Crítica de ‘Días Salvajes’ (Days of being wild) de Wong Kar-Wai

Crítica de ‘Días Salvajes’ (Days of Being Wild) de Wong Kar-Wai + Explicación del final

¿Qué hacías el 16 de abril a las tres de la tarde?

Puntuación ⭐⭐⭐⭐✪ (4/5)

En Historiadelcine.es somos unos devotos seguidores de Wong Kar-Wai. Es por ello, que a lo largo de las próximas semanas analizaremos varias de sus obras más destacables. Para comenzar con el universo de Wong Kar-Wai, que mejor que haciéndolo con uno de sus primeros largometrajes. Días salvajes fue la segunda película de este director y que supuso un antecedente para lo que a posteriori veríamos en su cine. 

Estrenada en el año 1990 y coescrita por Kar-Wai y Jeffrey Lau, Días salvajes fue un antes y un después para el cine asiático de la época, abriendo el abanico de posibilidades que podía ofrecer hasta aquel entonces. Esta segunda película del director nos adentra en la idiosincrasia de la juventud y de las vivencias pasionales de la misma, al igual que de la importancia de la perpetuación de la memoria. 

A través de dos tramas entrelazadas, Days of Being Wild (Días salvajes) sería la primera entrega de la trilogía de Wong Kar-Wai, que se completaría años más tarde con el estreno de Deseando amar (2000) y finalmente con el de 2046 (2004).

Días salvajes explicación final

Póster de la película

Algunos de los personajes que vamos viendo en Días Salvajes, serán los mismos que acabarán protagonizando las dos secuelas siguientes; destacando el icónico personaje de Su Li-zhen, interpretado por la actriz Maggie Cheung. El resto del reparto de Días Salvajes está compuesto por Leslie Cheung, Andy Lau, Carina Lau, Jacky Cheung o por el grandísimo Tony Chiu-Wai Leung entre otros. La cinta tiene un arranque bastante vertiginoso, al introducirnos rápidamente en la trama que llegan a tener el protagonista Yuddy con el de Su Li-zhen. En comparación con otras películas del director en la que la fotografía resalta debido al uso de colores muy intensos, aquí la paleta de colores destaca por su suavidad y por hacer uso de colores muy desgastados; siendo más precisos, los colores que constituyen la estética de toda la película son el verde, azul y gris.

Estos colores trasmiten al espectador la sensación constante de algo que se ha ido para siempre, impregnado de dolor pero a la vez de una calma algo silenciosa. No son colores que de primeras pudiéramos decir que son nada alegres, sino que como he mencionado antes, parecen ser el reflejo de algo bello que se ha ido desgastando a lo largo del tiempo.  Esta fotografía que presenta Días Salvajes, también acentúa la presencia que tienen las sombras en cada plano que vemos, derramándose por completo en los primeros planos de los personajes de la historia.

Volviendo a la trama y con el arranque de la película, vemos como la cámara sigue al personaje de Yuddy mientras se dispone a comprar una botella de Coca-Cola. En ese instante, se encuentra con el personaje de Su Li-zhen que trabaja en ese local como camarera; luego descubriremos más tarde, que este personaje trabaja pluriempleada. Yuddy es un apuesto y joven hombre, que resulta ser un mujeriego algo descarado. Su Li-zhen se siente ofendida por el descaro y la confianza desmedida con la que le ha tratado este desconocido, pero en el fondo acaba descubriendo que ha nacido un atracción en su interior hacía él. 

Crítica de Días salvajes 1990

Al siguiente día, ella le confiesa que no ha pegado ojo debido a que le resultaba imposible no soñar con él. Aquí tenemos el primer punto clave de la trama, la imposibilidad de controlar lo incontrolable. Wong Kar-Wai nos dice con esto, que no decidimos de quien nos enamoramos o nos sentimos atraídos. Su Li-zhen sabe que este tipo de chico puede que no le convenga, pero es inevitable para ella no quitárselo de la cabeza desde que lo vio por primera vez. No hay marcha atrás y Yuddy se lo hace recordar: “Me veras otra vez esta noche en tus sueños”. Bien, esto es la consumación y constatación clara de que hay una atracción mutua entre los dos personajes. 

La siguiente escena en cambio, es la constatación exacta del momento en el que Su Li-zhen se da cuenta de que está enamorada de él. En esta escena que puede que sea la más mítica de Días Salvajes, Yuddy le pide que pase un minuto en silencio con él. Ella, pese a no entender muy bien lo que quiere Yuddy, accede a su proposición. Cuando termina ese minuto, Yuddy le pregunta a Su Li-zhen por la hora y fecha en la que ha transcurrido ese momento exacto; 16 de abril de 1960 a las tres de la tarde. Una escena tremendamente poética e importante de la trama, que viene a hablarnos del papel que juega la memoria en el juego del amor. A partir de ese mismo instante, ese efímero instante será algo que han compartido y del que no podrán negar su existencia. Quedará en ellos que ese instante se mantenga vivo o no, dependiendo si uno o ambos lo consiguen mantener en el recuerdo pasado los años.

Aquí empieza la relación entre Yuddy y Su Li-zhen, en el que al poco tiempo de comenzar su idilio romántico, Su Li-zhen acaba topándose con la triste realidad que ella ya se temía; es decir, se da cuenta de que Yuddy no le conviene pero que no puede remediar el profundo amor que siente por él. Su Li-zhen desea algún día casarse con alguien, mientras Yuddy ni se lo plantea por asomo. Ella se topa con la dureza y frialdad de sus palabras, que actúan como una estacada hacía sus ilusiones y ensoñaciones personales. Las sombras se acentúan y los colores de los encuadres, acaban por volverse aún más lúgubres de lo que eran; el punto de la trama, que pone fin a la historia de amor entre estos dos personajes.

