Crítica de El cielo rojo (Roter Himmel) (2023): reseña y opinión

Quienes mueren cuando aman

Puntuación ⭐⭐⭐⭐½ (4,5/5)

Crítica de Andrea M. Astola (@mariliendre_)

Día tras día, al caer la noche, / iba la bella hija del Sultán / de paseo hasta la fuente / donde las blancas aguas murmuran. / Día tras día, al caer la noche, / el joven esclavo, junto a la fuente / donde las blancas aguas murmuran, / cada vez más la color perdía. / Una noche, la princesa /acercósele balbuceando: / dime, esclavo, ¿cuál es tu nombre, / cuál tu patria y tu linaje? / Y el esclavo dijo: Me llamo / Mohamet y soy de Yemen, / y mi pueblo son los Asra / quienes mueren cuando aman.

Der Asra (1851) Heinrich Heine

El título Roter Himmel (cielo rojo) se funde en un fotograma de un color rojo sólido y, sin siquiera haber terminado los títulos de crédito, Christian Petzold ya ha dejado claro de qué va la película, y cuál será su final. El cielo rojo (2023) se plantea como la antítesis del melodrama, en la que la historia y el arco del personaje protagonista se construyen sobre la abstracción y la inalcanzabilidad de todo lo patético, de forma diametralmente opuesta a las entrañas del género en sí.

El cielo rojo (Roter Himmel) 2023 opiniones

Cartel de la cinta

Envuelto en una estética de telefilm alemán, El cielo rojo disecciona la masculinidad, el ego, el narcisismo y la emoción desde una mirada tan tierna como devastadora, como el sabor amargo de recordar una noche de verano con amigos que no puede recuperarse.

Leon es un escritor absorbido por su propio ego que desdeña cualquier cosa que vaya más allá de su propio ombligo. Es completamente ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor, incapaz de conectar y sentir. Tanto es así que el interés romántico, Nadja, se presenta únicamente vista a través del marco de una ventana.

Desde aquí, Petzold trabaja con el arquetipo de la manic pixie dream girl, más que para hablar del interés romántico, para hablar del propio personaje que proyecta sus expectativas sobre ella; esto es, Leon. A la manera del mito de Pigmalión, Nadja (Galatea) es un personaje real, auténtico y tridimensional en sí mismo, pero lo que hace que la trama avance (paradójicamente) es precisamente el estancamiento de Leon en apreciarla como estatua, y mantenerla en ese pedestal distante. Es la dicotomía del artista y la musa la que crea dos niveles estancos y lejanos, en cuya inamovilidad se ensaña la película; inamovilidad con la que Petzold mete el dedo en la llaga al abrir el horizonte hacia la posibilidad de que la musa nunca ha tenido interés en ser musa, sino que es también artista.

Esta distancia no solo queda patente entre el protagonista y el interés romántico, sino con todos los personajes secundarios, a cada cual más encantador que el anterior. La puesta en escena deja claro que no es ella la alejada, sino él, y, entre otros mecanismos, lo demuestra con un montaje errático que ignora la coherencia del raccord de movimiento. Entre plano y plano pueden haber pasado segundos o minutos; alguien puede haber estado hablando, contando cualquier cosa, pero el protagonista lo ignora y así se representa. En contraposición a esta alienación narrativa, hay dos momentos clave en el filme en el que el montaje es pausado y lineal, dos escenas en las que Leon sí presta una atención genuina. Dos momentos en los que casualmente (o quizás, no tanto), se recitan historias.

Si bien el primer momento es una de mis escenas favoritas, cuando el socorrista cuenta la historia del vendedor de alfombras, es el segundo el que supone la piedra angular narrativa de El cielo rojo: el recital de Der Asra (los Asra) de Heinrich Heine, un poema del romanticismo alemán que habla del amor como poder arrollador y absoluto.

Es ese mismo amor impetuoso, encarnado en la película en el incendio forestal que tiñe el cielo de rojo, el que se ciñe sobre un personaje incapaz de permitirse sentirlo, y más que arroparle, le arrolla. Al igual que El Viento desquicia a la protagonista de la película de Sjöström (1928), dándole una forma cinematográfica a la represión, en el caso de Letty sexual, emocional en el caso de Leon.

Ese amor que al negarse se retuerce en ego y ambición, una promesa incumplida que toma venganza al premonizar su destino. Un amor que se transforma en fuego, cuyo calor no se asemeja al de los rayos del sol que ablandan la cera del monte Himeto, así como se ablandaba el marfil del que estaba hecha Galatea cuando Pigmalión la toca con sus dedos por primera vez, sino que es un calor que reduce bosques a ceniza, como aquel que hacía palidecer a Mohamed, de Yemen, cuyo pueblo son los Asra, quienes mueren cuando aman.

Ficha técnica:

Roter Himmel (2023)

  • Alemania
  • Duración 102 min.
  • Dirección: Christian Petzold
  • Guion: Christian Petzold
  • Dirección de fotografía: Hans Fromm
  • Género: Drama. Comedia

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