Entrevistas

Juan Pablo Bargueño – 03/07/2023

Mounia Meddour: “La libertad pasa por mi cuerpo”

Una de las mejores experiencias que un amante del cine puede tener es hablar con los directores de aquellas películas que le llegan al corazón. Los minutos de espera se entremezclan con la imponente imagen del director sentado en la silla, que espera a que otro periodista le pregunte lo mismo que le ha preguntado el anterior. Aun así, uno lo vive como un niño, y cuando aquel artífice comienza a hablar, uno se deja empapar de sus sabias palabras.

Con motivo del estreno de Houria (Libertad) (2022), pudimos entrevistar a su directora, Mounia Meddour, quien estaba acompañada, inesperadamente, por Marwan Zeghbib, actor que interpreta maravillosamente un corto pero intenso papel de antagonista. Digo “entrevistar”, aunque el mecánico intercambio de preguntas por respuestas se asemejaba más a una charla donde hablábamos de cine. Y qué mejor para hablar de cine que hacerlo en una sala del Cine Renoir Princesa, el que es la casa de muchos y donde tantas buenas tardes se han pasado disfrutando del séptimo arte.

Entrevista a Mounia Meddour

Mounia Meddour

Pregunta. ¿Cuáles fueron los mayores retos al rodar la película?

Mounia Meddour: Ha habido muchos retos, muchos. Voy a hablar en forma general y luego iré más al detalle. Primero, la escritura del guion es algo que yo cuido mucho porque me gusta definir muy bien la trayectoria de cada personaje para cuidar su evolución. Luego está la producción, que fue muy difícil porque rodamos en pleno COVID. Intentamos rodar en tres países y no pudo ser porque cerraban las fronteras. O sea, Argelia y Marruecos… después acabamos rodando entre Argelia y Marsella. Y luego, también, es muy difícil estrenar tu película de autor en salas.

Es un reto total porque muchas películas se rodaron y se quedaron en las estanterías. No se ha dejado tiempo para que las películas cogieran su sitio. Entrando más en detalle, estamos tocando un tema difícil como el autismo, el ser sordomudo… Esto fue muy laborioso. Consultamos a muchísimos médicos, neurólogos… a muchos expertos para poder entender lo que ocurría en la memoria de alguien que se queda mudo, y ver cómo puede volver a la palabra.

La protagonista, Lyna Khoudri, necesitaba esa información para comprender al personaje. También, ha habido mucho trabajo con la coreografía porque, primero, es El Lago de los Cisnes, y luego pasamos a la coreografía contemporánea. Pero, lo más difícil y que llevó más tiempo fue la coreografía del final porque nos basamos en un texto que fue traducido al idioma de los signos y la coreógrafa lo recuperó y lo transformó en coreografía. Esa fue la primera coreografía que se creó al principio de la película para poder pasar poco a poco a las otras coreografías.

P. Hay varias escenas donde las cabras son las protagonistas. Ahora que hablamos de dificultades, esas escenas me han recordado a Robert Eggers, director de La bruja (2015), quien afirmaba que lo peor del rodaje fueron las escenas con la cabra. ¿Tuvo problemas al rodar estas escenas?

Mounia Meddour: Eso fue muy, muy, muy difícil.

Marwan Zeghbib: Y también muy divertido.

Mounia Meddour: (ríe) No para mí. Fue muy complicado. Hay que pensar que son peleas que realmente existen. Son parte de la tradición argelina. Hay torneos, concursos, a veces entre regiones o internacionales… Es un poco como la Copa de África de carneros. Pero, lo difícil es que todos los planos cortos de los carneros se rodaron en Argelia, y todos los planos amplios en Marsella. Fue muy complicado porque no podíamos ir a Argelia por el COVID. Hicimos el primer rodaje con los carneros en Marsella. En Francia está totalmente prohibido. Entonces había que sincronizar esos planos con los primeros.

P. En la cinta hay imágenes muy duras. ¿Se siente esa crudeza detrás de las cámaras o es algo que solo puede vivir el espectador?

Mounia Meddour: Es una pregunta fantástica. Creo que es más impactante en la sala porque tienes el sonido. El sonido lo trabajas en postproducción, no es directo del rodaje. Es algo que fabricas. Por eso me encanta la postproducción, porque es una etapa extraordinaria. Después del rodaje puedes mejorar, ampliar, cambiar o ir en otra dirección, y en función del trabajo sonoro y del mezclador que, de pronto, va a aumentar el sonido de los cuernos, por ejemplo. Tú, como espectador, vas a tener una sensación diferente. Creo, sinceramente, que es más impactante en la sala. Y por eso la necesidad de hacer películas para las salas de cine y no para la pequeña pantalla, porque la emoción es diferente.

