Crítica de Flux Gourmet (2022)

Crítica de Flux Gourmet (2022)

“Ponle peguitas”

Puntuación ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)

Peter Strickland vuelve a entregarnos una película sensorial, pero esta vez centrado dentro del mundo del arte moderno y las luchas de poder entre artista y mecenas desde el punto de vista de un cronista.

Dentro de la sección oficial del Fancine se ha estrenado Flux Gourmet, lo nuevo de Peter Strickland, un viaje sensorial al mundo de la performance y la gastronomía donde el director inglés satiriza los límites del arte creando una grandísima película que conviene, eso sí, verla bien reposado por algunas escenas.

La nueva obra de Strickland centra en la lucha de poder dentro de un instituto de arte moderno especializado en cocina entre Jan Stevens (Gwendoline Christie), la directora de la institución y Elle di Elle (Fatma Mohamed) lideresa del colectivo artístico residente, todo presenciado desde el punto de vista de Stones (Makis Papadimitriou), el archivista del Instituto que entre problemas de flatulencias, es el testigo de toda esta guerra.

Flux Gourmet es pareja a Berberian Sound Studio. Ambas transcurren prácticamente en un solo escenario en los años 70, con un protagonista externo, un hombre bajito y con poco pelo que es espectador de todo y tiene también un gran protagonismo del sonido. Mientras en Berberian Sound Studio es un sonidista inglés trabajando es un estudio de sonido en la postproducción de un filme de giallo. En Flux Gourmet es un cronista de origen griego que tiene por trabajo documentar lo que pasa durante la residencia. Así que si eres fan de la película anterior de Strickland disfrutarán en gran manera de Flux.

Crítica de Flux Gourmet

Póster internacional

El título e historia se asemeja al Fluxus, un movimiento artístico surgido en los años 60 originado por George Maciunas que fue popular en Europa y al que pertenecieron artistas como Yoko Ono o John Cage. Un colectivo multidisciplinar inspirado en el dadaísmo que llevó al limite el arte, algo que se nota en esta película a través de las performances, actos artísticos que en el largometraje se satirizan con actos como una colonoscopia en directo que hoy en día se podría dar en el Pompidou y acabarían con los intelectuales alabando este tipo de actuación a pesar de que seguramente acabe siendo trending topic por lo ridículo más que lo reivindicativo del acto.

Estas performances son diferentes e impactantes, aunque a veces el filme se vuelve repetitivo como la visita al supermercado, una especie de experiencia en el que los artistas realizan un teatrillo de visita a un supermercado bajo la dirección de Jan Stevens. La experiencia gastronómica que se da dentro de la película no es muy apetecible, la forma que se experimenta con los alimentos no es que se diga muy placentera, pero esto es una residencia artística, tal como dice Jan Stevens, se viene a experimentar y fallar, por lo que esto no es Tampopo (1985), más bien El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989)

Otro tema recurrente y estrambótico de la cinta son las parafilias sexuales, presentadas dentro de los discursos que dan los artistas, unos más reivindicativos que otros, se convierte en un elemento que hace destacar a la película y generar sensaciones al espectador.

Crítica de Flux Gourmet 2022

Sobre todo, de lo que va Flux Gourmet es sobre la lucha, el conflicto entre Elle, una mujer rebelde y tozuda y Jan, símbolo del poder y los establecido, tal como se demuestra por la subtrama del Fungus y de como Elle se resiste más por el acto en sí, en tener que dar su brazo a torcer ante la institución. Este conflicto corroe no solo la relación entre artista y mecenas, sino también entre los miembros del colectivo.

Los otros dos miembros, Billy Rubin, interpretado por el Asa Butterfield, el más joven del grupo y Lamina Propria, en este caso por la actriz greco-francesa Ariane Labed, son en un principio eslabones menores y callados, pero el tiempo y las desavenencias mostrarán su verdadero yo. Otro personaje destacable es el Doctor Glock (Richard Bremmer), el médico del instituto, un personaje grotesco que trata los problemas de gases de Stones con la copa en la mano y representa al intelectual pedante que a lo largo del filme es el tono molesto, como sus referencias a la mitología griega y condescendencia con otros personajes, en especial el protagonista por su origen heleno.

Los monólogos en griego de Stones son un elemento de reflexión de la historia, con el que vemos las vivencias de un personaje callado, que vive un auténtico calvario a lo largo de la película por los gases, una tragicomedia más dentro de esta parodia.

Crítica escrita por PJ Martínez

Ficha técnica:

Flux Gourmet (2022)

  • Reino Unido, Hungría y Estados Unidos
  • Duración 112 min
  • Dirección: Peter Strickland
  • Guion: Peter Strickland
  • Música: The Sonic Catering Band
  • Dirección de fotografía: Tim Sidell
  • Productora: Bankside Films, Head Gear Films, IFC Films, Lunapark Pictures, Metrol Technology, Red Breast Productions Distribuidora: IFC Films
  • Género: Drama

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