Crítica de Juego limpio (2023): reseña y opinión de la película
Puntuación ✪✪ (3,5/5)
Crítica de Cristian Pestana
Juego limpio es una producción dirigida por Chloe Domont, cineasta norteamericana que se estrena en la dirección con este thriller erótico donde las influencias del cine de los 90 se dan cita con un enfoque contemporáneo en el desarrollo de la trama.
Una premisa sugerente que promete grandes dosis de tensión, con un dúo protagónico sólido y una nueva voz en el panorama cinematográfico son los principales reclamos de Juego Limpio, pero ¿Realmente funciona esta propuesta contemporánea?
Recién comprometidos, Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich), una próspera pareja de Nueva York, no se cansan el uno del otro. Cuando surge un codiciado ascenso en su despiadada empresa financiera, los intercambios de apoyo entre los amantes comienzan a agriarse hasta convertirse en algo más siniestro. A medida que la dinámica de poder cambia irrevocablemente en su relación, Luke y Emily deben enfrentarse al verdadero precio del éxito y a los desconcertantes límites de la ambición.
Póster de la cinta
Una guerra de poder psico-sexual con el despiadado mundo de las finanzas como trasfondo es el elemento central de esta historia, donde Domont presenta varias de las inquietudes de interés en la sociedad contemporánea como los roles de género, el sentido del éxito, la codicia, el consentimiento y la precariedad de las relaciones tóxicas. Un abanico de ideas complejas envueltas en un halo de perversidad que componen el grueso del guion escrito por Domont.
Desde sus primeras escenas, Juego limpio presenta un toque subversivo en la introducción de la pareja central con diálogos ingeniosos y una escena sexual que culmina de manera inesperada, para luego construir poco a poco una radiografía de personajes llenos de claroscuros que muestran sus verdaderos rostros una vez que Emily obtiene el codiciado ascenso y el carácter neutro de Luke cambia de manera drástica en un reflejo de la vuelta de tuerca en las dinámicas de poder y el resquebrajamiento absoluto del idilio premarital.
La escalada de tensión es progresiva en conjunción con la vis cruel que se apodera de la historia, al igual que el entorno laboral tóxico de la pareja añade nuevas capas de complejidad a los acontecimientos, pero esta acumulación culmina en una explosión que convierte el tramo final de la cinta en un recorrido predecible y sobrecargado de histrionismo sin un giro argumental inesperado que altere la naturaleza lineal del clímax.
Tráiler de Juego limpio (2023)
En el reparto, encontramos las sólidas actuaciones de Alden Ehrenreich y Phoebe Dynevor en los roles protagónicos. Ehrenreich se mimetiza con el lado oscuro de su personaje, dotándolo de una personalidad pasivo-agresiva que nos dice todo lo que debemos conocer sobre Luke. Por otra parte, Dynevor entrega su mejor interpretación hasta la fecha al contextualizar el surgimiento de la fuerza interna de Emily a través de gestos sutiles que se vuelven más intensos a medida que avanza la trama y las cartas giran a su favor.
Todo un despliegue actoral de la joven actriz que muchos recordarán por su participación en la exitosa serie Bridgerton. La química magnética que poseen Ehrenreich y Dynevor es otro acierto a la hora de presentar la relación de la pareja y hacerla creíble hasta en los momentos más intensos. El actor británico Eddie Marsan también impresiona como el jefe de Emily y Luke, un personaje frío y despiadado que posee algunas de las mejores escenas de la producción y contextualiza a la perfección el ambiente hostil en el que se desenvuelven nuestros protagonistas. La actriz Geraldine Somerville, conocida por interpretar a Lily Potter en la queridísima saga de Harry Potter cuenta con una aparición breve pero memorable como la madre de Emily.
El apartado técnico de Juego limpio es minimalista y no presenta grandes valores de producción, pero vale la pena mencionar el diseño de producción que utiliza espacios sofisticados para ejemplificar el cambio de posición económica de Emily y convierte la oficina de finanzas en un espacio intimidante y enclaustrado. Hay que acotar el hecho de que la cinta está ambientada en la ciudad de Nueva York, pero la filmación se llevó a cabo en locaciones de Serbia que emulan un aire cosmopolita similar a la Gran Manzana.
En conclusión, Juego limpio es un thriller erótico intrigante que cuenta con actuaciones absorbentes y una historia cargada de tensión que no logra alcanzar todo su potencial debido a un tercer acto rocambolesco, pero aún así es una propuesta a la que vale la pena echarle un vistazo.
Ficha técnica:
Fair Play (2023)
- Estados Unidos
- Duración 113 min.
- Dirección: Chloe Domont
- Guion: Chloe Domont
- Música: Brian McOmber
- Dirección de fotografía: Menno Mans
- Productora: MRC Film, Star Thrower Entertainment, T-Street. Distribuidora: Netflix
- Género: Thriller