Crítica de Godzilla y Kong: el nuevo imperio (2024): reseña y opinión de la película

El diseño de producción es otro elemento a favor con una variedad de locaciones para esta aventura de escala mundial que van desde Europa hasta El Ártico, Brasil y El Cairo. Pero el escenario más impresionante es La Tierra Hueca, con sus paisajes naturales de gran belleza y su fauna letal. La música de Tom Holkenborg y Antonio Di Iorio presenta composiciones de vena épica que le dan energía a la cinta y el diseño sonoro saca provecho a los diferentes elementos auditivos, como las pisadas de Godzilla y los rugidos de los simios para crear una experiencia envolvente y llena de adrenalina.

En el apartado actoral, nos encontramos en terreno irregular con unos personajes que no tienen el desarrollo suficiente para sentirse como personas de carne y hueso, dando como resultado una serie de figuras de cartón piedra esparcidas alrededor de las secuencias de destrucción kaiju. A pesar de ello, hay que resaltar el trabajo de Dan Stevens, que le aporta carisma y diversión a su personaje, el veterinario Trapper, mientras que las actrices Rebecca Hall y Kaylee Hottle vuelven a interpretar sus roles de Godzilla vs Kong con soltura, pero no cuentan con el material necesario para desligarse del caos narrativo que compone la historia. Por otra parte, los actores Brian Tyree Henry y Alex Ferns son los que salen peor librados con personajes que no funcionan como alivios cómicos, y se sienten como estereotipos irritantes en vez de figuras variopintas.

El guion escrito por Terry Rossio, Simon Barrett y Jeremy Slater es el elemento más deficiente de Godzilla y Kong. Un festival de batallas interminables y destrucción sin ton ni son que se asemeja a las producciones de Michael Bay, la estructura narrativa de esta aventura deja bastante que desear y el desarrollo de personajes brilla por su ausencia, un punto muy criticado en otras entregas de la franquicia y que en esta ocasión alcanza su punto más bajo. La misión central tampoco funciona del todo, con un conflicto que se plantea de manera confusa en el primer tramo de la cinta y avanza a trompicones a lo largo de la historia para luego devenir en la confrontación final de manual y ofrecer un cierre blando sin muchas sorpresas ni la epicidad esperada en este tipo de producciones. Un world-building deficiente tampoco ayuda y los aspectos más interesantes del entorno que compone la Tierra Hueca no se exploran de manera satisfactoria, dando como resultado una experiencia incompleta.

En conclusión, Godzilla y Kong: El nuevo imperio no aporta nada nuevo a la franquicia y presenta un recorrido irregular en el que abundan los lugares comunes y elementos trillados que caracterizan a esta saga de titanes. Muy poco que celebrar en esta nueva entrega donde la huella autoral de Adam Wingard brilla por su ausencia.