Crítica de ‘Deseando amar’ de Wong Kar-wai
Crónica de un despertar
Puntuación ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)
Wong Kar-Wai, autor chino ecléctico que ha dirigido desde thrillers hasta artes marciales, pero ante todo, ha pasado a la historia del cine por sus melodramas, como 2046 o Deseando Amar, una película, que al igual que pasará con Apocalyse Now de Coppola, llegó in extremis al Festival de Cannes del 2000 y se alzó en la edición con el Grand Prix técnico y el premio a la interpretación masculina para Tony Leung.
Transcurrida en 1962, relata la relación entre Chow (Tony Leung), redactor de un periódico hongkonés con Li-zhen (Maggie Cheung), una secretaria de una empresa de exportaciones, los dos vecinos desde el primer día que se mudan a sus pisos con sus parejas, cónyuges ausentes por motivos laborales que dejan solos a Li-zhen y Chow, que pasan cada vez más tiempo juntos y se hacen muy amigos.
Deseando Amar es un filme intimista, no abundan los exteriores y casi toda la acción se centra en los pisos de los protagonistas, pequeños apartamentos contiguos en los que los dueños, arrendatarios de los protagonistas, conviven y se relacionan como si fueran una familia, ya sean comiendo o jugando al majong.
Póster de la película
Una pequeña comunidad donde los protagonistas interactúan de mayor o menor manera y muestran la vida de las clases populares de la Hong Kong de la época, siendo por ejemplo, cuando el marido de Li-zhen traiga una arrocera eléctrica japonesa un acontecimiento y a la vez detonante de la relación entre los dos protagonistas. Una relación callada y platónica, que a diferencia de otras películas del género, no hay un romance entre sus protagonistas debido al descubrimiento que realizan de que sus parejas están cometiendo adulterio, siendo la otra cara del Breve Encuentro (1945) de David Lean.
Generando una relación en la que los protagonistas se refugian pero tratan de evitar caer en la misma trampa que sus cónyuges. Cónyuges que no salen en toda la película, solo algún momento de espaldas o escuchamos su voz. Esta historia no va sobre ellos, en cierta forma, no son dignos de aparecer en nuestra historia pero eso no significa que se les juzgue como los villanos, el filme no va de eso. Pero al igual que sus parejas, deben ocultar su correspondencia porque seguramente la gente no comprenderá el factor platónico y pensarán que habrán caído en el adulterio.
Una relación condenada a morir en las sombras. Entre tanto drama está el señor Koo (Man-Lei Chan), dueño del piso de Chow que pone la nota cómica con sus intervenciones, en las que sin pudor pide dinero a Chow para pagar prostitutas o cuando le traen entre varios tras una noche de borrachera. En otro piso esta la señora Suen (Rebecca Pan), una señora mayor con la que el personaje de Maggie Chung entabla relación amistosa, pero que por otro lado se entromete en su vida.
Tráiler: crítica de Deseando amar (veinte aniversario en 2020)
Uno de los puntos fuertes de la película es la delicadeza de las imágenes, con una fotografía cálida que inunda la escena y de gran belleza en la que siempre que aparecen en escena Maggie Chung y Tony Leung lo hacen impecables, recordando a melodramas de la época dorada de Hollywood. En especial Maggie Cheung, que a lo largo de la película mantiene peinado pero cambia de vestido casi por secuencia, vestidos de gran belleza y estilo chino que nos marcan el paso del tiempo a lo largo del filme.
En el aspecto musical, una adaptación del tema principal de Yumeji (1991), compuesto por Shigeru Umebayashi para la película homónima de Seijun Suzuki. Este bello tema, que recuerda a la zarabanda de Haendel, que suena varias veces a lo largo de la película y complementa a la gran belleza de las imágenes. Otros temas musicales destacados son los compuestos por Michael Galasso y otros de Nat King Cole, leyenda del jazz del qué destacaría “Quizás, quizás”. Un ambiente musical sencillo, lento y bello que resume la atmósfera de la película.
Deseando Amar no es solo una de las mejores películas del director, sino además uno de los mejores melodramas de la historia. Una historia de amor y de desamor que se mueve en los silencios de los ruidosos pasillos de los pisos de Hong Kong. En conclusión, Deseando Amar es un filme imprescindible la filmografía de este cineasta asiático y una mirada distinta al melodrama con el que el espectador disfrutará de las imágenes, historia y actuaciones. Un viaje a Oriente a través de esta historia de un romance frustrado desde el principio pero que uno se emocionará viéndola.