Crítica de Saltburn (2023): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪ (4/5)
Crítica de Sergio del Campo (@titoginio)
Si en Una joven prometedora (2020), Emerald Fennell utilizaba la comedia negra para construir un relato feminista sobre la venganza, en Saltburn (2023) la usa como medio para cuestionar y criticar la burguesía y las sociedades elitistas británicas en una historia de mentiras, dobles caras y giros de guion. Ambas películas comparten la similitud de estar protagonizadas por un personaje el cual los hechos del pasado marcarán su forma de ser y actuar en el futuro. Lo que inicialmente se presenta como una trama universitaria sobre una amistad escondida detrás del amor prohibido y la represión de los sentimientos amorosos y sexuales, evoluciona hacia un descenso a la locura cada vez más sombrío e inquietante.
La película se divide en dos partes. En la primera, Emerald Fennell, establece los fundamentos narrativos y visuales para el desarrollo posterior de la trama, y en la segunda mediante rimas narrativas y visuales conecta con lo planteado anteriormente. La historia inicia con el primer día de Oliver Quick (Barry Keoghan) en la Universidad de Oxford, un estudiante ejemplar, pero con inseguridades y carencias sociales marcadas desde la infancia. Rápidamente siente atracción por Felix Catton (Jacob Elordi), el chico más popular, pero es incapaz de expresar sus sentimientos por él, además de que Oliver pertenece a un círculo social completamente opuesto dentro de la universidad: el de los empollones.
Tras una serie de acontecimientos, establecen una amistad que transforma la perspectiva de Oliver al relacionarse con personas diferentes. Esto, junto con circunstancias personales, hace que Felix le invite a pasar el verano con su excéntrica familia en Saltburn, la lujosa y gigantesca finca de los Catton.

Póster de la película
La trama explora cómo la llegada de un individuo a convivir con una familia puede influir en su dinámica. La familia Catton se nos presenta uno a uno, cuchicheando frente al televisor mientras disfrutan de Supersalidos (2007). En pocas frases, se esboza la personalidad de cada miembro de la familia. El desarrollo narrativo se basará en las interacciones de Oliver con los miembros de la familia en diversas situaciones a lo largo de las vacaciones. A medida que esto sucede, la convivencia se tambalea y da pie a un juego de mentiras en el que todos tienen algo que ocultar.
La premisa inicial podría evocar a Get Out (2017), pero se asemeja más a La piscina (1969) tanto en su fondo como en su presentación. Especialmente en lo referente al misticismo y la inquietud, sin llegar plenamente al género de terror, así como en la manera en que un personaje externo puede desestabilizar a una familia. Asimismo, se encuentran similitudes narrativas con El talento de Mr. Ripley (1999) en cuanto a las ambiciones del protagonista y el juego entre verdades a medias y mentiras.
El tono de la película transita entre la sátira negra y el drama impregnado de tragedia. En ocasiones, se aparta totalmente de la comedia para adentrarse exclusivamente en el drama, sin lograr la misma conexión que alcanza cuando incorpora elementos cómicos. Durante la cinta hay giros de guion que descolocan muchas de las ideas previas sobre diferentes temas que se plantean. Incluso en algunos casos pueden llegar a tomar decisiones tramposas de puro deus ex machina, en los que ya es decisión del espectador si comprar o no el plan de la directora.
Tráiler de Saltburn (2023)
En cuanto al trabajo de dirección, es llamativa la elección de la relación de aspecto que usa la directora, pero que tiene una explicación tanto estética como narrativa. El formato estrecho oprime y encierra a los personajes en la imagen, lo que va muy acorde a los temas de la película. Además, lo aprovecha visualmente para dar importancia a los primeros planos combinados con planos detalle y a la verticalidad de las imágenes.
La directora demuestra su destreza como realizadora haciendo paralelismos narrativos y visuales entre las escenas que suceden en Oxford con las de Saltburn. Conectando ambos espacios y enseñando cómo ciertas decisiones y acontecimientos tienen su consecuencia en el futuro. Un ejemplo es que, ambos espacios nos los muestra por primera vez con un travelling en plano secuencia detrás del personaje mientras éste recorre diferentes estancias para enseñarnos el escenario en el que van a ocurrir los acontecimientos posteriores.
La fotografía de Linus Sandgren (Babylon, La la Land) es preciosa, en especial en los planos exteriores y en el uso de la luz para retratar la ambigüedad de los personajes en función de cómo se comportan en cada momento.
La interpretación de Barry Keoghan destaca notablemente en la película, mostrando versatilidad en registros que abarcan desde la contención hasta la locura. Habíamos presenciado su brillante desempeño en roles secundarios en películas como El sacrificio de un ciervo sagrado (2017) y Almas en pena de Inisherin (2022), que le valió una nominación en la última edición de los Oscar. Por esta razón, se le brinda merecidamente la oportunidad de asumir un papel protagónico, el cual aborda con excelencia. Además, cuenta con un elenco destacado que incluye caras conocidas como Rosamund Pike (Perdida) y Carey Mulligan (Una joven prometedora).
Emerald Fennell escribe y dirige su segundo proyecto tras un exitoso debut como fue Una joven prometedora (2020) consiguiendo 5 nominaciones a los Oscar entre ellos a mejor película y dirección. Al igual que en ella, en Saltburn vuelve a utilizar la comedia negra para construir una historia sobre un personaje el cual los hechos del pasado marcarán su forma de ser y actuar en el futuro.
Ficha técnica:
Saltburn (2023)
- Estados Unidos
- Duración 127 min.
- Dirección: Emerald Fennell
- Guion: Emerald Fennell
- Música: Anthony B. Willis
- Dirección de fotografía: Linus Sandgren
- Productora: LuckyChap Entertainment, MRC Film, Media Rights Capital (MRC), Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Distribuidora: Amazon Prime Video, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
- Género: Drama. Comedia