Crítica de Dune: Parte Dos (2024): reseña y opiniones sobre la película

Puntuación ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)

Crítica de Cristian Pestana (@cjpestanaalves)

Dune: Parte Dos (Duna: Parte 2 en Latinoamérica) es una producción dirigida por el cineasta franco-canadiense Denis Villeneuve, conocido por su trabajo en cintas como Un 32 de agosto en la Mañana (1998), Maelström (2000), Politécnico (2009), Incendies (2010), Prisioneros (2013), El hombre duplicado (2013), Sicario (2015), La Llegada (2016), Blade Runner 2049 (2017) y Dune (2021).

Villeneuve está considerado como uno de los mejores realizadores del cine contemporáneo por su estilo cerebral y contemplativo a la hora de enfrentarse a cintas de diferentes géneros, ya sean dramas psicológicos (El Hombre Duplicado), thriller policíacos (Sicario) o superproducciones de ciencia-ficción (Blade Runner 2049, Dune), lo que ha suscitado comparaciones con el trabajo de grandes maestros como Stanley Kubrick y Ridley Scott. Su fuerte sello autoral y puesta en escena apabullante hacen que cada una de sus cintas se sienta como una experiencia cinematográfica distintiva de visionado obligatorio en una sala de cine.

En esta ocasión, es el turno de hablar sobre Dune: Parte Dos, la secuela de la exitosa película de 2021 que adapta el libro homónimo escrito por Frank Herbert. La combinación de ciencia-ficción épica con el tono existencialista de Villeneuve dio excelentes resultados y asistimos a una obra colosal que ganó seis Premios Oscar por sus logros técnicos y fue el abreboca adecuado para explorar un universo denso y rico en detalles. Lo que nos lleva a la gran interrogante ¿Esta secuela está a la altura de su anterior entrega?

Critica Dune: Parte Dos opiniones

Cartel de la cinta

Paul Atreides (Timothee Chalamet) se une a la tribu de los Fremen y comienza un viaje espiritual y marcial para convertirse en mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que ha presenciado: una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido.

Ambiciosa y mastodóntica, Dune: Parte Dos redobla los esfuerzos de su predecesora y profundiza en el world-building del planeta Arrakis para entregar una experiencia impactante que se posiciona entre las mejores películas de ciencia-ficción de la década y se catapulta automáticamente hacia el podio de lo mejor de este 2024 con grandes virtudes que se detallan a continuación.

Lo primero que destaca con fuerza en Dune: Parte Dos, al igual que en su anterior entrega, es su poderoso apartado técnico. El diseño de producción de Patrice Vermette nos vuelve a transportar hacia los confines de Arrakis, con su arquitectura distópica y parajes desérticos  de belleza majestuosa que contrastan con la paleta monocromática de Giedi Prime,los dominios del Barón Vladimir Harkonnen. Todo se sitúa en una escala más grande, digno de una epopeya espacial de alto alcance.

La fotografía de Greig Fraser vuelve a regalarnos imágenes para el recuerdo, con reminiscencias a los trabajos de Emmanuel Lubezki por la impronta poética con la que se retrata a los personajes en sus andanzas por el desierto, ya sea la silueta de Paul integrada en el paisaje como una señal de su destino mesiánico o los grandes planos generales de los escenarios que nos adentran en el universo ideado por Herbert. El vestuario de Jacqueline West vuelve a plasmar la diversidad cultural de Arrakis en los atuendos de los personajes, con estilos que van desde los diseños tribales que visten los Fremen hasta los vestidos de impronta medieval usados por las Bene Gesserit y la Princesa Irulán, pero con detalles que nos redirigen hacia el contexto futurista.

Avance de Dune: Parte dos (2024)

El departamento de maquillaje y peluquería brilla una vez más al dar vida a los antagonistas de la función, con el regreso del Barón Harkonnen y la introducción de Feyd Rautha, un irreconocible Austin Butler caracterizado como un guerrero feroz, de tez pálida y cabeza rapada, dando como resultado un look intimidante muy logrado.

Los efectos especiales hacen que el entorno de Arrakis cobre vida con un nivel minucioso de atención al detalle. Desde los ornitopteros vistos en la primera entrega hasta los gusanos de arena que cobran más relevancia en esta oportunidad y proveen a la cinta de algunos de sus momentos visuales más impresionantes, cuando los personajes montan sobre ellos, tenemos una variedad de creaciones que deslumbran la vista y mantienen al espectador aferrado a su butaca. Además, el aumento en cantidad de secuencias de acción hace que el trabajo sea más complejo, con ataques rebeldes, combates a muerte en estadios inmensos y visiones proféticas de carácter apocalíptico. Una ejecución impecable.