P. Entonces, ¿usted es defensora de ir al cine y no de las plataformas?

Mounia Meddour: Creo que hace falta diversidad. Hay grandes películas de muy alto presupuesto que solo pueden ser producidas por plataformas. Depende del director y su intención también. Yo personalmente, lo que me gusta es la relación con la sala, el trabajo sonoro… Es que no oyes tanto en casa. Me gusta el debate de después con el público, el intercambio… Por eso estamos aquí los dos, para conocer gente como tú, gente con preguntas interesantes. Me gusta mucho la sala de cine, sí.

P. ¿Sintió una gran responsabilidad al rodar Houria, tratándose de una película con una gran carga social?

Mounia Meddour: Para mí la responsabilidad está con el rigor de la escritura, el realismo del contexto. Mi misión, si la tengo, es transmitir lo más cercano posible a lo que conozco y a lo que también investigo. Es ficción, pero se basa en una gran documentación. También en mis intérpretes. La chica que encuadra el grupo es una psicóloga de verdad. Conoce muy bien el contexto de Argelia; tiene una gran pasión, tiene pacientes… Para mí, es muy importante tener esto. Y luego, sí, tengo libertad para contar la historia que yo quiera sin sentir esa presión. La preparación me permite tener una mayor libertad.

P. ¿Cree que su película conseguirá concienciar al público español?

Mounia Meddour: Eso espero, con toda la modestia del mundo. Mi primera película no funcionó mal en España a pesar de estar en pleno COVID. Sentimos algo muy cercano con el público español. Se interesan por el cine de autor y tienen curiosidad por descubrir películas contadas desde el interior y por autores de allí, y no de aquí.

Mis películas giran en torno a temáticas fuertes. Vuelvo a tocar la temática de la gente que se ahoga en el mediterráneo. También alertar que hay que solucionar el problema en el país de salida, ante todo. Hablamos de Sonia, su amiga íntima.

Es una universitaria, alguien talentosa, tiene ganas de vivir, y deja Argelia porque no puede hacer nada. También hay que alertar que en Argelia hay una juventud que necesita florecer en su país. También, la idea es que la película sea universal y que hable con toda la gente que tenga un momento difícil en su vida y necesite energía para seguir adelante. Espero que aporte energía a la gente.

Allí en Barcelona hicieron una proyección a las 10 de la mañana y salió una periodista diciendo: “¡Voy con una energía tremenda! Me voy a escribir la crítica. Adiós”. Escribió cuatro páginas. Aquí gusta mucho, no sé si es por pertenecer al mediterráneo. Aquí la gente entiende la película. El público español es muy receptivo. Emocionalmente hablando, está mas cercano de la emancipación, de la libertad, de la energía, y del cuerpo también, una cosa física.

Marwan Zeghbib: También, sobre la recepción del público hispanohablante a ese tipo de películas, y en particular aquí que se trata la condición de la mujer, creo que, bueno, en cualquier lugar del mundo, pero yo, conociendo el mundo latino, he notado que sea en el norte de áfrica o en Colombia, Argentina o España, las mujeres tienen las mismas luchas. La lucha de la mujer, que sea aquí o en cualquier lado, será la misma.

Mounia Meddour: A ti, ¿la película te conmovió?

P. Sí. Sobre todo, he notado aquello de la energía. En la película están muy presentes esos momentos donde hay contrastes entre lo desasosegante y lo vivaz.

Mounia Meddour: Eso se explica porque Argelia es un país donde hay mucha energía. Hay muchas cosas muy positivas. Siempre al lado del drama, también. El nacimiento se codea con la muerte. Argelia es un país de emociones densas. Es algo muy orgánico. Es tan duro que, cuando te encuentras para celebrar algo, es muy intenso. Cuando bailas, cuando ríes, cuando cuentas chistes…

Es como si el humor negro intentase equilibrar el otro lado, ese lado dramático y así aceptar la dureza del país. En Papicha ya estaba esto.

Marwan Zeghbib

P. ¿Qué es la libertad?

Marwan Zeghbib: Es fundamental que, seas quién seas como persona, puedas expresarte de la forma que elijas sin tener esos límites que te impedirían, por prejuicios, de hacer o de ser quien eres. Tu propia libertad para donde empieza la de otros. Esa es mi forma de conceptualizar y de resumir a la libertad.

Mounia Meddour: Para mí ‘the same’ (ríe). Para mí es muy curioso, pero la libertad es muy física, mucho más física que moral. Para mí, ir donde yo quiero, disponer de mi cuerpo como yo quiero… La libertad pasa por mi cuerpo. Quizás porque soy mujer, no lo sé. Quizás porque vengo de un país done el cuerpo de las mujeres no es libre. Es una libertad más física que intelectual.

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