Otro punto que me gusta de Horimiya es su humor, que de primeras no parece ser lo más prometedor del anime pero que acaba siendo un elemento clave de él. Lo que mencionaba antes sobre lo equilibrado que se ve en el relato, tiene mucho que ver con el uso que se hace del humor en ciertos momentos del anime.

Muchas veces esté tipo de anime llegan a ser excesivamente dramáticos e intensos, lo que hace que el espectador se vea un poco sofocado ante tanto drama. En el caso de Horimiya no llega a pasar eso, lo que no influye para nada en su capacidad de ahondar en el mundo interno de sus personajes. Esa mezcolanza de sentimientos tan propios del amor adolescente, se ven muy bien retratados en Horimiya y puede que sea uno de los grandes motivos de su éxito actual.

Por último, me gustaría destacar la inteligencia que denota esta serie, a la hora de retratar a todos los personajes. No hay buenos o malos, ni se intenta engrandecer la figura de unos en contraposición con la de otros personajes. Horimiya nos hace ver que una persona es mucho más de lo que a priori creemos saber de ella. Todos parten de realidades muy distintas, lo que provoca evidentemente que cada uno de ellos tenga una forma particular de relacionarse con el mundo. Esto es algo muy interesante a mi modo de ver y que se exhibe con mucha fineza a lo largo del anime.

En definitiva, Horimiya es un anime adolescente que va a encandilar a mucha gente por su interesante propuesta y lo bien que retrata los duelos internos de la adolescencia. Un anime que destaca tanto en su preciosa animación, como en la fascinante historia que acaba relatando. Sin duda, uno de las grandes joyas del anime japonés de este 2021.