Crítica de La sirenita (2023): reseña y opinión de la película

Puntuación ⭐⭐⭐✪✪ (3,5/5)

Crítica de Cristian Pestana

La sirenita es un remake en imagen real del clásico animado del mismo nombre de Disney. Esta producción está dirigida por Rob Marshall, cineasta británico conocido por su trabajo detrás de grandes producciones como Chicago (2003), Memorias de Una Geisha (2005) y Nine (2009), además de cintas pertenecientes a la factoría del ratón como lo son Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (2011), Dentro del Bosque (2014) y Mary Poppins Regresa (2018).

Marshall posee una visión cinematográfica muy bien delimitada, donde aplica su experiencia en teatro musical para crear superproducciones en las cuales el espectáculo visual se mezcla con personajes fascinantes, dando como resultado cintas de gran calidad artística y un halo de prestigio considerable. No en vano la mayoría de estas producciones han cosechado diferentes premios de renombre, entre los que merece la pena destacar el Oscar a mejor película para Chicago.

Ahora llega a la gran pantalla La sirenita, una cinta live-action que ha suscitado polémicas y expectación a partes iguales desde su anuncio. La elección de la actriz y cantante afroamericana Halle Bailey para dar vida a la icónica sirena Ariel fue recibida con escepticismo por parte del público que ansiaba una intérprete que se ajustara al perfil físico del personaje animado.

Crítica de La sirenita, opiniones y reseña

Póster de la cinta

Sumado a ello, existe un descontento generalizado con los remake en live-action de Disney, ya que la falta de personalidad propia e intenciones de ser homenajes fidedignos a su predecesoras animadas, hacen que estas nuevas versiones pierdan fuelle y no funcionen como deberían, además de no aportar nada a las historias que ya conocemos. La sobreexplotación de la nostalgia es otro factor determinante, culminando en la entrega de productos que se configuran como copias sin vida de joyas de la animación, salvo en contadas ocasiones.

¿Es La Sirenita una adaptación fallida o se puede considerar como uno de los mejores live-action de Disney hasta la fecha?

Ariel (Halle Bailey) la más joven de las hijas del Rey Tritón (Javier Bardem) y la más desafiante, desea saber más sobre el mundo más allá del mar y, mientras visita la superficie, se enamora del apuesto Príncipe Eric (Jonah Hauer-King). Si bien las sirenas tienen prohibido interactuar con los humanos, Ariel debe seguir su corazón. Así, hace un trato con la malvada bruja del mar, Úrsula (Melissa Mccarthy), que le da la oportunidad de experimentar la vida en la tierra, lo que pone en peligro su vida y la corona de su padre.

El principal factor que generó discordia entre los espectadores es uno de los elementos más valiosos de La sirenita. No es difícil entender el por qué del casting de Halle Bailey en el rol protagónico una vez vista la cinta. Desde que aparece en pantalla, la actriz se gana la empatía del espectador con facilidad gracias a su carisma genuino y naturalidad. Bailey encarna con dulzura y emotividad a la joven sirena que anhela conocer el mundo de los humanos y pone los pelos de punta con su interpretación vocal de los números musicales. Una actriz revelación que se estrena con sobresaliente en su primer rol de peso. Hay que seguirle la pista.

Tráiler de La sirenita (2023)

Por otro lado, el actor Jonah Hauer-King logra una actuación sólida como el Príncipe Eric, gracias a su entrega y personalidad agradable. El tándem que forma con Bailey es notable y se aprecia una química fluida entre ellos, lo que le aporta matices interesantes a la relación de sus personajes y nos regala algunas de las mejores escenas de la película. Melissa Mccarthy se adentra en el personaje de Úrsula, con el humor sarcástico y la jocosidad que ha mostrado en trabajos anteriores, lo que funciona para darle vida a la bruja del mar y permite que la actriz se luzca en  momentos importantes como el número musical de Pobres Almas en Desgracia y la confrontación final con Ariel y Eric.

