Crítica de Orlando, mi biografía política (2023): reseña y opinión
“Interpretaré a Orlando en la película”
Puntuación ✪ (4/5)
Crítica de Daniel Hernández Hompanera (@doark_13)
Aún recuerdo la primera vez que leí Orlando (1928) de Virginia Woolf. En mi memoria perviven las imágenes de la vida de Orlando: la nieve sobre el río helado, la revolución en Turquía, el letargo de Orlando, la encina sobre la colina y el 11 de octubre de 1928. Virginia Woolf es una de mis escritoras favoritas y una autora de suma importancia para la literatura, algo que se está apreciando cada vez más en la actualidad. Orlando, a partir de un estilo de falsa biografía, se adelantó por completo a su tiempo hablando de diversos temas tabú como el cambio de género, la identidad sexual, la homosexualidad y bisexualidad y la posición de la mujer dentro de la sociedad a lo largo de casi medio milenio. Todo esto convierte a Orlando en una obra maestra de la literatura.
Paul B. Preciado es un filósofo y escritor trans de origen burgalés conocido por sus aportaciones a la teoría queer, los estudios de género y los estudios trans y cuya influencia en palpable en movimientos como el transfeminismo. Con Orlando, mi biografía política (2023) inicia su incursión dentro del mundo del cine, el cual le ofrece una ventana mayor para tratar estos temas. El filme, ganador de cuatro premios en la última edición del Festival de Berlín, toma como base la novela de Virginia Woolf para realizar un documental ficcionado sobre las personas trans y no binarias o, mejor dicho, los Orlando de nuestra sociedad.
Póster de la cinta
Por el poder que me otorga Virginia Woolf y la literatura
El punto de partida que toma Orlando, mi biografía política habla sobre cómo los Orlando de la vida real están lejos de esa posición aristócrata que poseía el personaje de Virginia Woolf, sino que sufren una represión sistemática por los diversos cuerpos de gobierno y la cultura binaria. Paul B. Preciado logra una comunicación con la obra de Woolf y narra la historia de las personas trans y no binarias mediante un discurso poético y lingüístico basado en ese diálogo constante con el Orlando de Virginia Woolf.
Es en todo este juego del lenguaje donde Orlando, mi biografía política se ubica en un lugar especial, algo que denota la inteligente escritura de Preciado. Para empezar, existe un juego de paralelismo entre la novela original, que es una falsa biografía (género literario que se toma como real por el lector) y el filme, que es un falso documental (género cinematográfico que se toma como real por el espectador). En ambos casos, como siempre, el arte es una bella mentira.
Tráiler del documental
Pero, además de esto, es muy interesante ver cómo se entremezclan las historias reales de los protagonistas (personas no binarias y trans) con los propios pasajes de la vida de Orlando mediante el empleo del texto en primera persona. Cada Orlando en pantalla tiene algo propio que aportar, un mensaje y una historia que mostrar al exterior. Incluso se emplean archivos de personas trans del pasado como Marsha P. Johnson o Coccinelle. Todo ello se entremezcla con la propia historia de Orlando para concluir en una experiencia universal que va más allá del género y lo binario.
También hay que destacar que Preciado cambia el paradigma del lenguaje asociado a la comunidad trans y no binaria al emplear el lenguaje poético propio de Woolf, eliminando así los términos clínicos y judiciales del discurso. Con todos estos elementos se logra filmar “el proceso de emancipación de la opresión” y no la simple opresión que se tiende a retratar cuando se habla del colectivo, con lo que se logra su liberación, aunque sea utópica.
Jean-Luc Godard meets Doris Wishman
Orlando, mi biografía política es un primer trabajo como director por parte de Paul B. Preciado, lo cual es notorio en ocasiones. Aún así, consigue crear una voz propia a partir de la mezcla de varias influencias cinematográficas. Entre todas ellas la más notoria, especialmente en lo formal, es la de Jean-Luc Godard. Hay una reminiscencia clara a películas como La Chinoise (1967) o Une femme mariée (1964). De hecho, hay una referencia directa a su fallecimiento en el filme. Otros directores de los que toma influencia formal del cine ensayo son Chris Marker o Jonas Mekas. Añadido a ello, se puede establecer una conexión con Pier Paolo Pasolini en el propio hecho de adaptar libremente un texto magnánimo y capital.
Por otro lado, hay un espíritu punk en el filme que proviene de su bajo presupuesto, de su espíritu revolucionario y de la influencia del cine underground LGTB. Películas como Let Me Die a Woman (1978) de Doris Wishman, la cual realizó una representación de la transición de género en tono sexplotaiton, son un ejemplo de dicha influencia.
Conclusión:
Sin duda alguna, Orlando, mi biografía política es una película de suma importancia para la representación de las personas trans y no binarias a partir de su propia voz. Una ficción documentada ligera de ver pero con varias capas de complejidad que debería proyectarse en contextos divulgativos y educativos. El filme se estrena en cines nacionales el 11 de octubre, así que recomiendo encarecidamente ir a verlo.
Ficha técnica:
Orlando, mi biografía política (2023)
- Francia
- Duración: 98 minutos
- Dirección: Paul B. Preciado
- Guion: Paul B. Preciado
- Música: Clara Deshayes
- Dirección de fotografía: Victor Zébo
- Productora: arte, 24 Images, Les Films du Poisson. Distribuidora: Atalante
- Género: Documental