Crítica de Green Border (2023): reseña y opinión de la película

“La hipocresía de Europa”

Puntuación ⭐⭐⭐✪✪ (3/5)

Crítica de Daniel Hernández Hompanera (@doark_13)

Europa está viviendo en los últimos años un peligroso auge del fascismo. Películas como Un polvo desafortunado o porno loco (2021) o R.M.N (2022) hablaron de esta situación. Este resurgir de las ideas fascistas viene precedido de una serie de crisis económicas y sociales. Entre ellas se encuentra la crisis de los refugiados en Europa, hecho que ha sido utilizado vilmente por políticos ultraderechistas para reforzar un mensaje racista y antiinmigración con el que han culpado de todos los problemas de occidente a miles de personas que simplemente huyen de la guerra y de la miseria.

Entre todo esto se encuentra la figura de la Unión Europea, la cual ha demostrado en numerosas ocasiones que no cumple sus principios de fundación cuando deja morir a miles de personas en el Mediterráneo o, más recientemente, no condenando públicamente los crímenes contra los derechos humanos que están sucediendo en Gaza.

A partir de este contexto aparece Green Border (2023) de la directora Agnieszka Holland. El filme narra la situación de los inmigrantes que se hallan entre la frontera de Polonia y Bielorrusia, conocida por ser la zona de Polonia con mayor concentración de bosques (de ahí el nombre). La película obtuvo el Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Venecia.

Crítica de Green Border opiniones y reseña

Póster de la cinta

Se trata de una película que tiene un mensaje necesario: la hipocresía de los gobiernos europeos que hablan a partir de unos ideales que no propugnan mientras dejan que los ideales ultraderechistas se extiendan por el continente y que miles de personas mueran. En este sentido, se observa la hipocresía de la Unión Europea al comparar cómo ha sido el trato hacia los inmigrantes y refugiados de las guerras árabes y africanas frente al que se le ha dado a los procedentes de Ucrania. Con ello se establece un orden de refugiados de primera y segunda clase en base a su procedencia y color de piel cuando todos ellos son víctimas y personas que merecen un trato digno sin distinción de su lugar de origen.

Green Border, con el contexto de la frontera polaca y bielorrusa, trata el tema de la inmigración en Europa a partir de diversos personajes y narraciones: una familia siria que huye de la guerra, un guarda fronterizo polaco, un grupo de activistas y una psicóloga. Con ello se pretende abordar la barbarie sucedida en dicha frontera desde puntos de vista diversos, pero con ello surge uno de los problemas de la narración de Green Border: su fragmentación hace que sus distintas historias no terminen de conectar.

Tráiler de Green Border (2023)

También se siente una falta de desarrollo en algunos personajes e historias, algo especialmente doloroso cuando algunas podrían dar para una película por sí solas. El ejemplo más sangrante es el del guarda fronterizo, se siente muy desaprovechado ya que tiene muchas complejidades por explotar y, al final, aparece bastante poco en pantalla. Incluso el filme podría funcionar mejor si se realiza un dualismo entre la familia inmigrante y el guarda.

Existe otro problema muy importante con la dirección de Agnieszka Holland en Green Border y es su continúo subrayado. Salvo ciertos aspectos en los que se aprecia una crítica más sutil e inteligente, la película tiende a subrayar continuamente sus ideas, regresando a las mismas una y otra y otra vez. En este sentido me recuerda un poco a otro filme que se presentó en 2020 en la SEMINCI, There is no evil (2020). Ambas películas tratan temas complejos y vitales a partir de diversas historias (aunque en There is no evil son independientes), pero tienden al subrayado. De hecho, la historia que más brilla en There is no evil es la primera porque evita eso mismo. La recurrencia que tiene Green Border a regresar a ciertos lugares comunes lleva a que se creen algunas imágenes un tanto toscas, aunque, por suerte, no llega a extremos de puro efectismo por crudeza.

Por otro lado, hay que admitir que Holland consigue un buen manejo del ritmo de su filme pues, a pesar de ser una obra de 2 horas y media habitada por la crudeza de sus imágenes y narración, no se hace pesada y eso que la vi a las ocho y media de la mañana. Y no utiliza música triste de piano/violín, que es algo que se agradece. También es una obra claramente humanitaria, algo que se ve especialmente con la historia de Julia.

Conclusión

Green Border es un filme que critica una situación de horror continuado en la frontera polaca, así como la inacción de los gobernantes europeos ante una crisis humanitaria. En ese sentido, posee un mensaje necesario, pero, por otro lado, sus artificios y subrayados la lastran como obra cinematográfica. Me parece extraño que no haya sido preseleccionada por su país para los Oscar pues es el tipo de película “extranjera” que le gusta a la Academia, pero intuyo que la situación con el gobierno polaco haya influido en este sentido.

Ficha técnica:

Zielona granica (2023)

  • Polonia
  • Duración 147 min.
  • Dirección: Agnieszka Holland
  • Guion: Gabriela Lazarkiewicz-Sieczko, Maciej Pisuk, Agnieszka Holland
  • Música: Frédéric Vercheval
  • Dirección de fotografía: Tomasz Naumiuk
  • Productora: Coproducción Polonia-Francia-República Checa-Bélgica; Astute Films, Blick Productions, Beluga Tree, Canal+ Polska, Centre du Cinéma et de l’Audiovisuel, Metro Films, Marlene Film
  • Género de la película: Drama

Deja un comentario