad para generar controversia es un signo de un enfant terrible, como Lars Von Trier, el director danés ha llevado una carrera polémica, ya sea por películas extremas como Anticristo (2009), Nymphomaniac (2013) o La casa de Jack (2018); sino también por sus declaraciones, que le llevaron a valer la expulsión del Festival de Cannes por decir en la rueda de prensa de Melancolía (2011) que simpatizaba con Adolf Hitler.

Otro director reconocido por esta etiqueta, a pesar de que en los últimos tiempos ha intentado evitarla, es Xavier Dolan, el director canadiense sorprendió a todos con su ópera prima, Yo maté a mi madre (2009), con su estilo agresivo y estilizado, asentó una carrera heterodoxa, con historias provocadoras con la que el realizador canadiense se convirtió en un habitual de festivales y de los titulares, como el videoclip College Boy de Indochine, que fue censurado de la televisión francesa por su contenido violento. Con este estilo rompedor, Dolan ganó una base de publico fiel, a la vez una de detractores, con películas como Mommy (2014) o la reciente miniserie La noche que Logan despertó (2022).

En Francia, país originario del término, encontramos el cine de Gaspar Noé; el director argentino asentado en Paris que ha sabido construir su filmografía en base a la provocación y la polémica, con películas extremas como Irreversible (2002), el estilo cercano al cine experimental y alucinógeno de Enter The Void (2009) o el mediometraje Lux Æterna (2019) donde realiza un ejercicio de metaficción combinado con imágenes epilépticas.

Trailer de Lux Aeterna (2019)

Dentro del cine español podemos encontrar a Albert Serra, un provocador nato, aunque ha llevado gran parte de su carrera en Francia, donde es reconocido como uno de sus autores más laureados, en España no es conocido por el gran público. Serra es controvertido en sus declaraciones, pero también en sus películas, como Liberté (2019), con la que consiguió el Premio Especial del Jurado en la sección de Una Cierta mirada de Cannes; una película sexualmente explícita sobre el viaje de un grupo de libertinos en búsqueda del Duque de Walchen o con Honor de cavalleria (2006), una versión minimalista de la historia de Don Quijote de Cervantes con actores amateurs, que representa su estilo de cine, alejado al convencional y anticomercial.

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