Crítica de ‘Feliz Navidad, Mr. Lawrence’ (1983)

Crítica de ‘Feliz Navidad, Mr. Lawrence’ de Nagisa Ōshima

Todos eran hombres honorables

Puntuación ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)

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Nagisa Ōshima, subversivo director japonés, conocido mundialmente por El imperio de los sentidos (1976), tiene una filmografía variada en la que no tiene miedo de tratar temas tabúes como el Racismo o el Sexo, dentro de esta variada y polémica filmografía está Feliz Navidad, Mr. Lawrence, estrenada en 1983 en la sección oficial Festival de Cannes. 

Este drama bélico que adapta al cine The Seed and the Sower de Laurens Jan van der Post, transcurre en un campamento de prisioneros japonés durante la Segunda Guerra Mundial, con una pareja protagonista de estrellas pop de Oriente y Occidente, que significaría el debut en la actuación y la composición de Ryuichi Sakamoto, miembro de Yellow Magic Orchestra, que en esta película interpreta al Capitán Yonoi, jefe del campamento, un hombre reprimido por el pasado y su condición.

Mientras que por el otro lado encontramos a David Bowie, figura clave del glam, que ya tenía en su filmografía como actor el clásico de culto El hombre que vino de las estrellas (1976) de Nicolas Roeg, y que interpreta a Jack Celliers, un rebelde soldado ingles afligido por las acciones del pasado que pondrá en jaque a Yonoi.

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Póster de la película

La otra pareja que cobra relevancia en el filme son Takeshi Kitano, que interpreta su primer papel dramático como el Sargento Hara, un sádico militar que establece amistad con John Lawrence, interpretado por Tom Conti, prisionero inglés que por su conocimiento de japonés sirve de traductor y trata de tener una visión positiva de los japoneses, al contrario que Jack Thompson en el papel del Capitán Hicksley, oficial de enlace de los prisioneros por su rango y que detesta a los japoneses. 

A lo largo de la película las dos parejas protagonistas establecen una relación con altibajos, debido a la condición de los personajes de prisionero y carcelero o al choque cultural. Un tema que reluce en esta película son las relaciones homosexuales dentro del contexto bélico. Las encontramos de manera velada y reprimida con la relación de Yonoi y Celliers, mientras que más directa con Kanemoto y De Jong. Todas estas relaciones, por otro lado, no se muestran abiertamente, están condenadas a la clandestinidad o a no ser mostradas en público, algo acorde a la época que transcurre la película, 1942. 

Otro tema de la película es como los protagonistas aceptan su cautiverio. Los prisioneros no tratan de escapar o por lo menos resistirse de manera activa a los japoneses, lo que no implican que quieran a sus carceleros. Como se ve en la actitud de Hicksley y sus conflictos con Lawrence. Los ingleses aceptan su condición de prisioneros de guerra y esperan a que acabe la guerra para ser liberados, a poder ser los Aliados. La idea de la huida aparece para algunos, pero no es el núcleo de la trama, como ocurría en La Gran evasión (1963) de John Sturges. Pero, ante todo, en la película se trata el choque de culturas, en la visión japonesa e inglesa de la guerra, esto se puede ver en la idea de la rendición, mientras que Occidente es algo honrado, para los japoneses es algo deshonroso y siempre se prefiere la muerte a vivir deshonrado.

Crítica de Feliz Navidad, Mr Lawrence 1983

Ejemplo de ello es el harakiri, el suicidio ritual que en esta película se muestra en varias ocasiones, ya sea improvisado o planificado, que impacta a los europeos, que lo rechazan con fuerza, y que en esta cinta se muestra lejos de ser un acto digno como se idealiza en el Bushido. Los que lo perpetran lo hacen mal, no levantan la cabeza, impidiendo ser decapitados de un tajo, y haciendo que el kaishaku, encargado de decapitar al suicida, falle, algo que, según el Camino del Samurái, sería una deshonra no solo para el kaishaku, sino para su familia. Con esto se desmonta así el aura honorable del harakiri, y, por ende, la película es crítica con los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, como denunciando abusos contra los prisioneros, que son apaleados, torturados y obligados a hacer ayuno para “curar su pereza espiritual”. 

Pero, ante todo, Feliz Navidad, Mr. Lawrence es una historia de personas malditasAquí no hay héroes valientes sin pecado. Yonoi está atormentado no solo por su condición, que por un lado no está tan mal vista en Japón como en Reino Unido. Si no por no haber participado con sus compañeros en el conocido como Incidente del 26 de febrero, un golpe de estado fallido. En cierta forma, su carga es no haber muerto en su momento con honor y tener que seguir viviendo, algo que el Hagakure, un libro sobre la ética del samurái que fue popular durante la Segunda Guerra Mundial plantea: “Decir que se muere sin haber alcanzado nuestro objetivo es morir como un perro, es una frivolidad digna de los más sofisticados”. 

Fotograma Feliz Navidad Mr Lawrence

Este suceso sirve de conexión con Patriotismo (El rito de amor y muerte) (1966) de Yukio Mishima, que, en su único cortometraje dirigido junto a Domoto Masaki, adaptaba un relato propio en el que escenificaba el seppuku de un joven oficial con su esposa tras el fallo del golpe. Mishima, radical escritor japonés, escribió novelas de temáticas homosexuales y sirvió de inspiración para Yonoi, el personaje de Sakamoto. Mientras que Jack Celliers, el personaje interpretado por David Bowie, esta afligido por los pecados que cometió de joven al abandonar a su hermano menor a pesar de haberle prometido que le protegería, actos del pasado que le sigue acompañando, haciendo que sea un hombre desdichado y conformando en cierta forma su actitud rebelde con el que lucha contra sus captores, porque no tiene miedo a la muerte. 

La película presenta grandes actuaciones de Bowie, Conti y Kitano en su primer papel dramático, que terminó horrorizado al ver que la gente no le tomaba en serio, condicionando posteriormente su filmografía como director de dramas oscuros. La dirección de Ōshima es buena, mostrando en su dirección gran calidad y belleza en sus imágenes. Pero si algo destaca de Feliz Navidad, Mr. Lawrence es su banda sonora, ganadora del BAFTA, primera banda sonora de Sakamoto, quien en 1987 ganaría el Oscar por El último emperador y llegaría posteriormente a trabajar con Iñarritu en El Renacido o Almodóvar en Tacones Lejanos

El tema principal de la película se ha convertido en un clásico y destaca entre las canciones Sowing the Seed que suena en un momento cumbre del filme. En conclusión, Feliz Navidad, Mr. Lawrence es un filme único que encierra hermosas melodías, buenas actuaciones y una melodía única que se ha convertido con fuerza propia en banda sonora de la historia del cine.

“No es un espíritu maligno. ¡Es un ser humano!”

 
Por PJ Martínez

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