Crítica de Yannick (2023): reseña y opinión de la película
“Un brillante eco de absurdez humana”
Puntuación 
✪ (4/5)
Crítica de Jon Sánchez Molina (@JonSanRW0)
Es un paréntesis temático muy interesante que un director, tan centrado en el absurdo y lo surrealista como Quentin Dupieux, se adentre, sin obviar nunca el núcleo cómico de su propuesta, en algo más cercano al terror liminal. Yannick parece una rara avis en su filmografía, pues cuando observas su cine sientes como las historias nacen por necesidad de explotar las ideas propuestas y no al contrario, que es lo que acostumbramos, a que una historia de a luz varias ideas.
Aquí todo sale calculado, parece que es una peli bocetada, un ensayo sobre una reacción en cadena que nace de la pregunta: ¿Qué derecho tiene el espectador sobre la propia obra que ve? El ejercicio es bastante radical, no extraño, pero sí que se encuentra lejos de cualquier velada de teatro con trifulca, pues es una película muy cercana al Luis Buñuel de El ángel exterminador (1962), con un reverso que abraza el Tarde de perros (1975) de Sidney Lumet.
La vena crítica y política de Dupieux nace de la brecha de clases, el entretenimiento intelectual y vacuo de un arte instaurado como burgués —una pésima obra actuada en un antiguo y prestigioso teatro francés— busca ser otra meca cultural destinada a “algunos afortunados” y de la que las clases proletarias parecen no tener acceso por su ausencia sistemática de los mismos, no por desinterés, sino por falta absoluta de capital y tiempo físico.
Póster de la película
Yannick, sirve así como metáfora de todo eso, él es la figura que alza la voz por todos, la que cuestiona el arte y los rituales burgueses que las rodean.
Claro que la figura de Yannick es torpe y desequilibrada, fruto de una frustración social que le lleva a actuar de forma impulsiva y amenazante. Su discurso camina la fina línea del absurdo y la seriedad, comprimiendo poco a poco la imagen y su estabilidad, el montaje acelera y cuando la burla se generaliza el autoritarismo egomaníaco que sufre diariamente gira contra el teatro hasta crear algo a su medida.
Una de las brillantes decisiones de Dupieux pasa por no despreciar a sus personajes, abraza sus taras y los enfrenta de forma consecuente con cualquier procedimiento natural, entonces es cuando saltan las chispas cómicas, entran las bromas infantiles y las situaciones de terror giran rápidamente al oasis lúdico del juego escénico que presenciamos
Tráiler de Yannick (2023)
No hay broma que no encaje perfectamente, que retuerza la representación teatral y que a través de ella observemos tanto el subconsciente general burgués; atontado con cuñadismos y bromas anticuadas. Como el subconsciente general proletario; alienado y alejado del capital cultural.
Quentin Dupieux crea una burbuja alrededor de Yannick, lo hace amable y vivaz para darle las llaves del castillo y dejarlo, por una vez, ser el jefe de todo. Representa una parte de la sociedad enmudecida, una sociedad que rabia y no se queja lo suficiente, que solamente trabaja para sobrevivir y cada cierto tiempo tener un respiro en el que muchos viven de forma perpetua.
Todo esto es también gracias al estratosférico despliegue actoral de Raphaël Quenard, que logra encapsular en sus gestos, miradas y tartamudeos el sentimiento de buena parte de occidente; la falta de amor, la soledad y las ansias de transgresión que se viven, no solamente en el mundo físico, sino también en el virtual.
Ficha técnica:
Yannick (2023)
- Francia
- Duración 64 min.
- Dirección: Quentin Dupieux
- Guion: Quentin Dupieux
- Productora: Chi-Fou-Mi Productions, Atelier de Production. Distribuidora: Diaphana Distribution
- Género: Comedia