La música de Hans Zimmer apunta a otro Oscar para el compositor alemán con composiciones de tono épico y otras de corte más intimista, con un énfasis especial en las secuencias dedicadas a la relación romántica de Paul y Chani. Un trabajo magnético que forma un tándem espectacular con la edición de sonido, repleta de todo tipo de cacofonías, desde gritos hasta las temibles voces interiores de las Bene Gesserit y los movimientos de los gusanos de arena. Una labor exhaustiva y redonda.

El guion escrito por Villeneuve y John Spaits traza un recorrido a través de múltiples líneas argumentales que terminan confluyendo en una sola de manera fascinante. Por un lado, tenemos el viaje del antihéroe protagonizado por Paul en su camino a convertirse en una figura religiosa de intenciones dudosas, mientras que las intrigas palaciegas entre Feyd Rautha y su tío y los dilemas políticos de la Princesa Irulán completan el grueso de la trama, adaptada de manera fiel a la obra de Herbert, con algunas modificaciones positivas que le dan un plus a la historia. Desde sus primeros compases, se nota una amplia exploración de temas como el fanatismo religioso, la lucha por el libre albedrío, las nociones sobre el poder y sus diferentes aristas, todo arropado por un halo espiritual y atmosférico que genera múltiples lecturas y perspectivas sobre lo expuesto por Villeneuve y Spaits en pantalla.

La integración de los momentos de acción no va en detrimento del entramado dramático, sino que lo enriquece y le da un cariz experimental a la propuesta. El arco narrativo de cada personaje está muy bien delineado, con un foco primordial en la transformación gradual de Paul que va desde potencial salvador a líder de un culto religioso, como reflejo de los falsos ídolos y líderes sectarios que abundan en nuestra cotidianidad. Lo mismo sucede con el trasfondo político que impregna la historia, el cual suscita comparaciones con los distintos conflictos bélicos que se han generado en estos últimos años y los abusos de poder en regímenes totalitarios, demostrando la fuerza inherente en el texto de Herbert, que sigue vigente al día de hoy. Para su último tramo, los eventos narrativos se amontonan con la potencia de una apisonadora pero nunca llega a descarrilar y la sucesión de muertes, traiciones y cambios en el orden gubernamental de Arrakis culmina en una secuencia final que sienta las bases para una última adaptación cinematográfica, basada en el libro Dune Messiah, también escrito por Herbert.

Dune parte 2

Timothée Chalamet

El reparto de Dune: Parte dos es otra colección de aciertos, empezando con Timothée Chalamet, que le aporta nuevos matices a Paul y juega con el lado oscuro del personaje, dando como resultado un despliegue actoral que vuelve a demostrar su talento abordar cualquier interpretación que se le presente. Zendaya también brilla como Chani, la intrépida guerrera Fremen que se enamora de Paul. En esta ocasión, la actriz tiene una presencia más extensa en la cinta luego de su breve aparición en la primera entrega y está a la altura de las expectativas. Su carisma y química especial con Chalamet son sus mejores bazas, además de un buen desempeño en las secuencias de mayor intensidad narrativa.

La actriz Rebecca Ferguson vuelve a personificar el misticismo y la gracia de Lady Jessica, una figura femenina tan enigmática como escalofriante, mientras que Josh Brolin es el contrapunto ligero de la trama en su regreso como Gurney Halleck, el mentor de Paul. Pero, sin lugar a dudas, la actuación que permanece en la memoria es la de Austin Butler como el malvado Feyd Rautha. Luego de su nominación al Premio Oscar como Mejor Actor Protagónico por su encarnación de Elvis Presley, Butler da un giro de 360 grados y entra en contacto con su lado salvaje para dar vida a Rautha. Prodigio de caracterización aparte, el actor norteamericano se adueña de la pantalla y logra construir un personaje aterrador, con una gestualidad imponente y personalidad fría que va en línea con la psicopatía del personaje. El resto del elenco contiene a grandes intérpretes como Christopher Walken, David Bautista, Florence Pugh, Javier Bardem, Stellan Skarsgard, Lea Seydoux y un cameo de la actriz Anya Taylor-Joy, todos estupendos en sus respectivos personajes.

En conclusión, Dune: Parte 2 es una experiencia trascendental, cine espectáculo de primera línea que une la impronta épica de un blockbuster con la sensibilidad propia del mejor cine de autor. Una producción que se coloca a la altura de grandes obras cinematográficas como la Trilogía del Señor de los Anillos y se consolida como una nueva obra maestra en la filmografía de Denis Villeneuve. Imperdible.

Ficha técnica:

Dune: Part Two (2024)

  • Estados Unidos
  • Duración 166 min.
  • Dirección: Denis Villeneuve
  • Guion: Denis Villeneuve, Jon Spaihts. Novela: Frank Herbert
  • Música: Hans Zimmer
  • Dirección de fotografía: Greig Fraser
  • Productora: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Legendary Pictures, Warner Bros., Villeneuve Films. Distribuidora: Warner Bros
  • Género: Ciencia ficción

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