Crítica de ‘El Plan’ de Polo Menárguez
Las mañanas al Sol
Puntuación ✪✪✪ (2/5)
Con un planteamiento simple, tres personajes y una localización, encontramos El Plan, un largometraje dirigido por Polo Menárguez que coescribe el guion junto a Ignasi Vidal, autor de la obra de teatro que adapta esta película con dos nominaciones al Goya: Sonido y Mejor actor revelación para Chema del Barco. Un largometraje por lo general insulso y que tras verlo lo olvidas rápido.
El argumento trata sobre tres amigos, Paco (Antonio de la Torre), Ramón (Chema del Barco) y Andrade (Raúl Arévalo), que quedan un día de verano para ejecutar un plan, pero el coche de Andrade, una Citroën C-15, se rompe, y los tres tendrán que esperar en el piso de Paco a que venga la alternativa de transporte. En todo este tiempo la tensión crece y los problemas afloran.
Como se ha comentado antes, la película es una adaptación cinematográfica de una obra de teatro, con todo lo que ello conlleva. Pocos escenarios, pocos actores y la predominancia del diálogo sobre la acción. Todo el filme son diálogos con algún interludio de violencia entre los personajes. Pero la violencia no solo se expresa de manera física, también es verbal, como la revelación final que se trata de un giro de trama que da un toque a esta historia anodina sobre fracasados que fracasan.
Póster de la película
No son capaces llegar a tiempo, no son capaces de irse del piso, no son capaces ni de echar una mañana. Unos fracasados que un día fueron vigilantes jurados pero la crisis les quitó primero sus derechos laborales y tuvieron que asistir a terapia de pareja, aunque lucharon en vano contra esta situación. Ahora en el paro, tratan de ocupar su tiempo con chapuzas para ganar algo o ocupando sus tiempo con nuevas aficiones, como es el caso de Ramón, que empieza estudiar psicología por su cuenta. Este panorama recuerda a películas como Los lunes al sol (2002) de Fernando León de Aranoa.
Por otro lado, todo este tema, el del paro, no aporta nada nuevo, resulta trillado, como si estuviéramos viendo un reportaje de Salvados de 2010. Por lo que este largometraje es por lo general insulso, vacío. Quiere ser profundo, pero no llega ni a barreño. Por ejemplo, Andrade, un hombre al que le abandonó su madre, se entera esa mañana que una señora que ha conocido en el bar puede que sea su madre. Por lo que pasamos un rato discutiendo las posibilidades de que sea verdad o no, suceso tras suceso, se construye la película. Y entremedio de tanto drama está Ramón, el auténtico protagonista de El Plan, que tiene sus momentos cómicos, como sus reflexiones o cuándo gana un premio con las pipas.
Trailer: crítica de El Plan (2019)
No todo es malo, las actuaciones son buenas, la nominación al Goya de Chema del Barco es merecida, interpretando a un hombre que trata de matar el tiempo, algo iluso y perdido. A su altura esta Antonio de la Torre como Ramón, cabecilla del plan, que trata de mantener el orden y por último Raúl Arévalo como Andrade, el mas perdido de los tres que llega tarde. El escenario de la película se trata de un piso del barrio de Usera. Esta lograda, con muebles viejos y las vestimenta, compuesta de chándales y ropa deportiva, nada de marcas caras.
El Plan es una película mediocre que entre tanto drama no consigue enganchar al espectador y le deja frio. Se nota que necesitaba el giro del final porque si no seria una estampa de la clase media venida a menos con el que uno se iría de la película con la sensación de haber perdido el tiempo.
El filme de Polo Menarguez es solvente pero que no aporta nada, por momentos ni entretiene, por lo que es mejor que veas otra cosa si no tienes un interés especial por este largometraje o estás haciendo bingo viéndote todas las películas nominadas a los Goya.