Llegados a este punto, llegamos a ver varios aspectos que predominaran en toda la filmografía de Wong Kar-Wai. Por un lado, la profunda soledad por la que atraviesan sus personajes. Todos y cada uno de los personajes que ha escrito el director hongkonés, acaban viéndose terriblemente solos; esto en Días salvajes no es una excepción. Por otro lado, la necesidad afectiva de sus personajes ante la falta de amor previa de alguien que ha marcado sus vidas. Yuddy pese a parecer no sentir nada por las mujeres con las que sale o se acuesta, también sufre de esta carencia pero de un modo distinto; es aquí cuando entra el personaje de su madre adoptiva. 

Yuddy se ha pasado gran parte de su vida, queriendo descifrar quien eran sus verdaderos padres. En cambio, su madre adoptiva, nunca ha querido decirle quienes son en realidad sus padres, por puro acto de egoísmo. El miedo a perderle, la ha hecho decantarse por no darle la oportunidad a su hijo adoptivo de conocer la verdad. Aquí pasa lo mismo que comentaba antes sobre la necesidad arraigada por una carencia propia. En el caso de la madre adoptiva de Yuddy, es el no haber podido tener un hijo propio y la necesidad a la que se ve sometida por el miedo a perder al que adoptó.

Después tenemos al personaje de Leung Fung-ying, interpretado por la actriz Carina Lau; personaje que volveremos a ver años más tarde, con el lanzamiento de 2046 (2004). Leung Fung-ying o “Mimi” es una chica que trabaja en un club de striptease, que acaba enamorándose perdidamente también de Yuddy. En esta trama amorosa, tenemos un triángulo amoroso que pasa un poco desapercibido; es decir, un triángulo entre Yuddy, “Mimi” y Zeb (el mejor amigo de Yuddy). Zeb se enamora de “Mimi”, haciendo todo lo que está en su mano por conquistarla. Sin embargo, ella del que está  enamorada es de Yuddy y le deja muy claro que no debe enamorarse de ella bajo ninguna circunstancia.

El otro triángulo amoroso y el que a nivel personal me parece más interesante, es aquel que lo protagonizan Yuddy, Tide y Su Li-zhen. Al romper con Yuddy, vemos el duelo por el que tiene que pasar Su Li-zhen. Ella se encuentra desamparada sin nadie a quien contarle cómo se siente, cuando de repente conoce a Tide (un policía local). Los encuentros que tienen Tide y Su Li-zhen son los más interesantes, íntimos y mejor rodados de la película. Jugando con las perspectivas en todo momento, vemos como cada personaje se sitúa en los diferentes encuadres en diferentes niveles que representan el momento sentimental que están viviendo.

Days of being wild final crítica

Final de Días Salvajes explicado

*Atención spoiler

Para explicar el final, vayamos trama por trama para que no se haga muy confuso. En cuanto a la trama de Yuddy, Zeb y “Mimi”, Yuddy acaba dejando a “Mimi” al igual que lo hizo previamente con Su Li-zhen. Finalmente, la madre adoptiva de Yuddy accede a contarle el paradero e identidad de sus padres biológicos. Ante este hecho, Yuddy se decide marchar a Filipinas con intención de conocerles y zanjar ese aspecto de su pasado. Sin embargo, al llegar a Filipinas, sus padres biológicos no quieren mostrarse ante el hijo que abandonaron, haciendo que Yuddy se dé la vuelta hundido por completo pero queriendo mantener la dignidad y orgullo que le caracterizan.

Mientras tanto, “Mimi” sigue atravesando el duelo por la ruptura y marcha de Yuddy. A partir de su marcha, Zeb intenta aproximarse más a “Mimi” pero sigue recibiendo la negativa por parte de ella. Esta trama finaliza con el acto de amor más puro por parte de Zeb hacia “Mimi”; al brindarle el dinero que ha sacado por la venta del coche que le había regalado Yuddy, para que ella pudiese ir en busca de él a Filipinas. 

La otra trama de Yuddy, Tide y Su Li-zhen, se zanja con Su Li-zhen marchándose a otra ciudad para olvidarse de lo vivido con Yuddy. Tide acaba alistándose en la marina (cosa que siempre había soñado), yéndose a Filipinas en donde por cosas del destino se acaba encontrando con Yuddy. Acaban haciendo migas después de una reyerta, que casi acaba con la vida de Yuddy. Se embarcan de vuelta a casa los dos, cuando en el momento más inesperado Yuddy acaba siendo disparado en el vagón en el que iba. 

La metáfora perfecta del joven que quiso volar toda su vida y que fue pisar suelo y morir en el acto. En el final que comparten estos dos personajes, se dan cuenta de que los dos han mantenido una relación sentimental con Su Li-zhen. Yuddy le pide a Tide que le diga si la ve que ha olvidado ese minuto que compartieron un 16 de abril de 1960 a las tres de la tarde, para que ella pudiese dejarlo atrás por completo y así tener un posible futuro junto a Tide. 

La escena final la protagoniza ni más ni menos Chow Mo-wan; personaje icónico interpretado por Tony Chiu Wai Leung. Esta escena sirve simplemente, para introducir a este personaje que será tan relevante en las siguientes dos secuelas: Deseando amar (2000) y 2046 (2004).

Por Dani Jiménez

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