Crítica de El cazador de recompensas (2022): reseña y opinión de la película

“Un fracaso más para el género wéstern”

Puntuación ⭐⭐✪✪✪(2/5)

Crítica de Juan Pablo Bargueño

Walter Hill está seguro de que todas sus películas son un wéstern. Desde luego, experiencia le sobra en el género: Traición sin límites (Extreme Prejudice, 1987), Forajidos de leyenda (The Long Riders, 1980) o Wild Bill (1995). El primer pensamiento que viene a la cabeza es que, tal vez, Hill se haya tomado demasiado en serio esta afirmación y, con su última película, El cazador de recompensas (2022), se haya pasado de frenada.

La moda del wéstern clásico estadounidense desapareció de un día para otro con el wéstern crepuscular y el spaghetti wéstern. Son muchas las obras que son recordadas por los fanáticos de estos subgéneros —como la persona detrás de estas líneas—, pero es necesario reconocer que, tras estas obras maravillosas, se encuentra una cantidad ingente de fracasos y películas malísimas. Se podría decir que el wéstern sufre de esta enfermedad, y que pocas películas consiguen sobrevivir.

Este mismo efecto es más notable en el denominado wéstern contemporáneo —con sus extraordinarias excepciones—, el cual se asemeja a la figura del nieto que fantasea con la gloriosa vida pasada de su abuelo, intentando imitarlo, pero que, por culpa de los tiempos modernos, se ve envuelto en el fracaso más humillante. Esta semejanza es aplicable a Walter Hill, porque este nuevo wéstern contemporáneo, que está protagonizado por grandísimos actores como Cristoph Waltz, Willem Dafoe o Rachel Brosnahan y que se estrena el doce de mayo, no sobrevive a esta enfermedad.

Opiniones de El cazador de recompensas y crítica

Cartel de la cinta

Max Borland (Christoph Waltz), un reputado cazarrecompensas, es contratado por un político de segunda que asegura que su mujer, Rachel Kidd (Rachel Brosnahan), ha sido raptada por el exmilitar Elijah Jones (Brandon Scott). Tras llegar a un acuerdo económico, Max Borland y su nuevo compañero, el sargento Alonzo Poe (Warren Burke), emprenderán un viaje en el que descubrirán que las cosas no siempre son lo que parecen.

“Todo lo que empieza mal, acaba peor”

Desde el principio, se nota que la labor de dirección en esta producción supera el control de Walter Hill. Si se puede resumir, se diría que El cazador de recompensas es un filme caótico y carente de alma. Los personajes llegan a un lado, se cruzan con otros, estos otros se revuelven y aparecen donde están unos nuevos… No hay coherencia de ningún tipo en nada de lo que ocurre. Incluso, esta cinta cojea de todas las patas, a pesar del gran elenco que tiene, el cual, sorprendentemente, sobreactúa y no consigue despegar por culpa de un guion deficiente, que apuesta más por frases cliché que dan el pego, que por una historia que merezca la pena contar.

Tráiler de El cazador de recompensas (2022)

A parte, de principio a fin, el montaje concluye en una historia contada con prisas, donde los personajes importan un pimiento y donde la sensación de peligro no está presente nunca. En este sentido, cabe hacer mención especial a los intertítulos del final de la cinta. Cuando esta termina, uno no sabe si el final es consecuencia de un despiadado proceso de recortes en el montaje o si, realmente, la historia es mala y punto —es como si el montaje o la propia concepción de los hechos en la historia presentasen aristas por pulir—. Ante esta situación, Hill opta por, una vez terminada la cinta, presentar unos intertítulos que informan sobre el final de las vidas de los protagonistas. Hace gracia, ya que no sé a quién puede importarle la vida de estos personajes una vez terminada la película. Además, parece que los destinos de cada uno se hayan decidido a los dados.

La embriaguez de ‘el hombre de la cámara’

Dziga Vértov podría, tras un durísimo proceso de reflexión intelectual, estudiar la relación entre cámara y ojo en el cine. ¿Qué habría pensado de esta relación el director soviético si hubiese tenido la oportunidad de ver El cazador de recompensas? Quién sabe. Pero, es curioso que Hill no se haya dado cuenta de los tantos fallos que tiene esta película en aspectos visuales. Es como si el director hubiese pecado de ociosidad y, con actitud excesivamente conformista, haya dado por buenas tomas que son horribles. Ciertamente, da que pensar cuando la cámara, entre reencuadre y reencuadre —a cada cual con mayor temblor— le tapa media a cara a Willem Dafoe.

Por otro lado, continuando con los problemas visuales, cuesta creer que alguien decidiera usar la tonalidad que se usa en la película. Aquellos que se ríen de Breaking Bad (2008-2012) por representar el espacio mexicano con un tono sepia, ahora tendrán un nuevo hazmerreir. Es increíblemente decepcionante la forma en la que los grandiosos planos generales, atardeceres, salones, bosques, y todos estos elementos que dan vida a un buen wéstern, se ven opacados en esta película por un tono sepia que arranca vilmente el color de todo lo que se encuentra en pantalla.

Conclusión

El anuncio de un nuevo filme del género wéstern siempre despierta una llama de esperanza en aquellos que aman las películas de vaqueros. Sin embargo, en la contemporaneidad, esta ilusión se extingue con facilidad con películas como El cazador de recompensas que, a pesar de la experiencia de Walter Hill, y de un elenco inmejorable, comienza tropezando, para terminar en el mismo abismo que todas las otras películas que intentaron traer de vuelta a las pantallas al viejo oeste. La película de Hill sufre en puntos vitales con su irregularidad narrativa, un deficiente montaje, actuaciones forzadas de los actores y una serie de malas decisiones en el apartado visual.

Ficha técnica:

Dead for A Dollar (2022)

  • Estados Unidos
  • Duración 114 min.
  • Dirección: Walter Hill
  • Guion: Matt Harris, Walter Hill
  • Música: Xander Rodzinski
  • Dirección de fotografía: Lloyd Ahern II
  • Productora: Chaos, a Film Company, Polaris Pictures. Distribuidora: A Contracorriente Films
  • Género: Wéstern

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