Pero, sin lugar a dudas, los miembros débiles del reparto son Javier Bardem y Norma Dumezweni. Bardem interpreta a un acartonado Rey Tritón con frialdad y no transmite ningún tipo de autoridad en su limitado tiempo en pantalla, lo que se percibe como una oportunidad perdida de hacer que el actor se sumerja en derroteros más oscuros. Dumezweni acarrea con el mismo problema, ya que su Reina Selina no destaca en ninguna de sus apariciones y se configura como un personaje de relleno, sin mucha relevancia en la trama.

En el aspecto narrativo, la cinta se mantiene fiel a la historia original, con algunas modificaciones ligeras en determinados momentos que se sienten orgánicos y funcionan bien. El guion de David Magee sigue la estructura clásica de la producción de 1989 y rescata los temas esenciales que formaron el grueso de la historia. Desde la búsqueda de un gran propósito hasta las relaciones paterno-filiales y el proceso de maduración, todo lo que recordamos de la trama de antaño. Además, hay un enfoque muy acertado en el desarrollo de la relación entre Ariel y el Príncipe Eric que le agrega nuevas capas de entendimiento a la producción. Y se aprecia la construcción detallada de estos personajes que, una vez más, nos hacen conectar con sus perfiles y motivaciones.

El apartado técnico contiene luces y sombras. Por una parte, hay que destacar los arreglos musicales del mítico compositor Alan Menken, quién reutiliza la banda sonora de 1989 y le da un aire actualizado a las canciones que se convirtieron en el sello de identidad de la cinta animada. La puesta en escena de los números musicales es otro triunfo gracias a una elaborada recreación y el sentido del espectáculo dónde se nota el trabajo de Marshall y su vena artística incomparable. Destaca especialmente «Bajo el mar» con su espíritu festivo y la escenificación que se mantiene respetuosa a la secuencia animada original.

El diseño de producción y la fotografía funcionan mejor durante las secuencias ambientadas en el reino caribeño donde vive Eric, con una recreación imponente del palacio real y sus diferentes estancias, que en las escenas que tienen lugar en el fondo del mar, ya que una iluminación deficiente y decisiones artísticas cuestionables en torno a la creación de las criaturas marinas lastran el resultado final. Uno de los elementos característicos de la producción animada era el colorido vibrante que impregnaba cada fotograma, pero aquí se ha optado por darle a la cinta un tono más realista y oscuro que sustrae el look fantasioso y juguetón para su detrimento en algunos momentos clave.

Lo mismo sucede con los efectos especiales, en los cuales se aprecia un enfoque hiperrealista a la hora de dar vida a las diferentes especies marinas y  funciona muy bien en secuencias como la anteriormente mencionada «Bajo El Mar» pero muestra deficiencias cuando personajes como Flounder y Scuttle interactúan con Ariel, ya que sus diseños apegados a la realidad les roban el carácter adorable y simpático de sus versiones anteriores y los convierte en creaciones inexpresivas más cercanas a un juguete de plástico que a un personaje memorable.

En conclusión, La sirenita es uno de los mejores remakes en live-action de Disney gracias a la deslumbrante actuación de Halle Bailey, números musicales enérgicos y la fidelidad a la cinta animada de 1989, pero algunos efectos especiales deficientes e intérpretes irregulares la alejan de ser una producción redonda. Aún así, es disfrutable y una buena película para ver en familia.

Ficha técnica:

The Little Mermaid (2023)

  • Estados Unidos
  • Duración 135 min.
  • Dirección: Rob Marshall
  • Guion: Jane Goldman, David Magee, Ron Clements, John Musker. Cuento: Hans Christian Andersen
  • Música: Alan Menken, Lin-Manuel Miranda
  • Dirección de fotografía: Dion Beebe
  • Productora: Lucamar Productions, Marc Platt Productions, Walt Disney Pictures, 5000 Broadway Productions, Xm2 Pursuit. Distribuidora: Walt Disney Pictures
  • Género: Fantástico. Musical

Deja un comentario